La Nueva Ruta del Empleo

Uno de los palabros que cada día penetran más en nuestro día a día es el de la obsolescencia.

Este artefacto del demonio atiende más o menos a esta definición o idea. Si antes teníamos electrodomésticos que duraban eternamente, una cadena de música indestructible, un vídeo VHS o un frigorífico que enfriaba más que en el polo Norte ahora tenemos máquinas con una durabilidad programada. Hemos evolucionado, en muchas casas ya incluimos la domótica e incluso desde la oficina podemos programar el microondas para que la comida esté a punto cuando lleguemos al dulce hogar. Realmente es verdad que nos hacen todo más fácil pero ¿Sabemos que estos compis de viaje tienen sus días contados?

Hace un tiempo y ante un fallo del televisor, llamábamos al técnico y un simple cambio de pieza salvaba la situación, cuando no un “pequeño” golpe al mismo. Ahora llamar al técnico y la posterior reparación hacen que el coste de todo ello supere al de comprar un electrodoméstico nuevo. Es decir, bienvenidos al bucle del consumismo constante.

Es un poco preocupante el coste en empleo de todo ello, ya que dichas profesiones, técnicas o de mantenimiento, irán desapareciendo. Aunque es obvio que nuevas aparecen, se tiende a un ahorro total en el coste del factor humano dando preeminencia a la máquina que monta todo.

Obsolescencia programada también referida al empleo, es decir, si antes sabíamos que podíamos pertenecer a una empresa años y años, tras ser contratados, ahora se tiende a una realidad finita cuando no momentánea.

El periodo de acogida ha desaparecido y debemos dar soluciones inmediatas ante los problemas o realidad de la empresa a la que vamos. Ello quiere decir que previamente debemos haber desarrollado una capacidad enorme, actitudinal y aptitudinalmente, para responder a dicho desafío. La realidad es generalmente fría y los éxitos pasajeros, ya que cada día necesitamos crecer dentro del sistema. Sin denostar el movimiento de psicología positiva, necesaria por cierto, tampoco se puede soslayar la fría realidad que hace que, hasta anclarnos en una empresa, generemos muchos proyectos tras muchos intentos.

No tenemos que tener miedo en enfocar nuestra entrada en una empresa con una durabilidad determinada, sino en pensar en la experiencia que vamos recogiendo. Si somos inteligentes, utilizaremos todo ese bagaje profesional para en un futuro, venderlo como éxito y ahí, si, ser contratados indefinidamente.

Las empresas actuales contratan personas que les generen salidas inmediatas a sus problemas y no contratos indefinidos. Las empresas contratan talento finito que nosotros con nuestro bagaje profesional debemos convertir en infinito. La obsolescencia diríamos que puede ser, dentro del ámbito del empleo, algo que debemos hacer para que nuestra permanencia dentro de ella no se efímera sino duradera. También es verdad que para llegar a esa consolidación es posible que hayamos sido como televisores o frigoríficos actuales, programados para extinguirse tras finalizar su periodo de funcionamiento, pero también es verdad que iremos creciendo y aprendiendo hasta que nuestras piezas sean irrompibles y nos permitan durar y durar….

 

FUENTE: http://www.lanuevarutadelempleo.com/