Lejos quedan aquellos tiempos en los que bastaba con redactar un currículo y entregarlo en la empresa que ofertará el trabajo. Y lejos también aquellos en los que era suficiente con utilizar LinkedIn o Infojobs como herramientas de búsqueda de trabajo. Ahora, si usted quiere tener éxito, no puede quedarse solo en esto. Requiere además un método estructurado, una estrategia. Un porqué y para qué tener presencia en las redes sociales e internet.

«Ha de tenerse claro el porqué y hacia dónde me quiero posicionar. No se trata de hacerlo de manera aleatoria o al azar», explica Roser Casasayas, directora de la oficina de MOA BPI group en Barcelona, una compañía especializada en gestión y consultoría de recursos humanos. «En función de cuál es mi objetivo tendré que seguir a determinados grupos o personas en LinkedIn o en Twitter. Tendré que enlazar contenidos externos o propios de mi terreno de interés. Se trata de que se me reconozca como un actor del sector en el que estoy interesado», aclara.

El mercado de trabajo y el proceso de selección de empleados ha cambiado mucho en la última década. Y seguirá haciéndolo. «En estos últimos años, por cuestiones económicas o porque no interesa demasiado publicitarlo se está utilizando mucho el networking -la gestión de las redes de contactos- a la hora de seleccionar a los posibles candidatos para una oferta», cuenta Casasayas.

Según la experiencia de MOA BPI group, el 80% de las ofertas de empleo existentes permanece en un mercado oculto (aquellos puestos que no salen a la luz, que no aparecen publicados y que se mueven a través de la gestión de contactos). Solo el 20% se encuentra en el mercado visible (todas las ofertas de empleo accesibles a cualquier candidato).

Hay que adaptarse a los cambios y saber aprovecharlos en nuestro favor. Ábrase una cuenta en Twitter, en LinkedIn, en Facebook, en Instagram, un perfil en Infojobs o lo que usted crea conveniente. Eso sí, si quiere lograr un buen resultado, los principales errores a evitar a la hora de utilizar las redes sociales o las páginas de búsqueda de empleo son:

1.- Incluir una foto desactualizada o poco profesional.

Utilice una foto lo más actual posible. Ya sabe que la de la primera comunión no vale, pero tampoco la de su graduación a no ser que acabe de ser.

Intente que, además de reciente, su retrato sea lo más profesional posible. Recuerde las fotos en la playa o de copas con los amigos no siempre constituyen una buena carta de presentación.

2.- Ofrecer una cuenta de correo con motes.

A su familia y amigos puede parecerle gracioso o entrañable que su correo o alias de Twitter sea megustalafarra o pequeñoponi, pero piense que sus futuros jefes tal vez preferirían un más sencillo nombre y apellido.

3.- Relatar hobbies contrarios al puesto.

Ya no vale con el socorrido listado de me gusta leer, conversar y caminar. Ni tampoco quedará bien si es un fanático de alguna actividad contraria a los valores que defiende la compañía en la que quiere entrar. Por el contrario, sus pasatiempos y pasiones pueden ser un punto a su favor. Si busca formar parte de un equipo, tal vez le interese que se sepa que juega al baloncesto desde pequeño o que es voluntario en una ONG.

4.- Tener información desactualizada.

Haga un esfuerzo y tenga su información vital, laboral y formativa al día. Todos sabemos que da mucha pereza, pero tal vez el último curso que hizo o las tareas que está desarrollando ahora puedan ser la clave que le diferencie de otros candidatos

5.- Cometer faltas de ortografía o errores de expresión.

Cuide el lenguaje. A cualquiera le echa para atrás una hache de más o una coma entre el sujeto y el predicado.

6.- Olvidar datos de contacto (teléfono, email y últimamente Twitter).

Se trata de que nos llamen o nos escriban un correo electrónico o un tuit. No complique la labor de aquellos que están interesados en contar con sus servicios.

7.- Descuidar la reputación online por actitudes o contactos desaconsejables.

Todo aquello que subimos o comentamos en la red, permanece ahí, atrapado cual tela de araña. Sea consciente. Si usted quiere mantener una parcela privada en internet en la que no cortarse, siempre le queda la opción de cerrar su cuenta de Facebook, Twitter o Instagram solo para amigos o conocidos.

8.- No generar conversaciones, ni disponer de una estrategia profesional en el uso de las redes sociales que incluya recomendaciones y aptitudes.

Interactúe. Comparta información. Siga a aquellas personas que le interesan. Pero, no lo haga al tuntún. Sepa cuál es su objetivo y actúe en función de ello. Cada perfil necesita unas herramientas y una estrategia, defina cuáles son las suyas.

9.- Ser demasiado extenso y tedioso.

Ya lo dice el refranero, lo bueno si breve dos veces bueno. Sea respetuoso y considerado con el tiempo del que habrá de leer su currículo o presentación. Brevedad, concisión y precisión.

10.- No suscitar interés ni aportar valor

Sepa venderse. Demuestre que sabe, que tiene conocimientos y pasión y que le gusta compartirlo, pero recuerde no olvide el error anterior. Mucho no siempre es más.

FUENTE: http://cincodias.com/