Usted probablemente ya sabe que es importante mantenerse hidratado. Pero — dejando de lado la necesidad de ir al baño con frecuencia — ¿será cierto que el consumo de agua realmente puede hacer que usted sea más productivo en el trabajo?

La literatura científica sugiere un posible vínculo entre la deshidratación y la disminución cognitiva. Da para suponer esto: cuando sentimos mucha sed, el agua se convierte en una cuestión de supervivencia y nuestro cuerpo simplemente tiene preocupaciones más urgentes que leer informes y llenar formularios.

Pero investigaciones recientes indican que no necesitamos estar arrastrándonos por el desierto para que la deshidratación entorpezca el funcionamiento del cerebro.

Incluso una deshidratación leve (por la que solo vamos a sentir un poco de sed) puede perjudicar nuestra capacidad de llegar a la máxima productividad.

En una investigación publicada en el Journal of Cerebral Blood Flow & Metabolism en 2014, los investigadores del Instituto de Investigación del Cerebro y de la Mente, de la Facultad de Medicina Weill Cornell, llegaron a la conclusión de que una deshidratación leve, o sea, la pérdida de agua equivalente a menos del 5 por ciento del peso corporal puede impedir el aumento del flujo sanguíneo provocado por la actividad cerebral y necesario para ella.

Efectivamente, la deshidratación rompe los vasos sanguíneos en el cerebro, lo que reduce el rendimiento cognitivo en áreas como la memoria de corto plazo, la atención y el tiempo de reacción.
Agua: incluso una deshidratación que es suficiente para hacernos sentir un poco de sed puede perjudicar nuestra capacidad de llegar a la máxima productividad

“Con base en estas conclusiones, es evidente que incluso una deshidratación leve puede tener un impacto significativo en la capacidad de trabajo y la productividad”, dijo Giuseppe Faraco, profesor asistente de neurología de la Facultad de Medicina Weill Cornell y uno de los autores del estudio.

Los efectos, según el estudio, parecen particularmente acentuados en las personas mayores y los niños pequeños, que generalmente no pueden regular tan bien sus fluidos corporales.

¿Debemos comenzar a beber la máxima cantidad de agua posible en el trabajo? Faraco indica la recomendación de 2003 de la Organización Mundial de la Salud, que afirma que los hombres necesitan de unos 2,5 litros de agua al día y las mujeres, alrededor de 2,2 litros más que los 8 vasos diarios dictados por la sabiduría popular.


FUENTE:  TRABAJO Y PERSONAL

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