El Benchmarking es una técnica para buscar las mejores prácticas que se pueden encontrar fuera o a veces dentro de la empresa, en relación con los métodos, procesos de cualquier tipo, productos o servicios, siempre encaminada a la mejora continua y orientada fundamentalmente a los clientes. El benchmarking implica repensar nuestra forma de trabajo para aprender de lo que está haciendo el otro y entonces adaptar tus propias prácticas según lo aprendido, realizando los cambios necesarios. No se trata solamente de copiar una buena práctica, sino que debe de efectuarse una adaptación a las circunstancias y características propias.

La frase de la imagen resume perfectamente el sentido de esta práctica. A través de esta herramienta por tanto, es como podemos aprender de los errores de los demás y de como los han corregido para avanzar en la mejora continua de la integración de la seguridad y salud en el trabajo.

En el ámbito europeo se está trabajando en bastantes proyectos mediante la creación de redes de intercambio de experiencias o de conocimientos, y a nivel local, numerosas organizaciones también fomentan estas prácticas.

Tengo la enorme posibilidad de participar en varios grupos de trabajo en los que todos aprendemos de los demás participantes, y asisto regularmente a las distintas jornadas de trabajo en las que se tratan las buenas prácticas empresariales. Recomiendo ambas prácticas, valga la redundancia.

Me gustó la reflexión del experto en gestión del conocimiento Javier Martínez Aldanondo en su artículo del año pasado titulado “Las organizaciones no tienen memoria”:

Imagínate que un día te despiertas y te das cuenta de que olvidaste todo lo que sabías. ¿Qué ocurriría? Al perder la memoria, te quedarías sin conocimiento y no podrías hacer nada, serías un completo inútil. Ni siquiera serías capaz de hablar, vestirte o de comer por ti mismo. Al igual que un bebé, tendrías que aprender todo de nuevo. Esta pesadilla nunca les ocurre a las personas a no ser que tengan un accidente que les dañe el cerebro. Sin embargo, recuerdo la primera vez que escuche a un cliente pronunciar una frase lapidaria que posteriormente he oído innumerables veces: “Nuestra empresa no tiene memoria”. En todos los casos, se referían a la incapacidad de su organización para reaprovechar lo que ya sabe comenzando muchas de las actividades desde cero, como si nunca se hubiesen realizado antes.

La gestión del conocimiento es de vital importancia en las organizaciones y la del conocimiento externo, lo que han aprendido de las malas experiencias, y lo que realmente ha funcionado, es lo que nos interesa analizar a partir del benchmarking.

La interesante NTP 596 detalla perfectamente la Técnica de la mejora continua aplicada a la prevención: benchmarking, recomendamos su lectura para trabajar a partir de un sistema estructurado.

Entre todos debemos retroalimentarnos de nuestras pruebas y ensayos, experiencias, errores e incluso malas prácticas, para poder seguir creciendo. Y es que solo hace falta ver lo que hacen los demás para aprender. Siempre se aprende algo positivo, independientemente del interlocutor al que se analice. Por muy pequeña que sea la empresa, siempre nos puede dejar algo interesante.

Ya lo decía el peculiar conferenciante Emilio Duró: “No innoves, solo innovan los genios. Tú copia. Empapate de los mejores, y triunfarás”.

La verdad es que las conferencias del Sr. Duró no tienen pérdida, aunque me atrevo a contradecirle en un aspecto: Está muy bien ver cómo lo hacen los demás para encontrar un modelo en el que fijarnos, pero ello debe combinarse con la experimentación propia. Sino experimentamos y aprendemos de nuestros propios errores, nunca haremos nada genuíno, adaptado a nuestra organización, y que sea digno de copiar por otro en un proceso de benchmarking.


FUENTE: http://prevenblog.com/benchmarking-en-seguridad-y-salud-laboral/