No saber gestionar correctamente la presión laboral puede desencadenar problemas físicos y emocionales

En más de alguna oferta de trabajo se publica dentro de los requisitos el trabajo bajo presión como una competencia. En la práctica, esto pude entenderse como la habilidad de trabajar bajo condiciones adversas, manteniendo la eficiencia.

En la actualidad, este es un requisito cada vez más exigido. Los niveles de presión son superiores a lo que era hace unos años atrás. En un mercado tan competitivo, el nivel de exigencia de las empresas es cada vez mayor y esto significa recargar a los trabajadores con más trabajo y que lo cumplan en menor tiempo. Pero, a su vez, también ha generado un aumento de estándares de calidad, lo que obliga a utilizar procedimientos y controles que anteriormente no existían.

Por último, la polifuncionalidad también es una de las razones por las que el trabajo bajo presión sea una competencia tan requerida. Las empresas tratan de ahorrar en personal, entregándole a una persona, responsabilidades de dos o más.

Pero ¿realmente es sano trabajar bajo presión? Para aquellas personas que no están acostumbradas a trabajar bajo altas exigencias, tal y como se apunta desde Trabajando.com, lo más probable es que terminen en un desequilibrio físico y emocional, conocido como estrés laboral.

En este sentido, los expertos opinan que inicialmente el estrés puede optimizar la actividad del individuo y por ende aumentar su productividad. Sin embargo, si la persona no sabe manejar estas situaciones, finalmente aumentará el cansancio y disminuirá el rendimiento. “Las exigencias de trabajar bajo presión son muy altas, porque se espera que la persona realice una serie de tareas, en el menor tiempo posible, pero manteniendo la eficiencia, calidad y productividad. Algo que puede parecer simple, pero que muchas veces se termina escapando de las manos y provocando enfermedades”, apunta la Country Manager de Trabajando.com México, Margarita Chico.

Así, si las condiciones laborales adversas te están afectando, te sientes nervioso o preocupado, quizás no te has planificado lo suficientemente bien. Por todo ello, el portal Trabajando.com apunta algunos  distractores y obstaculizadores del tiempo que tienden a atrasar el desarrollo de las tareas y no nos permiten lograr lo planeado de manera eficaz y eficiente. Entre ellos, destacan los siguientes:

  • No planificar
  • No organizar
  • No priorizar
  • Desviarte de los asuntos importantes
  • No delegar
  • No saber decir que no
  • Conversaciones inútiles
  • Falta de precisión en las tareas

Por otra parte manejar efectivamente la presión en el trabajo tiene que ver con otras condiciones individuales que nos ayudan a lidiar con el estrés. “Laclave es cuidar la vida personal y disfrutar el tiempo de descanso, para que puedas recargar las energías, que te permitan enfrentar duras jornadas laborales”, destaca Chico. En este sentido, recogen estos puntos:

  • La salud es primordial
  • Sé puntual y planea tu día desde que te levantas
  • Dormir por lo menos 7 horas diarias
  • Hacer deporte
  • Coger vacaciones
  • Desconectar de la oficina

FUENTE: EQUIPOS Y TALENTO

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