PRODIS (Prodiscapacitats Fundació Privada Terrassenca) es una entidad de iniciativa social sin ánimo de lucro destinada a la asistencia y promoción integral de las personas adultas con discapacidad intelectual, enfermedad mental o parálisis cerebral. La entidad colabora con empresas de sectores industriales, de mantenimiento y de servicios para ayudar a potenciar al máximo las capacidades de las personas propiciando que disfruten de una buena salud, física, mental y social.

 

La organización ocupa a más de 250 empleados, distribuidos en varios centros de trabajo y a nivel preventivo dispone de concierto para las cuatro especialidades con un servicio de prevención ajeno.

PRODIS fomenta las buenas prácticas en el quehacer diario del trabajo, siendo la formación en seguridad y salud laboral una de ellas. Para ello se organizan jornadas de formación de forma periódica, donde lo más importante es la participación de los trabajadores y la reflexión sobre cómo realizan el trabajo. Se trabaja la formación a través del juego y de las emociones. Y hacerlo así ha sido el punto de inflexión para convertir unas tediosas sesiones en unas experiencias deseadas.

Al principio, los trabajadores recibían estas jornadas de formación con desagrado puesto que no entendían su aplicación práctica en el trabajo diario y por qué tenían que cambiar su rutina diaria. Actualmente agradecen estas jornadas y aprovechan para comentar situaciones concretas y aportar su experiencia.

Estas jornadas se planifican anualmente como una tarea más y participan todos y cada uno de los trabajadores, aprovechando para analizar y comentar situaciones vividas y ejemplos reales del trabajo diario.

Con el paso del tiempo, se han trabajado aspectos importantes como: la utilización de los equipos de protección individual, la higiene postural, cómo actuar en caso de un incendio o emergencia, el orden y limpieza en el puesto de trabajo, los primeros auxilios, la organización del trabajo, etc. Y se ha acompañado la sensibilización con unas campañas de comunicación con carteles informativos sobre aspectos importantes del día a día.

Todo ello se ha trabajado a través de la metodología de formación de formadores, que utiliza los juegos como eje central para “tocar la fibra” de los asistentes.

 

A partir de la aplicación de esta metodología se ha notado un claro cambio en la cultura preventiva de la compañía, que además se ve reflejado en sus índices de siniestralidad.  Es por ello que la empresa y los mismos trabajadores valoran positivamente la tarea formativa realizada y el cambio de actitud de los trabajadores ante la actividad diaria o hacia nuevas actividades que se plantean en el centro de trabajo.

La formación les ha enseñado a reflexionar antes de actuar, a pensar “cómo lo hago”, “qué necesito para el trabajo” y “cuándo lo puedo hacer”. Tres preguntas básicas para actuar con seguridad y prever posibles consecuencias.

Un ejemplo de ello son los comentarios que se oyen por los pasillos cuando realizamos visitas a los diferentes centros de trabajo:

  • La máquina tiene las protecciones.
  • ¿Te has fijado que llevo los guantes para coger las cargas?
  • ¿Estoy bien sentado?
  • El incidente que tuve el otro día fue porqué no estaba atento, no volverá a ocurrir.

Pasar del powerpoint a la formación participativa da sus frutos, llegando a cambiar actitudes a medio y largo plazo.


FUENTE: PREVENBLOG

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