Las señales de conexión emocional (CE) pueden ser difíciles de interpretar, ya que en las relaciones interpersonales intervienen más variables que la confunden, la modifican o la alimentan. Además, en este artículo hablaremos de esta conexión como una sintonía duradera, estable y placentero, básica para muchas relaciones.

 

 

En este sentido, pensemos que establecer y mantener una conexión emocional no es una tarea sencilla, por mucho que algunas personas lo hagan con naturalidad. De hecho, es un auténtico reto que pone a prueba de manera contante nuestra capacidad para discriminar e interpretar señales dentro de un marco social.

 

 

Señales de conexión emocional entre personas
Las personas con las que mantenemos una conexión emocional nos hacen sentir tranquilos, cómodos en la interacción. Esa conexión nos hace aprender sobra la vida, recargar la energía y ser más felices.

 

 

  1. La comprensión
    Dos personas con esta conexión tienen la posibilidad de alcanzar niveles muy altos de comprensión. Una comprensión que se sitúa en la base de la empatía y que facilita, por ejemplo, la ayuda, la escucha o el consuelo
  2. La conexión instantánea
    Para generar y mantener una conexión emocional no siempre se necesita construir primero esa relación. Puede que las personalidades se acoplen perfectamente desde el inicio. La conexión es, así, instantánea, y puede intensificarse aún más con el tiempo.
    Esto no significa que, si no se siente conexión emocional al conocer a alguien por primera vez, eso suponga que jamás podrá surgir entre esas dos personas. La “instantaneidad” es un rasgo característico de la conexión emocional, pero no determina, en absoluto, su desarrollo.
  3. El crecimiento personal
    Las personas que comparten conexión emocional crecen personal y espiritualmente más rápido juntas. Gracias a esa conexión, esas dos personas conocen a la perfección cuáles son las inquietudes del otro y, generalmente, las comparten. Esto propicia un ambiente positivo que anima a ambos a crecer en experiencias. Esto tiene mucho que ver con la comunicación. Los diálogos entre personas con conexión emocional suelen ser estimulantes. Nunca dejan de aprender el uno del otro, sea cual sea el tema de conversación.
  1. La tranquilidad de ánimo
    Las personas con conexión emocional suelen sentirse en paz en esta compañía. Desde esa ausencia de estrés es muy fácil tomar distancia de los problemas y verlos en perspectiva. Esa tranquilidad da paso a emociones positivas, cuando no a un nuevo punto de vista que permita resolver un determinado problema
  2. La compañía
    La conexión es un buen antídoto para la soledad. La conexión emocional nos cubre con una sensación de compañía, independientemente de la distancia que nos separe. Relacionado esto con la tranquilidad, sentimos que estamos presentes en los pensamientos del otro, que existimos más allá de nuestros límites físicos.
    En los momentos de crisis, especialmente, esta sensación ayuda a encontrar soluciones. Sin necesidad de pedir ayuda, esa persona hará todo lo posible por estar contigo, escucharte y apoyarte cuando más lo necesitas.
  3. La fascinación
    Sentimos fascinación por las personas con las que tenemos una conexión tan especial. Siempre nos parecen interesantes, y somos sus mayores seguidores. Cualquier triunfo de las personas con conexión emocional es compartido por el otro de forma sincera, sin envidia, sin juicios.
    Esto no quiere decir que las personas con esta conexión sean incapaces de ver en el otro los defectos. Son, de hecho, las que más los ven, ya que se consideran transparentes el uno al otro. No obstante, a diferencia de con otras personas, es muy fácil conversar acerca de los defectos del otro y, como ya hemos visto, crecer como persona.
  4. La empatía
    El último rasgo importante de la conexión emocional es la empatía. Como ya hemos visto, las personas que comparten ese vínculo no necesitan verbalizar siempre sus inquietudes: son capaces de extraer las necesidades emocionales del otro a través de la conversación. La facilidad para ponerse en el lugar del otro hace que la relación sea conectada.

 

 

 


Imagen de Engin Akyurt en Pixabay