Empresas de Jaén crean aromas con la fusión de nueces, hierbas y hortalizas

 La innovación en el sector oleícola es una realidad cada vez más palpable. La producción de aceites de oliva de alta gama está abriendo nuevos mercados a las empresas que se han decidido a dar un salto de calidad en un mundo, el olivarero, marcado por la atomización de productores y fabricantes de aceites convencionales, es decir, los vírgenes y, en menor medida, los vírgenes extra. La apuesta por los paladares más exigentes permite, a su vez, aumentar las exportaciones al dirigirse a clientes de alto poder adquisitivo.

En Jaén, la cuna mundial del olivar, han aparecido ya algunas empresas que intentan revolucionar los hábitos de consumo de aceites y grasas combinando los mejores aromas con los aspectos nutritivos y saludables. Es el caso, por ejemplo, de Olive Oil Biotech, una empresa que intenta abrirse paso desde el Parque Científico y Tecnológico del Olivar, Geolit, en Mengíbar, y que, tras tres años de investigación, acaba de lanzar al mercado su aceite Walnutolive, obtenido a partir de la fusión de aceitunas y nueces. «Al hacer una molienda conjunta, los componentes de la nuez se suman a los de la aceituna, lo que hace que se multipliquen los aromas y sabores que se generan», explica José Antonio García Mesa, químico y asesor científico de Biotech.

Esta joven empresa jiennense ha comercializado inicialmente una edición limitada de 3.000 botellitas de un cuarto de litro, que comercializan a nueve euros (más de 10 veces el precio del aceite virgen extra) principalmente en tiendas gourmet, la alta restauración y también en herbolarios.El reto de Olive Oil Biotech es ahora la exportación

El reto ahora de esta firma es la exportación, consciente de que el futuro y el mayor valor añadido de este oro líquido de calidad diferencial está en los mercados globales.

Una trayectoria mucho más consolidada en los mercados exteriores tiene Castillo de Canena, uno de los principales referentes cuando se habla de aceites de la máxima calidad y que está presente ya en más de 40 países. Su última aportación es el aceite virgen extra Biodinámico de la variedad Picual, que destaca por sus notas vegetales a hoja de olivo, lechuga y alcachofa. La obtención de estos aceites, ya calificados por la Asociación Internacional de Agricultura Biodinámica con el sello Demeter, se hace en medio de una transformación total del entorno en el que se encuentran sus olivos centenarios. No solo se excluye cualquier abono de síntesis o pesticida, sino que se incorpora el ganado ovino a la explotación, se enriquece la cubierta vegetal con paneles de abejas, se crean abonos propios a través del compostaje o se recurre al sílice para erradicar los hongos de las hojas de los olivos.

«Es lo que llamamos una vuelta a las raíces de la actividad rural, enriqueciendo el concepto de agricultura ecológica», indica Rosa Vañó, directora comercial de Castillo de Canena. Con una producción limitada de 20.000 unidades, el nuevo aceite Biodinámico está presente ya en Reino Unido, Alemania, Estados Unidos, Canadá, Corea del Sur y Japón, entre otros países, y pese a su corta andadura ya ha recibido tres premios a los mejores aceites de esta gama.

Cada botella se vende a 18 euros y en su cata predominan las notas vegetales a hierbas y hortalizas.

FUENTE: http://economia.elpais.com