Las emociones influyen en nuestra personalidad y en nuestro modo de actuar. Esto es algo inevitable, si bien hay que tener cierto control emocional a la hora de trabajar, especialmente cuando estamos sometidos a mucha presión y tenemos además a nuestro cargo a un equipo. El control emocional es un aspecto que cada vez se tiene más en cuenta en los procesos de selección para determinados perfiles de responsabilidad. Por ello, no está de más echarle un ojo a las preguntas más habituales y que nos pueden pillar de sorpresa en una entrevista de trabajo.

 

Casacochecurro.com Estas son las preguntas que te hacen en una entrevista de trabajo:

  • 1. ¿Has perdido los nervios en el trabajo?: La respuesta más adecuada es decir que no, pero lógicamente todos, en un determinado momento, nos podemos dejar llevar por las emociones, por lo que si queremos ser totalmente sinceros podemos responder que, en el día a día, pueden darse situaciones complicadas y generar roces, pero hay que saber manejarlos y nunca llegar a perder los nervios.
  • 2. ¿Qué actitudes son las que más te disgustan e, incluso, pueden hacerte perder los nervios?: Sin apelar a las críticas directas, sobre todo respecto a los jefes o compañeros de anteriores trabajos, hay que ser sinceros. Por ejemplo, lo más socorrido es decir lo molesto que es la falta de puntualidad o de compromiso, respuestas sencillas, casi un comodín.
  • 3. Si tienes problemas personales, ¿eres de los que los manifiesta en tu trabajo?: Hay que saber diferenciar parcelas, y de la misma manera que hay que evitar llevarse los problemas del trabajo a casa, también hay que evitar lo contrario. Separar la vida laboral de la familiar es la mejor respuesta que podemos dar.
  • 4. ¿Cuál sería tu respuesta si te comunicaran que ante una determinada actuación has sido poco eficiente?: En estas ocasiones, lo más común es ponerse a la defensiva, pero estamos en una entrevista de trabajo. Es una pregunta para poner nervioso al entrevistado y saber cómo nos tomamos las críticas de los jefes. La respuesta más idónea es apuntar a que se realizarían las esfuerzos para saber cuáles han sido los motivos de haber dado esa impresión. Una pregunta que nos puede pillar de sorpresa, y que el entrevistador tendrá muy en cuenta. Las personas que no aceptan bien las críticas, incluso cuando son por el bien del equipo, no suelen encajar bien.

Saber controlar nuestras emociones, y evitar que la presión dispare nuestros nervios y nos haga cometer errores en el trabajo, es fundamental. Si en alguna de las respuestas nos quedamos en blanco, no importa, es mejor reconocer que, francamente, no sabríamos que decir antes de dar una respuesta poco convincente. Para evitar contratiempos de este tipo, lo mejor es prepararse antes la entrevista y las posibles preguntas a las que tendremos que dar respuesta.

por Javi Navarro

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