Antes, la formación para emprender era importante. Ahora, puede ser cuestión de vida o muerte. “Los resultados del último informe GEM España (2013) traslucen el aumento de empresas creadas por personas desempleadas o con serias dificultades para incorporarse al mercado laboral, que a menudo carecen de habilidades para lanzar negocios con potencial de crecimiento. Estas empresas no son lo suficientemente competitivas como para prolongar sus actividades económicas más allá de los primeros cinco años”, afirma Valvanera Castro, coordinadora de Proyectos de Creación de Empresa de los programas online en EOI y directora de los Master Executive en Lean Startup y en Administración y Dirección de Empresas.

Afortunadamente, la oferta de formación para emprendedores es cada vez más amplia y de mayor calidad. “Existen excelentes programas que ayudan a los emprendedores a entender las dificultades y las oportunidades y, sobre todo, a tomar las decisiones correctas en los momentos clave, algo que va estrechamente unido al éxito empresarial”, asegura Marta Díaz, fundadora de Talentoscopio.com.

Aún es pronto para valorar sus efectos, pero se aprecia un cambio prometedor en el enfoque de estos cursos, que ya no se centran únicamente en poner en marcha una idea, sino que insisten en crear empresas viables, capaces de consolidarse.

Enfoque vivencial

El principal reto es entrenar al emprendedor para que conozca y evite errores graves que puedan comprometer su proyecto. Por eso, el futuro pasa por una formación práctica, personalizada y basada en interiorizar experiencias. “Hay cosas que hay que vivirlas para entenderlas”, afirma Marta Díaz. “Aprendamos haciendo, dando pasos en falso para que el resultado sea mejor”.

Cómo elegir tu proyecto
Hay muchos programas, pero no todos ofrecen la misma formación. Aquí tienes unas pistas para elegir el curso que mejor responda a las necesidades de tu proyecto:

¿En qué fase está tu proyecto?
“La formación debería estar adaptada para que cada emprendedor pueda aplicarla en su campo o en la fase en la que se encuentre (semilla, temprana, crecimiento…)”, aconseja Marta Díaz. Según Valvanera Castro, los conocimientos necesarios en cada fase son:

  • Iniciativa emprendedora: “Desarrollo de actitudes, habilidades, competencias y comportamientos necesarios para emprender”.
  • Creación: “Formación en un conjunto de habilidades de creciente complejidad, desde la puesta en marcha de una idea hasta la implementación de una startup”.
  • Crecimiento: “Se identifica la posibilidad de que la iniciativa pueda subsistir en el tiempo y, de esta manera, crecer y escalar”.
  • Consolidación: “El emprendedor se convierte en empresario”.

¿Qué necesitas aprender?
“Las herramientas de gestión que debe dominar un emprendedor no son las mismas que las que tiene que poseer un ejecutivo de una gran empresa”, destaca Santiago Iglesias, director del Máster de Creación de Empresas Tecnológicas de la Universidad Politécnica de Madrid. “Aunque los temas centrales no cambien (dirección, marketing…), se ha modificado el enfoque”. Comprueba que el programa que elijes ofrezca:
Materias actualizadas: Como indica Valvanera Castro, las disciplinas más demandadas por los emprendedores en este momento son: nuevos modelos de negocio y entorno digital; experiencia de cliente; proceso de financiación, incluidas nuevas formas como el crowdfunding; relaciones comerciales internacionales y acceso a esos mercados.

Competencias alternativas: “Las asignaturas que más se valoran están centradas en los números, pero no hay que olvidar que el papel lo soporta todo”, señala Marta Díaz. Esta experta recomienda prepararse ante los imprevistos cultivando competencias como: pensamiento creativo e innovación; capacidad crítica; saber establecer métricas y hacer el seguimiento.

¿Cómo vas a aprender?
“Es fundamental el aspecto práctico, el programa debe girar alrededor de los proyectos de los emprendedores”, afirma Santiago Iglesias. Valora estos aspectos:

Herramientas Lean: “Las metodologías deben ser ágiles y orientadas a resultados”, dice el profesor de UPM. Valvanera Castro señala las ventajas del método Lean, “al confrontar el modelo de negocio desde un primer momento con sus potenciales usuarios/clientes, se recibe un feedback clave que permite mejorar el modelo hasta construir algo que los clientes realmente necesiten”.

Mentoring: “El claustro de profesores sigue siendo importante para crear una red de contactos”, asegura Santiago Iglesias. Pero ahora cobran relevancia “servicios como la tutorización personalizada realizada por expertos emprendedores, espacios en incubadoras o acceso a potenciales clientes e inversores.”

Bootcamps: Sigue creciendo el número de proyectos formativos ligados a aceleradoras de negocios. Según la experta de EOI, “son una buena alternativa”, pero “no todos los proyectos empresariales caben en estos programas: estas organizaciones buscan generalmente proyectos TIC que sean globales y escalables”.

Formación para el día a día

El emprendedor necesita una formación “que vaya a utilizar en el día a día de su negocio, porque se juega la supervivencia de su empresa casi a diario, en cada decisión, en cada contratación”, resalta Santiago Iglesias, de la Universidad Politécnica de Madrid. La clave está en:

1. Aprender a actuar: “Entre las causas más importantes de abandono de la actividad empresarial destacan que el negocio no es rentable y la dificultad para obtener financiación”, señala Valvanera Castro. Un programa eficaz tiene que ofrecer herramientas para afrontar esos retos.

2. Aprender a corregir: Como opina Marta Díaz, el emprendedor debe aprender a “aceptar errores, pivotar rápidamente cuando esa vía no funciona, levantarse las veces que haga falta, entender las amenazas del entorno, ser humilde para aceptar que su idea no es LA IDEA, estar preparado para no tener salario durante una buena temporada…”

3. Aprender a crecer: “En los últimos años se ha desarrollado mucho la formación para la iniciativa emprendedora y para la creación”, explica la profesora de EOI. “Pero se necesita más formación especializada en cómo gestionar la empresa para crecer y consolidarse en el mercado, e incluso para internacionalizar el modelo de negocio: en definitiva, cómo hacer más escalables las empresas y ayudar a los emprendedores a pasar de emprendedores a empresarios”.

 

Elaborado por Marian Acha 29/05/2014 – Revista emprendredores