¿Qué ocurre cuando no es suficiente con ir a todos los eventos?

¿Qué estamos haciendo mal para que nuestro proyecto, nuestra idea, nuestra oportunidad laboral no termine de cuajar incluso cuando no te pierdes ni uno sólo de los muchos eventos que salen a tu alcance?

Probablemente estemos pecando de “presentismo”, sí, como lo oyes, estamos pecando de ir sin estar, igual que toda esa gente que va a su trabajo sólo porque tiene que ir, pero que vaga cual personaje de The Walking Dead en los pasillos de su trabajo, o lo único que ha conseguido hacer al finalizar su jornada laboral ha sido “sombra” sobre su puesto de trabajo.

No hace falta estar en todos los eventos que hablen sobre tu tema de interés, sino saber elegir el evento más apropiado con mimo y con cuidado, en función de sus asistentes o posibles contactos que puedas hacer allí, y efectivamente, hacer dichos contactos,  a ser posible dejando “poso” en los mismos.

Lo que viene siendo DAR LA NOTA, pero en sentido positivo.

Para ello esta infografía nos ofrece un decálogo sobre cómo hacer networking de manera efectiva que yo he preferido agrupar en función de tres momentos clave:

1.- Antes de ir a un evento.

Analiza los posibles eventos que se realizan en tu zona o incluso aquellos a los que merezca la pena realizar un viaje para asistir a los mismos. Para ello tendrás que analizar el programa, los asistentes, el clima que propicien para el contacto (hay eventos más herméticos que otros), etc. Una vez lo tengas claro, prepárate la forma de abordar el contacto y elabora una pequeña presentación sobre ti mismo pero que parezca muy forzada.

2.- Durante el evento.

Tu sonrisa va a ser tu mejor arma. Muéstrate accesible y sobre todo no fuerces la venta. Demuestra que puedes ser un colaborador en potencia pero no intentes hablar en todo momento de tu producto sino encauzar conversaciones en las que pueda surgir la colaboración en un momento determinado.

El tema de las tarjetas puede ser de gran ayuda aunque no es obligatorio, y sobre todo, no te dediques a repartirlas como si fueran estampitas, la clave no está en darlas a diestro y siniestro, sino a aquellas personas con las que hayas entablado una conversación, para que recuerden con quién hablaron y sobre qué. Si tu tarjeta incluye una fotografía mejor, a veces recordamos mejor una cara que un nombre.

3.- Después de ir al evento.

Repasa impresiones, piensa qué has hecho bien y sobre todo qué podrías haber hecho mejor para mejorarlo en la siguiente oportunidad que tengas. Hazlo lo antes posible y apúntalo en tu libreta (si tienes un blog hasta puedes hacerlo en formato “entrada”) pero déjalo escrito lo antes posible mientras tengas los detalles frescos en tu memoria.

Si has recogido tarjetas de tus interlocutores, es buen momento para enviarles un correo electrónico para agradecerles el trato recibido y volverte a poner a su disposición para colaborar, pero no intentes colar un producto o negocio concreto, ni mandes un CV si nadie te lo ha pedido. Si contestan de forma positiva, ya llegará la oportunidad de hacerlo.

Puedes repasar estos y otros pasos clave en la siguiente infografía: