El internet de las Cosas, la impresión 3D o la realidad aumentada atraen inversión y talento. Los sectores tradicionales han iniciado su transformación tecnológica, permitiendo que los emprendedores entren con nuevos modelos de negocio.

Emprender no es sencillo. Así de tajante es Carlos Blanco, fundador de Conector Startup Accelerator. «Puede ser divertido y motivador, pero nunca fácil. El 95% de los nuevos proyectos en internet fracasan», asegura. Javier Megias, CEO de Startupxplore, piensa lo mismo, pero considera que hay unos sectores más atractivos que otros: «Todos los espacios tienen buenas oportunidades, pero hay que explorar las fortalezas del ecosistema antes de emprender».

¿Cuáles son, entonces, los sectores tendencia? Rodolfo Carpintier, fundador de DaD, señala que el internet de las cosas y la realidad aumentada son dos ámbitos con gran potencial, pero con una creciente competencia. «Hay que estar seguro de que se tiene una gran idea y, después, ejecutarla bien. Es muy difícil inventarse un nuevo sector como hicieron Uber o Airbnb», comenta. Carlos Hernando, consultor tecnológico de Ketchum, añade a la lista la ciberseguridad y la impresión 3D, así como los videojuegos. Blanco señala también el InsurTech (compañías tradicionales de seguros adaptadas al entorno tecnológico) como área relevante.

Por su parte, Megias también cree que ámbitos como el Fintech (empresas que prestan servicios financieros a través de la tecnología), la inteligencia artificial o las start up on-Demand (compañías que permiten la compra e intermediación de una forma más cómoda) tendrán un papel importante. Otra tarea con muchas posibilidades es «la reinvención de industrias en las que aún no ha llegado la tecnología», remarca.

Conseguir financiación en estos sectores es más sencillo que en los tradicionales. «Los inversores son cada vez más globales y ven estas tendencias en otros países», asegura también Megias. Sin embargo, en los mercados maduros hay más profesionales cualificados y especialistas en el sector.

Dificultades

Los sectores tendencia no están libres de obstáculos, a pesar de que el acceso a la financiación es más sencilla. El propio Megias reconoce que es difícil conseguir inversión para start up que fabriquen algo físico (como ocurre con el internet de las cosas o el sector salud) porque construir y evaluar sus prototipos requiere un mayor desembolso, y, por lo tanto, hay que asumir más riesgo (aunque se aspira a mayores beneficios).

A su vez, este experto considera que estos modelos de negocio cuentan, por lo general, con márgenes estrechos, así que es necesario un volumen de negocio muy grande para ser rentable. Incluso señala el desconocimiento del público como una barrera a derribar: «Dado que son modelos nuevos, los clientes no son conscientes de que existen otras posibilidades para resolver sus problemas».

Blanco cree que la principal dificultad es la falta de talento. Según su análisis, dos perfiles muy demandados por las empresas son el de ingeniero informático y el de experto en márketing online; pero «el 70% de los universitarios españoles se está formando en humanidades o ciencias sociales, mientras que las empresas buscan talentos científico-tecnológicos», explica. A este déficit hay que sumarle la falta de ambición de los propios emprendedores, que se tienen que enfrentar a una regulación deficiente que pone muchas trabas para empezar y desarrollar la labor empresarial.

También hay sectores más complicados que otros. Todos los expertos coinciden en señalar el ecommerce como uno de los sectores más complicados por el alto nivel de competencia que tiene y porque no es una start up al uso lo que está poniendo en marcha, sino una tienda. Los comercios necesitan una inversión importante en márketing y almacenar productos en stock, así que los márgenes de beneficio en este sector incipiente son reducidos.

Por su parte, Hernando cree que otro obstáculo más es «la parálisis política que vive España en estos momentos» porque se ha detenido la regulación de sectores clave que podrían ser grandes nichos de empleo.

Sectores tradicionales

Sin embargo, hay algunos aspectos que hacen más sencillo emprender en un sector al uso. Megias indica que en esos segmentos tradicionales «existen más profesionales cualificados, los clientes entienden las opciones que tienen y conocen las formas de operar». Carpintier coincide y señala que cuentan con la ventaja de tener un know how básico establecido. Estos nichos cuentan ya con muchos estudios y se conocen bien.

Lo que está realmente haciendo cambiar los sectores tradicionales son las start up colaborativas. Este tipo de economía, basada en el consumo compartido, según el propio Megias, ha democratizado estos mercados ya establecidos. «Ya no intentan evitar la existencia de la economía colaborativa, sino que estas start up compitan en igualdad de condiciones que el resto de empresas», explica. Por lo tanto, la solución no consiste en poner trabas a los nuevos proyectos, sino en permitir que los sectores tradicionales puedan funcionar de forma similar.

Carpintier opina que la economía colaborativa «destruye» estos mercados y obliga a las empresas a cambiar su forma de trabajo, ya que deberán responder con apuestas similares, «aunque esta situación, a día de hoy, sólo se está dando en tres o cuatro sectores».

Qué está pasando en el sector turístico

España recibió la visita de 68,1 millones de turistas internacionales en 2015, y el sector representa más de un 10% del PIB. De media, cada turista extranjero gastó en el comercio nacional una media de 974 euros en 2015, y la duración media de la estancia casi alcanzó los siete días. Con estos datos, todos los expertos señalan que hay un gran desequilibrio entre el peso del turismo en la industria y en el universo ‘start up’. Javier Megias, CEO y fundador de Startupxplore, apunta como posible causa la existencia de una competencia muy dura. «Si una persona quiere competir con una empresa que lleva ocho años en el negocio, va a ser difícil que se posicione en el mercado. Su compañía aparecerá después en los buscadores de internet, y si hay que invertir en márketing, dispondrá de menos ingresos que su competidor ya posicionado», analiza. También cree que únicamente funcionan bien aquellas ideas que ofrecen algo nuevo, y los beneficios no se reparten: «El que triunfa, se lo lleva todo». Por otra parte, Carlos Blanco, fundador de Conector Startup Accelerator, identifica un potente grupo de presión que intenta evitar la digitalización del sector hostelero. De esta manera, los establecimientos ya consolidadoss no tendrían que enfrentarse a nuevas formas de competencia y podrían mantener su hegemonía. Sin embargo, Rodolfo Carpintier, fundador de DaD, aporta esperanza. «Hasta ahora, estas ‘start up’ no han tenido mucho éxito porque se enfrentan a un sector muy tradicional, pero ya hay ideas que están triunfando», señala al comparar este nicho con otros pertenecientes al sector servicios en el que el proceso de digitalización ya se ha producido.


AUTOR: ENRIQUE ORDIALES @EnriqueOrdiales

FUENTE:  EXPANSIÓN

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