El mercado actual ofrece muchas opciones para emprender, las ideas parecen no tener límites y muchas personas se arriesgan aportando a un mundo cada vez más exigente sus capacidades naturales como comerciante. Ser un emprendedor no requiere en principio grandes cantidades de dinero, de hecho, la mayoría de gente exitosa se ha valido más de sus actitudes ante los retos.

Es posible conocer la historia de proyectos que han alcanzado un sitial alto de la mano de personas que no eran profesionales, para emprender, si algo está claro es que no se necesitan diplomas. Poseer altos cargos directivos o ser dueño de grandes finanzas tampoco marca una diferencia.

Estas son algunas características personales que hacen la diferencia:

  1. Ser líder: la mejor actitud ante todo es sentir que se puede, los pensamientos negativos paralizan. Ser líder es ver lo bueno, detectar fallas y buscar soluciones sin antes desesperarse. Recuerda también que un líder reconoce las buenas cualidades en otros.
  2. Visión: ser visionario es ver un paso adelante, notar oportunidades donde otros no las ven. El visionario se arriesga, pero tiene siempre un plan B en la mente.
  3. Comunicación: para emprender es necesario ser comunicativo, el aporte de ideas, el desarrollo de un proyecto, la forma de hacerlo, todo siempre es resultado de lo que se logra expresar.
  4. Empatía: las relaciones públicas son necesarias para emprender, no se saca adelante un buen negocio sin crear alianzas ni crear un sólido círculo de colaboradores.
  5. Creatividad: es la mina de las ideas, la creatividad es un plus a la hora de emprender, no siempre es acertado iniciar proyectos imitando algunos que ya existen si no se logra mejorarlos en algo.
  6. Resiliencia: es la capacidad para enfrentar retos, para superar traumas, a la hora de emprender, ser resiliente permite levantarse luego de un fracaso.

Aunque emprender puede ser algo que no sea para todos, si en mente hay una idea revoloteando no está mal intentarlo. Quizás desde un principio no salgan las cosas cómo se planean pero ni los inventores más grandes de la historia lograron triunfar la primera vez.

 

Cuando se lleva a cabo un emprendimiento valen las actitudes y las aptitudes A+C es una fórmula necesaria. Conviene vigilar los tres siguientes puntos:

  1. Ensayo y error: las cosas como hemos dicho no salen siempre a la primera vez, es bueno permitirse fracasar y arrancar de nuevo, equivocarse en fuente de aprendizaje en muchas ocasiones.
  2. Crear alianzas: es importante dejar de lado el pensamiento individual si se quiere emprender, iniciar un negocio requiere del apoyo de otras personas.
  3. Aprender y practicar: por muchas ideas que se tengan no se sabrá el resultado si no llevan a la práctica, es necesario aunque se tengan habilidades no dejar de prepararse. Si trabajas para otra persona quizás esa sea tu mejor escuela antes de emprender.

 

 

El temor es común que parezca antes de emprender, no solo temor, los seres humanos por lo general suelen ser negativos ante lo nuevo. Pero si antes de iniciar el proyecto se deja claro de qué estamos hecho lo que venga será para bien, algunas cualidades innatas permiten ser un emprendedor con más resistencia que otros.

  • La pasión: lo aconsejable siempre es emprender en algo que guste, que apasione. No es mentira la frase que reza que “quien hace lo que le gusta no trabaja”. Para algunas personas los emprendimientos caen antes de nacer porque se enfocan en proyectos por ideas de otro, por consejos de la familia o porque simplemente parecen “más rentables”.

Iniciar un proyecto requiere de pasión, es el motor que moverá y dotará las fuerzas cuando las cosas no salgan a gusto. Nada mejor que disfrutar lo que se hace, si decides emprender en algo que no te llena es probable dejarlo todo a la primera falla.

  • Seguridad: no es positivo emprender dudando de todos y todo, los proyectos por lo general tardan un tiempo prudencial en mostrar lo que se hace bien y lo que se hace mal. Arriesgarse sin medida no es la idea, pero tampoco debe hacerse siempre con temor a fallar.

Si habrá socios no debe temerse defender ante ellos las ideas siempre y cuando no pongan en riesgo la estabilidad total del proyecto, es necesario tener cuidado especial en la parte legal, en ocasiones algunos negocios emprenden bien y luego son frenados por acción jurídica.

  • La persistencia: se trata quizás de las más duras de las actitudes de un emprendedor, que una idea salga mala puede en ocasiones terminar con las ganas de emprender. Pero si se tiene la fuerza para sobreponerse, los resultados sin duda serán más satisfactorios.

El mundo se mueve tan rápido como los negocios, emprender hoy se asoma como una de las posibilidades  si se desea cambiar de vida. Antes de un emprendimiento es bueno ver de cerca todos los aspectos, lo que no debería pasar es que queden ideas sin llevarse a cabo.

 

 


FUENTE: BUSCAR EMPLEO – @Buscarempleo_es

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