Bajo el título de “Redes sociales y emprendedores: cómo rentabilizar su presencia en las redes sociales”, el CEF (Centro de Estudios Financieros) ha celebrado junto a ASECAM (Asociación de Emprendedores de la Comunidad de Madrid) una jornada en la que se han analizado las aportaciones que para los nuevos empresarios puede tener una estrategia de marca en las redes sociales. Utilizar Facebook o LinkedIn para promocionar el negocio son herramientas low cost que, tal y como explica el director general de la institución, Arturo de las Heras, “permiten que los emprendedores se den a conocer y tengan un impacto en sus potenciales clientes desde el mismo arranque de su actividad y con una inversión mínima. Pero hay que tener una estrategia para no dar ‘palos de ciego’, y ser consciente de que cada red social tiene su propio lenguaje y sus ‘reglas’ no escritas que es necesario conocer”.

En su opinión, 9 son los “favores” low cost de las redes sociales utilizadas como soporte de una estrategia empresarial:

1) Construir marca. Dar un gran servicio o tener un excelente producto sirve de poco si nadie te conoce. Las redes sociales nos permitirán construir marca y hacernos visibles ante nuestros potenciales clientes. Una web, un blog, una cuenta de Twitter, una página de empresa en Linkedin o una fan page en Facebook son imprescindibles para todo negocio que arranca.

2) Generar confianza. Las redes sociales sirven para localizar a nuestro público objetivo, con la gran ventaja de que nos permiten segmentar. Una vez establecido ese primer contacto, hay que alimentarlo, con constancia y contenidos interesantes para, poco a poco, ganarnos su confianza y despertar su interés.

3) Comunicar. Nuestros contactos tienen que tener claro quiénes somos, por qué hemos contactado con ellos, cuál es nuestro valor diferencial y cómo podemos ayudarles. Eso no quiere decir que debamos ser invasivos y atosigar con e-mails que no aporten valor. Hay que ir poco a poco construyendo la relación y ganando su confianza.

4) Establecer diálogo. Se terminó la época en que nuestra comunicación con nuestros clientes era unidireccional. A través de las redes sociales entablaremos comunicación directa e instantánea con ellos. En ese sentido, no hay que temer las críticas, sino que hay que responderlas y aprovechar ese feedback para mejorar y fidelizar.

5) Desvirtualizarse. En algún momento, los contactos que hacemos a través de las redes deben convertirse en contactos en persona. Los eventos como jornadas de formación o debate, showroom, afterwork, etc. son fundamentales para la promoción de nuestra marca y el establecimiento de relaciones directas one to one. Las redes sociales son una excelente vía tanto para convocarlos como para difundirlos, incluso en tiempo real.

6) Acelerar procesos. Redes como Facebook o Linkedin nos ayudarán a realizar de manera sencilla y rápida algunas funciones esenciales en cualquier empresa. Desde filtrar candidatos para un proceso de selección, hasta realizar pequeñas encuestas y sondeos de mercado, pasando por habilitar promociones u ofertas especiales para clientes.

7) Hacer networking. Es la esencia de las redes sociales, los contactos. Unos contactos que uno nunca sebe cuándo pueden ser de utilidad. Por esa razón hay que cuidarlos. Ser educado, personalizar, contestar siempre, no discutir, aportar contenido, tener espíritu colaborativo y, sobre todo, ser constante y disciplinado en la gestión de nuestra red son algunas normas esenciales a seguir.

8) Proyectar imagen. Según te ven, así te tratan. La imagen que proyectamos en redes sociales es la que nuestros contactos van a llevarse de nuestra empresa o de nosotros como profesionales. Por esa razón hay que cuidarla y tratar de que refleje fielmente cómo somos. Logotipos, fotografías, vídeos, frases descriptivas y hasta el tipo de lenguaje que utilicemos nos definen y marcan el grado de aceptación que tendremos en nuestra actividad en la red.

9) Vender.  Sin venta no hay empresa y por eso vender es la auténtica prioridad de emprendedor. Redes como Linkedin nos facilitan llegar a ese potencial cliente de nuestro interés y llamar a su puerta. Pero no basta con eso. Esa puerta hay que cruzarla. El emprendedor no se puede permitir el lujo de ser tímido.

FUENTE: http://www.observatoriorh.com/