Normalmente trabajo con personas muy jóvenes, con muy pocos estudios y con limitada experiencia profesional (y menos aún en el mercado de trabajo normalizado). Así que cuando quieren buscar empleo en empresas y empezamos a hablar de la entrevista, hay muchas cosas que aclarar.
De momento, la entrevista sigue siendo un momento de crucial importancia en los procesos de selección, así que tenemos que aprender a comunicar, a transmitir quiénes somos profesionalmente.
Quiero repasar los problemas y reticencias que más a menudo suelo encontrarme durante tutorías de orientación sobre entrevista:
Rechazo
¿Por qué no son capaces de ver que soy un/a buen profesional y dejarnos de tonterías? ¿Por qué no me hacen una prueba en vez de tantas preguntitas?
Pues porque no pueden. Querríamos que nos hagan una prueba y ya está. ¡Al seleccionador también le gustaría, pero no es posible! Así que tenemos que aprender a ser buenxs comunicadorxs además de buenxs profesionales. Iría más allá: parte de ser buenxs profesionales es ser buen comunicador/a…
También ocurre que a algunas personas les da rabia haberse tenido que preparar mucho y que luego la entrevista fuera muy blanda. Tienen sensación de pérdida de tiempo. ¿Pero y si la entrevista hubiera sido más dura? Una entrevista puede ser desde algo sencillísimo donde poco más que se expliquen las condiciones y apenas te pregunten nada hasta una batería de preguntas que repasen toda tu trayectoria profesional. Mejor prepararse para esta última posibilidad. Además, esa preparación también sirve para el futuro. Mientras mejor nos conozcamos, mejor.
Comunicación
“Yo no me sé explicar. ¿Qué les voy a contar en la entrevista? No sé qué decirles”
El problema con el que nos encontramos es que podemos ser unxs estupendxs trabajadorxs pero eso no significa que sepamos explicarlo. Esto lo veo mucho en personas que, hasta la llegada de la crisis, no tuvieron excesivos problemas para encontrar empleo (la construcción es paradigmática) o en jóvenes que, por su escaso recorrido, piensan que no tienen nada que aportar. No tienen experiencia haciendo entrevistas pero esto no significa que no puedan ser unxs excelentes profesionales o un gran valor en potencia para una empresa. Hay que encontrar el discurso adecuado, las ideas con las que nos sintamos más segurxs y hacer girar nuestras respuestas alrededor de esos núcleos. La preparación y ensayar es fundamental en esto.
Inseguridad
“No quiero que me juzguen” “¿Por qué me tiene que hacer preguntas tan raras?”
Es verdad que a veces se pueden pasar con alguna pregunta no enteramente profesional o que no venga a cuento, pero lo lógico es que la entrevista sea una relación profesional en la que un empleador está tratando de resolver un problema: si le sirves como profesional. O sea que hay que responder siempre enfocando en lo profesional, relacionando cada respuesta con nuestra vida profesional, con nuestra disponibilidad, capacidades, habilidades, experiencia, formación… todo relacionado con el trabajo. Nuestra vida o nuestras habilidades personales también están relacionadas con lo profesional. Desde ese enfoque podemos responder (casi) cualquier cosa.
Desconocimiento
No sé de dónde me han llamado.
Lo primero, mucho antes que la entrevista, es que la búsqueda sea planificada. Para eso le recomiendo a todo el mundo que no se separe de su “libreta de búsqueda” (digital o analógica). Sirve para tener un mayor control de a qué empresas nos hemos dirigido y también para poder apuntar en ella lo que nos digan en la llamada en la que nos convoquen para la entrevista. De esta forma, los nervios no le jugarán una mala pasada a nuestra memoria
Hay que investigar: internet nos lo pone fácil. Podemos visitar la empresa (las tiendas, por ejemplo, para ver cómo se comportan lxs trabajadorxs, cómo es el ambiente, el tipo de productos que tienen), tratar de encontrar a trabajadorxs que nos puedan dar pistas.
No diferenciarte
“Soy una persona muy responsable”.
Si alguien más me dice lo responsable que es, voy a perder los nervios 😉. Cuando pido a alguien que se defina, esa es la primera palabra que sale de su boca (a veces después de “y yo qué sé”). Estupendo está genial ser responsable, pero es que es lo que dice todo el mundo, o sea que su significado se ha devaluado. Poniéndonos en lo peor, algunas personas dicen que son puntuales. ¡Faltaría más! Tenemos que encontrar factores diferenciales reales, que aporten valor, que te hagan sobresalir sobre el resto de candidatxs, que son muchxs y muy preparadxs, se-gu-ro.
No es cuestión de engañar ni de encontrar competencias cool, no es eso. Hay que realizar un trabajo de investigación con unx mismx hasta encontrar aquello que tienes y que puede resultar de interés para el puesto.
Si no se te dan muy bien las palabras, busca ejemplos de trabajos anteriores, de ocasiones en las que lo hicieras muy bien, de jefxs que estaban muy contentos con tu trabajo, ejemplos de la vida personal que demuestren competencias que pueden ser buenas también en lo profesional. Y nárralo como una historia. Como cuando le cuentas una peli a un amigx: inicio, nudo y resolución.
Miedo y bloqueo
“Me da miedo. Me voy a quedar en blanco, no me voy a saber expresar”.
Es normal tener nervios ante una oportunidad laboral. Son pocas y los procesos complejos. Yo trato de establecer un campamento base de tranquilidad y prepararme mucho. Son las dos cosas que a mí me funcionan. ¿Qué quiero decir con lo del campamento base? Primero felicito a la persona por tener una entrevista. Como decía Arguiñano, en esta casa se celebra todo, hasta los suspensos. Pues eso, los suspensos no, pero cada logro en el camino, hay que celebrarlo. Una entrevista, ¡bien! Ya es un logro, significa que los pasos anteriores los hemos dado bien. Ahora, ¿qué podemos hacer para seguir dejando huella en los pasos posteriores? Preparar todo lo que podamos. Informarnos bien y equivocarnos en las simulaciones, y lo menos posible en la entrevista real.Tenemos que hacer todo lo que dependa de nosotrxs. Si luego hay mejores candidaturas, o hay algún imperativo al que no nos ajustamos y que no podemos resolver inmediatamente… eso ya no depende de nosotrxs. Pero lo que dependa de nosotrxs… ¡hecho! A mí esto me da la tranquilidad de la conciencia limpia, de haber hecho los deberes hasta donde me concierne. Ya sabes: investiga la empresa, repasa cada ítem de tu cv. Qué hacías en cada trabajo, qué aprendiste, cómo fue cada curso, qué significan esos puntos fuertes que has puesto al final. Cuando entrevisto a alguien y no es capaz de explicarme nada sobre algún punto de su cv, le digo “¿lo borramos entonces?”. Un poco borde, quizás, pero me parece muy descriptivo.
fuente: http://squattersblog.com/2015/07/08/entrevistas-ser-profesional-tambien-es-comunicarlo/