La sociedad española cada vez se encuentra más envejecida. En apenas seis años empezarán a jubilarse masivamente los babyboomers. En solo una década la mitad de la población tendrá más de 50 años. En dos, España será el país más longevo del mundo. Un cambio demográfico que obliga a replantearse cómo será el mercado laboral y cómo se debe gestionar el talento más sénior. Parte de ese desafío pasa por romper con los prejuicios que se tienen sobre los empleados más veteranos como que les falta motivación, o que son incompetentes en lo tecnológico. Excluirles del mercado laboral no solo supone un desaprovechamiento enorme de talento, sino avanzar a marchas forzadas hacia un sistema que no es sostenible, así lo defendieron este miércoles varios expertos en un foro organizado por IMF Business School.
Muchas empresas consideran que cuando un empleado empieza a aproximarse a los 50 años, está ya con un pie fuera del mercado laboral. Y los datos reflejan una realidad preocupante. El 56% de los parados de más de 45 años son desempleados de larga duración, lo que supone que, muy probablemente, muchos no volverán a trabajar. ¿Se discrimina por edad en los procesos de selección? La directora de consultoría de Master Value People España, Ángela Gorostizu, cree que sí. “Hay prejuicios. Muchas veces se piensa que la motivación se pierde con la edad, y se asocia la juventud con la creatividad y el aprendizaje fácil”, lamentó la directiva. Muchas empresas, continúa, se empeñan en mostrar que tienen una plantilla joven, “pero ese dato demográfico por sí solo, no significa que sea necesariamente mejor”, destacó.
Este diagnóstico también lo comparte el socio-fundador de Jomial Research & Consultants, José Ignacio Casas, quien criticó que a los mayores de 40 se les empiece a ver como personas “ciberanalfabetas, incapaces de aprender y de emprender”, cuando la realidad es que aportan experiencias y conocimientos de los que otros colectivos más jóvenes carecen. En este sentido, el director de alianzas y marketing de la comunidad laboral trabajando.com-Universia, Miguel López, señaló que, al contrario de la falta de flexibilidad que se les suele achacar, los perfiles sénior suelen tener más resiliencia, ya que han tenido que afrontar a lo largo de su vida más cambios que las generaciones más jóvenes.
No obstante, Casas reconoció que muchos prejuicios se basan en una idea distorsionada de algún tipo de realidad, y que la imagen de los séniors lleva siendo minada “por decenios de políticas de prejubilaciones anticipadas”. “Cada problema de reestructuración industrial desde los ochenta se ha resuelto con prejubilaciones, así que subyace la idea de que a partir de una cierta edad todo el mundo está pensando en jubilarse cuanto antes”, explicó. Por el contrario, los que tratan de reincorporarse al mercado laboral a partir de los 45 años se encuentran con condiciones muy precarias. Para Gorostizu esta es una realidad que vincula a los séniors con los conocidos mileniales. “Ambos grupos de edad sufren la sensación de que, por mucho que se esfuercen, no van a conseguir todo lo que se propongan”, apostilló la directiva, para quien los jóvenes también tienen un grave problema por delante.
Ante la prolongación cada vez mayor de la esperanza de vida, los expertos que asistieron al foro defendieron la necesidad de alargar la vida profesional. “Hay que tener otra mirada hacia el mercado laboral que incluya flexibilidad, puestos en función de proyectos y tal vez más aligerados en responsabilidad y salario”, señaló el responsable de Savia, Manuel Naharro Arteche. Una medida que también apoyó el director de la Fundación Adecco, Francisco Mesonero, quien insistió en que el debate no va de “arrebatar derechos”, sino de plantearse seriamente qué efectos perniciosos, tanto para los individuos como para la propia sociedad, puede conllevar el hecho de tener inactivas durante más de 20 años a los profesionales.
La directora del departamento de Economía del Círculo de Empresarios, Alicia Coronil Jónsson, se mostró preocupada por si el debate sobre el mercado laboral y la sostenibilidad del sistema se está centrando únicamente en la revalorización de las pensiones. Por eso, reivindicó el papel de los babyboomers: “Vamos a tener muchísimo peso y tenemos derecho a seguir contribuyendo a la economía y a que nos den las herramientas para poder reciclarnos”.
A diferencia de Japón o Escandinavia, que ya llevan años tomando cartas en el asunto, Jónsson criticó que desde la política española “no se esté haciendo absolutamente nada” para proponer cambios regulatorios. Medidas como modificar la edad de jubilación o, al menos, permitir a los trabajadores elegir libremente cuándo hacerlo, según su sector de actividad; u otras como hacer compatible percibir parte de la pensión aunque se siga ingresando cierta renta, algo que ya existe en algunos países europeos, destacó.
Una idea que también expuso el experto en recursos humanos Jesús Vega: “El 68% de este colectivo ha reconocido que estaría dispuesto a sacrificar parte de su sueldo a cambio de trabajar menos, y yo creo que la solución podría pasar por ahí”. Asimismo, animó a dejar de conformarse con la queja y pasar a una reivindicación más activa como ha ocurrido con otros colectivos, como es el caso de los pensionistas o el de las mujeres.
FUENTE: CINCO DÍAS EL PAÍS
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