Después de conversar sobre la marca personal, cómo estaba trabajando en ella y la visibilidad que te puede dar de cara a tu trabajo, me plantean la misma pregunta:

“¿Y ya te ha dado resultado? ¿Es decir, ya has monetizado?”.

Y mi respuesta ha sido la misma:

“De momento, estoy en un paso anterior, estoy sembrando y sé que al final recogeré.”

Sin embargo, esa respuesta hizo que la segunda vez que lo dije, ya no me convenciera tanto, lo reconozco, me entraron dudas, la impaciencia se apoderó de mí, ví el objetivo un poco lejos, me planteé si mi estrategia estaba funcionando: sinceramente, pensé en abandonar. En abandonar las redes sociales, en tomarme un tiempo sin escribir, sin compartir artículos, sin acudir a jornadas y talleres, en definitiva: no seguir en la lucha.

Porque todos los que escribimos sobre desarrollo profesional, empoderamiento, recursos humanos, competencias y habilidades, algunas veces caemos en la trampa de la desesperación, somos humanos, tenemos días tan malos como los de cualquiera y el hecho de que estemos siempre sonriendo no significa que sonriamos siempre.

Pocos minutos me duró la paranoia, creo que las situaciones se convierten en positivas o negativas dependiendo de cómo te enfrentes a ellas y con qué herramientas, así que intenté pensar con claridad y aguantar esas ganas que a veces te entran de llorar y mandarlo todo a tomar vientos. Cogí mi cuaderno de colorear para adultos (¿sabes lo que son los mandalas?) y fue un bálsamo para mí.

Pude replantearme la situación de la siguiente forma:

En el mes de diciembre abandoné el que había sido mi trabajo durante los dos últimos años porque no me satisfacía en absoluto, lo hice para retomar mi desarrollo profesional hacia mi área: los recursos humanos y la formación. En esos dos años había sido invisible, absorbida por un horario partido y fijo fuera invierno o verano, con pocas posibilidades de establecer contactos interesantes, con apenas tiempo para acudir a eventos enriquecedores y lo peor, con esa sensación de que me iba a pudrir ahí toda la vida. Sabes de qué hablo, ¿verdad?

En febrero comencé a escribir los artículos en esta web, fue un soplo de aire fresco para mí, disfruto escribiendo, aporto mi punto de vista sobre las áreas que domino y me siento capaz de hablar de cantidad de temas que tenía aparcados y luchaban por salir. Mi formación y experiencia estaban ahí, sólo tenía que contarlo públicamente para demostrarlo.

Comencé a diseñar una estrategia de marca personal (¡gracias Elena Arnaiz por inspirarme!) que me diera visibilidad, de cara a retomar contactos, hacer muchos nuevos y dar a conocer qué es lo que sé hacer, con el fin de seguir mi camino hacia lo que realmente quiero.

Tenía que hacerme visible de nuevo, nada de “reinventarme” (no me gusta esa palabra en absoluto) sino redescubrirme y plantear mi búsqueda de desarrollo profesional desde otro ángulo, con otras herramientas y volviendo a comenzar de cero. Porque si no estás presente, la gente se olvida de ti fácilmente.

Y miro hacia atrás en estos cinco meses y me doy cuenta de lo que he conseguido:

  • Aumentar mi autoestima.
  • Establecer una red de contactos interesantes para mi actividad.
  • Ser conocida entre mi círculo como profesional en mi campo.
  • Recibir un feedback fantástico de los artículos que escribo, que ya son casi 20.
  • He construido mi web y escribo en mi blog.
  • He conseguido visitas en empresas que me interesa que me conozcan.
  • Saludo a mucha gente que he conocido en este tiempo en los eventos a los que voy.
  • Me encuentro con personas en jornadas o talleres que dicen que me conocen por Linkedin y que leen mis artículos.
  • He impartido talleres y charlas con muy buena acogida.
  • Te hacen comentarios en las redes sociales que demuestran que “algo” estás haciendo bien.
  • Hay personas y empresas que quieren colaborar conmigo en algún proyecto a corto o medio plazo.
  • He colaborado en algunos proyectos para empresas del área de recursos humanos.
  • El móvil alerta constantemente de nuevos retuiteos, me gusta o recomendaciones y comentarios en redes sociales.
  • He tomado café y desayunado con personas que me reconocen como profesional y colega en el área.
  • Hay personas destacadas en mi campo que ya me conocen e incluso comparten y comentan lo que escribo o publico.
  • He conocido personas tan generosas que te dedican tiempo no sólo a escuchar tu proyecto, sino que te dan consejos, te facilitan contactos y te guían.
  • Participaré en octubre en un macroevento, en el que me han asignado dos talleres.
  • Me han llamado valiente, lo cual agradezco, aunque el miedo aparece por momentos.
  • Me han preguntado si soy más feliz ahora y puedo decir abiertamente que sí.

Por todo esto y porque soy tozuda por naturaleza, pensé que no debía abandonar, que la paciencia es fundamental en este proceso y que esto me sirve para coger impulso de nuevo y no perder de vista mi objetivo.

¿Monetizar? Por el momento no tanto (“llevas muy poco, tranquila” me han dicho), pero todo lo que he conseguido hasta ahora no hace más que animarme a pensar que esta carrera de fondo está dando frutos poco a poco y que finalmente llegaré a la meta que me he marcado, bien sea en una empresa que me permita retomar y continuar mi camino o bien en forma de diversos proyectos en los que pueda seguir colaborando de manera autónoma.

Y he querido ser honesta con lo que hago, si animo a las personas en su búsqueda, si les inculco que tienen que utilizar nuevas herramientas, si hago hincapié en la importancia de los contactos, si les digo que tienen derecho a caerse, pero también la obligación de levantarse…¿cómo no me lo voy a aplicar a mí misma?

Muchas gracias a los que estáis ahí siempre apoyando y animando, vuestra generosidad no tiene límites.


FUENTE: LA NUEVA RUTA DEL EMPLEO

AUTOR: PALOMA GRIJOTA @PGTob

http://www.lanuevarutadelempleo.com/Noticias/marca-personal-mi-carrera-de-fondo