La empatía es nuestra capacidad de sintonizar emocional y cognitivamente con otras personas, nuestra capacidad para comprender  lo que piensan, lo que sienten y lo que hacen. Podemos empatizar con una persona individual pero también con un grupo de personas, o con una multitud.

                La empatía está de moda.  El mundo está empatizado ¿Quién lo despempatizará?  el despempatizador que… Cuando comenzamos cualquier taller, grupo de búsqueda de empleo, una de las cualidades que resaltan los participantes es su capacidad empática, su capacidad de comprender a otras personas, amigos,  clientes, ¿empleadores?  Es cierto que todos tenemos esta herramienta, la tenemos a nuestra disposición en mayor o en menor grado pero como cualquier herramienta su utilización depende de los objetivos que persigamos en cada momento. El psicópata la busca desesperadamente en los ojos de su víctima, intentando sentir el miedo y lo transforma en satisfacción.

                Nuestro objetivo es vender nuestros servicios como trabajador.  Vamos a necesitar información pura y dura sobre ¿Qué necesita, qué quiere, qué busca, nuestro empleador? Creando así nuestro argumentario de venta, nuestro catálogo de soluciones a sus problemas. Necesitamos buscar información, sobre el puesto, la empresa y el sector en que nos movemos. ¿Qué requisitos piden en las ofertas? Tenemos que realizar un análisis del puesto de trabajo al que queremos optar. Un análisis del sector y sus problemas más comunes, incluso si es posible de la empresa a la que nos ofrecemos. Esta es una labor de investigación que tenemos que hacer por escrito y mantenerla actualizada. ¿Eres buscador de empleo o repartidor de curriculums?

                El ejercicio de la empatía nos va a permitir un acto de comunicación global, no se puede descomponer, pero tenemos un grueso de información que queremos transmitir; nuestras soluciones y la empatía nos dice el cómo. Al empatizar obtenemos una información muy valiosa, la empatía nos informa cómo piensa y cómo siente la persona que tenemos delante y en consecuencia nos dice cómo y cuándo comunicar, qué palabras utilizar, con qué emociones acompañar nuestras ideas.

                Nuestro objetivo es hacer relevante, importante, nuestro mensaje para el receptor del mismo. Nosotros tenemos una carta de servicios y tenemos llevar al receptor, a un punto de vista desde el cual se vea  la utilidad de los mismos para sus objetivos. Solamente se puede conseguir  si partimos de su posición y con su forma de ver el mundo, sintonizando con él,  y llevándolo poco a poco al punto de vista que queremos mostrarle.  Por esto es muy importante conocer la jerga, el lenguaje, y la cosmología de nuestro cliente.

                Si queremos optimizar nuestra empatía para potenciar este proceso de compra-venta nuestra intervención tiene que ser fundamentalmente actitudinal.   Si no tenemos las actitudes adecuadas, va ha ser imposible la conexión con nuestro cliente.

                -Tenemos delante a una persona digna y adaptada a su mundo. Da igual a que estrato social pertenezca, lo listo o tonto que parezca, en el momento que lo minusvaloremos en alguna de sus facetas,  lo va a notar, y va a romper la relación comunicativa con nosotros,  va a dejar de seguir la lógica que le proponemos. ¿Qué sucede si la sobrevaloramos? Tal vez nos pierda el respeto y nos minusvalore a nosotros.La buena comunicación se hace de igual a igual, con todo lo que ello implica.

                -«Los desempleados son unos vagos y medio tontos» Señores funcionarios del servicio público de empleo, así se sienten tratados muchos de sus clientes.

                –«Los empresarios son unos explotadores que solo quieren chuparnos la sangre», otro que tal baila.

                –No podemos dejarnos llevar emocionalmente por la situación al cien por cien, tenemos un objetivo que no podemos perder de vista. Nuestro objetivo no es una empatía total como puede ser en un entierro o la hinchada en un campo de fútbol. Tenemos que tener en cuenta nuestro plan, tener una visión de conjunto un poco aséptica. Comprensión pero sin que nos desborden los sentimientos. Puede que termines prestando dinero al empresario, que «lloran» muy bien.

                -La conversación y la relación resultante es y será positiva para ambas partes; confianza.  Una vez más entra en juego la profecía autocumplida, si pensamos que va a salir bien, saldrá bien. Ofrecer ayuda y ser optimista. Anticipar todo lo que podemos ofrecer, imaginar un trabajo ideal, una colaboración perfecta. Puede que estés hablando con el mismo demonio, pero de primeras tenemos que imaginar que todo el mundo es bueno, para que tal vez, se haga realidad.

                -«Respeto, foco y confianza,  puede ser el inicio de una gran amistad».

                -¿Se os ocurre alguna otra actitud importante? ¿Qué actitudes ponéis vosotros en juego ante una conversación en vuestro trabajo?


Como siempre el amigo Pedro excelente en su blog. Puedes leer más en: http://pereorienta.blogspot.com.es/2015/01/empatia-como-herramienta-de-trabajo.html