Ajusta al máximo tus costes

Si vas a emprender, necesitarás dinero. ¿Cuánto? Pues depende de si vas a ser autónomo o sociedad mercantil, el mercado en el que operes, si necesitarás o no local, si contarás o no con trabajadores, si externalizarás, si vendes productos y/o servicios…

A estas alturas, no te vamos a engañar: no se puede emprender por cero euros. Sí se puede hacer por poco dinero, pero algo deberás desembolsar.

Incluso sí sólo invirtieras tiempo en tu proyecto, eso ya sería un coste, de horas, que trasladadas a términos financieros podría equivaler a lo que se conoce como coste de oportunidad, que, a grandes rasgos y de una manera coloquial, sería aquello que dejarías de ingresar si te dedicas a otra cosa que te da un cierto rendimiento. Concretando: si quieres emprender, algo tendrás que invertir.

Puede ser mucho o poco dinero, dependiendo de diferentes factores que deberás evaluar: sector al que te vas a dirigir, si tendrás o no local, si tendrás o no empleados, si tendrás o no estructuras de cualquier tipo, si optas por vender productos y/o servicios, si sólo desarrollas y externalizas otras funciones, si decides ser empresario individual o alguno de los muchos tipos de sociedades mercantiles que existen.

Dinero, ahora y luego

Un detalle muy importante: antes de lanzarte, debes echar cuentas de cuánto te va a costar emprender y de cuánto dinero necesitarás cada mes para seguir caminando una vez que abras tu negocio. Es muy habitual pensar en una idea y tirarse a la piscina y ya veré cómo nado y cómo salgo, y eso, sin haber comprobado antes aspectos como, por ejemplo, la temperatura del agua, si hay otros nadadores en tu calle, si está infestada de pirañas o si hay riesgo de que un cable electrifique la piscina mientras nadas.

¿Alarmistas? No. Realistas. Es muy habitual que una vez que decides emprender, te topes con imprevistos económicos, por llamarlos de alguna forma, porque imprevistos siempre tendrás, pero muchos de ellos los puedes evitar a priori.

Independientemente de a qué actividad te dediques, hay una serie de partidas que siempre tendrás que cubrir y otras que serán necesarias según el tipo de negocio y el sector al que te dirijas.

Por ejemplo, los gastos administrativos para ser autónomo o constituirte en sociedad. O el IVA correspondiente a las inversiones que hagas –que, es cierto, luego podrás recuperar, pero que primero debes desembolsar–. O los seguros de responsabilidad o los específicos de tu actividad. O los avales que, en la mayoría de los casos, necesitarás aportar. ¡Y cómo no! El muchas veces olvidado y desterrado colchón de tesorería con el que, sí o sí, deberías contar.

Éstas son sólo algunas de las partidas que no deberías obviar por nada del mundo. Pero hay otras más que, dependiendo de a qué te dediques, también deberás tener muy presente en tus planes.

Por ejemplo, si tu actividad requiere de un local, una partida obligada será la mensualidad del alquiler, así como las fianzas de varias mensualidades que, en la mayoría de las ocasiones, te exigirá el propietario del establecimiento. O si el local requiriera obras de acondicionamiento. En esos casos, ya no sólo deberías contar con los gastos relativos a las obras en sí, sino  también al proyecto de obra y a los permisos y licencias obligatorios.

O el stock inicial de productos (en el caso de que tengas que enseñar muestras a los potenciales clientes). O un mínimo software de gestión que necesites. O la publicidad y marketing que hagas para darte a conocer (aunque sea mínimo). O si quieres –y deberías tener– una web. O si decides instalar un terminal TPV para que paguen tus clientes: su implantación no es gratuita. Tendrás que cumplir unos ingresos mínimos para reducir o aumentar el porcentaje de gasto que te exigirá el proeedor del TPV.

Externaliza

Ten claro cuál será tu core business: aquella parte de tu negocio clave para su éxito. Ése debes controlarlo tú, sin intermediarios, y en muchos casos implica inversiones en formación, equipos, etc. Todo lo demás, puedes externalizarlo. Y algunas áreas de esa externalización requerirán de inversiones y para otras puedes buscar acuerdos de colaboración e intercambio.

En cualquier caso, cuando hagas números para saber cuánto te costará dar el salto y cuánto para seguir día a día, ajusta tus costes fijos al máximo “y variabiliza todos los costes superfluos: aquellos gastos que no sean obligatorios legalmente y/o por necesidad de apertura del negocio”, recomienda José María Casero, asesor financiero (http://sherpafinanciero.com).

No olvides que tus previsiones de gastos e ingresos se cumplirán a la inversa: los gastos siempre serán mayores y los ingresos, menores, a los que hubieras planificado.

La supervivencia de tu empresa dependerá de tu liquidez y de tu talento (o virtuosidad) para reducir los plazos entre cobros y pagos. De ahí que sea importante también seleccionar a tus clientes y proveedores valorando su grado de viabilidad y rentabilidad para tu negocio. Trabaja mucho la negociación para establecer condiciones de cobro y pago ventajosas y beneficiosas para tu tesorería.

Si optas por autónomo, “lo mejor es recurrir a la ventanilla única. No tiene coste y en la misma mañana lo puedes arreglar todo. El abono mensual como autónomo es de unos 260 euros. No hay que constituir nada”, aclara Casero, que recuerda que si empiezas a facturar, es recomendable trabajar con una asesoría.

“Hay asesorías online, desde 50 euros, y offline en torno a los 90-100 al mes. Preocúpate de guardar tus facturas de cobro y pago y, al trimestre, enviar todo a la asesoría para que lo presenten”.

Si cumples una serie de requisitos (www.empleo.gob.es), puedes beneficiarte de una tarifa plana para autónomos para los primeros 18 meses de actividad. En ese período, puedes beneficiarte de reducciones de la cuota a la Seguridad Social que van desde el 80 al 30%. Y si eres hombre menor de 30 años o mujer menor de 35, esas reducciones se extienden hasta el mes 30.

Quiero ser empresa

Si optas por ser SL, “pide el nombre en el Registro Mercantil. Cuesta entre 18 y 20 euros. Luego deposita 3.000 euros para crear la empresa. Puedes preparar los estatutos o ir a una gestoría (recomendable, si vas a emprender con socios), con un coste de 100-150 euros. Ir a un notario, unos 60. Y presentar las escrituras en el Registro, otro 40. La comunicación a Hacienda, el CIF, etc., no lleva coste, bien porque lo puedes hacer en la ventanilla única o porque te lo hace el gestor”, explica.