Hay momentos en los que necesitamos evadirnos de la realidad mundana y entregarnos a un destierro eventual con la única compañía de nosotros mismos. Pero en la mayor parte de nuestro tiempo, necesitamos estar acompañados y sentirnos protegidos, comprendidos y apoyados por nuestro entorno.

Las personas en situación de desempleo, que realizan una búsqueda de empleo activa y motivada, sienten, a veces, una sensación de abandono y aislamiento, cuando perciben que sus acciones y esfuerzos no consiguen cambiar su estado. Muchos, ante esta sensación, sienten la necesidad de cejar en su empeño, y se dejan caer en brazos de la desidia y de la más absoluta de las suertes, todo ello causado por una acelerada pérdida de confianza en sí mismos y por una visión bastante oscura de la realidad y de su futuro.

Buscar empleo no es sólo navegar por la web en busca de nuevas oportunidades, ni empapelar tu ciudad de currículums que pocos o nadie leerán, ni comentarle a tu vecino que estás en búsqueda de empleo. Buscar empleo, en la situación actual, es una tarea harto complicada, donde corremos el riesgo de encontrarnos en un callejón sin salida en cualquier momento.

Hay personas que tienen la suficiente capacidad de superar su búsqueda de empleo y todos los inconvenientes que les van surgiendo durante la misma, afrontando, con las herramientas necesarias, todas las dificultades que se van encontrando. Pero hay otras personas que, al carecer de determinadas aptitudes y de las herramientas adecuadas, van a necesitar, en un momento u otro de su búsqueda, el apoyo y asesoramiento de profesionales de la orientación e intermediación laboral.

Cada persona desempleada trae consigo una historia diferente. Una historia que afectará, en mayor o menor grado, a su búsqueda activa de empleo, y que condicionará su resultado. En muchos casos, la figura del orientador laboral tendrá un papel esencial en el diseño de itinerarios personalizados, básicos para que la persona adquiera las destrezas y la seguridad necesarias que guíen sus acciones hacia la consecución del objetivo propuesto.

Durante todos estos años he tenido la oportunidad de trabajar para personas que, por múltiples circunstancias, tenían mayores dificultades para acceder al empleo. Algunas de estas personas y circunstancias han sido las siguientes:

  • Chico de mediana edad que, tras desarrollar toda su vida laboral en el sector de la construcción y como conductor de camión hormigonera, sufre crisis de ansiedad y se ve incapacitado para su profesión habitual. Tras esto, consigue determinados trabajos, pero no consigue mantener ninguno de ellos, derivando en una pérdida total de confianza y seguridad en sí mismo. Tras un trabajo de autoconocimiento, motivación, seguridad en sí mismo y técnicas de búsqueda de empleo, cambia su modo de plantearse su búsqueda de empleo, y llega a conseguir y mantener un nuevo empleo.
  • Chica joven que, tras mantener su primer trabajo durante una década, es despedida debido a la situación económica de la empresa. Tras esto, se siente desorientada, desconociendo completamente el mercado laboral y las herramientas de búsqueda de empleo (CV, autocandidatura, entrevistas de selección, redes sociales, etc.). Tras un intenso trabajo de orientación e intermediación laboral, consigue y mantiene un nuevo empleo.
  • Chica joven, con importante experiencia como administrativa y comercial, tiene que cambiar de residencia y empezar a vivir en un piso de acogida de otra ciudad, debido a una situación de violencia en el entorno familiar. Acude con alta motivación, pero con mucha inseguridad, un gran desconocimiento de su nuevo entorno y de las herramientas de búsqueda de empleo. Se trabaja autoestima, herramientas de búsqueda de empleo e intermediación laboral. En poco tiempo, consiguió su primer empleo tras el cambio de residencia.
  • Hombre, mayor de 45 años, durante más de 20 años trabajó en la misma empresa como operario cualificado, de la que sale, junto a los trabajadores más antiguos, tras la aplicación de un ERE. Tras esto, ha estado en desempleo más de 3 años, derivando en baja autoestima y pasividad en la búsqueda de empleo. Se trabaja únicamente intermediación laboral, que ha derivado en su inclusión en varios procesos de selección y el consiguiente aumento de la seguridad en sí mismo, siendo contratado finalmente por una de las empresas que lo entrevistó.
  • Chico de mediana edad, con discapacidad (sin apenas limitaciones), con escasa experiencia laboral, dependiente de su entorno familiar y con la plena convicción que jamás volvería a trabajar. Se trabaja de manera intensa autoconocimiento, motivación, herramientas de búsqueda activa de empleo e intermediación laboral. En pocas semanas, consigue cambiar su forma de entender y enfrentarse al mundo laboral, y empieza a trabajar en un puesto de peón.

Todas estas personas que, por una u otra razón, solicitaron apoyo y asesoramiento profesional que les ayudara a potenciar o reconducir su búsqueda de empleo, cuando iban comprobando que se superaban fases y se conseguían los objetivos parciales de ese itinerario marcado inicialmente, iban mostrando, cada uno a su forma, su agradecimiento por la ayuda prestada y su reconocimiento expreso de que solos hubiera sido imposible lograr los cambios conseguidos y el objetivo final de obtener un empleo.

Por esto, muchas veces recibimos mensajes de personas que, agradecidas por nuestro trabajo, no hacen más que aumentar la convicción de que esta profesión es necesaria y que el servicio que se presta es vital para muchas de ellas. Es lógico sentir esto cuando te dicen “nunca dejes de hacer tu trabajo, ni de ayudar a la gente, igual que me has ayudado a mi” o cuando un usuario del servicio te envía un e-mail diciéndote que “eres su Ángel de la Guarda”. Es la suerte de trabajar en esto de la Orientación e Intermediación Laboral.

FUENTE:http://www.lanuevarutadelempleo.com/Noticias/la-soledad-del-desempleado-y-su-angel-de-la-guarda