Saludo con muchísimo cariño a las autoridades presentes, a mis colegas técnicos y agentes de desarrollo local, y a todos los amigos que hoy nos acompañan en la presentación de este libro que hemos titulado “Emprendimiento y Trabajo Autónomo en Castilla-La Mancha: Diagnóstico Integrado y Propuestas Estratégicas 2026–2029.”

Antes de nada, quiero transmitirles la emoción personal que siento. No solo hablo como coautor, sino como alguien profundamente enamorado de esta tierra y de su gente valiente. Llevo años trabajando codo con codo con muchos de ustedes en proyectos de desarrollo local, y sé bien que Castilla-La Mancha no es solo una región en el mapa; es un latido colectivo, una voluntad férrea de superación. Este acto de hoy es muy especial: estamos aquí reunidos para reflexionar sobre el futuro que queremos construir. Y les confieso algo: anoche, repasando mis notas, me di cuenta de que este libro no es únicamente un informe técnico – es un testimonio vivo de sueños compartidos durante años.

Quiero iniciar agradeciendo de corazón a quienes han hecho posible este trabajo. A mi compañero Eugenio Martínez Espinosa, presidente de APRODEL y coautor del informe, cuyo liderazgo y conocimiento han guiado este proceso. A Pedro J. Ripoll Vivancos, diseñador del documento, que supo dar forma atractiva a nuestras ideas. A todo el equipo de APRODEL (Asociación de Profesionales del Desarrollo Local) y a los técnicos colaboradores: este libro es fruto de incontables reuniones, entrevistas y visitas sobre el terreno. Gracias también a la Junta de Comunidades de Castilla-La Mancha por apoyar esta iniciativa, y a las entidades locales, asociaciones de autónomos, cámaras de comercio, universidades… Todos aportaron sus piezas en este rompecabezas. Esto ha sido un verdadero esfuerzo colectivo.

Cuando empezamos a gestar este informe, hace ya algunos años, teníamos claro que debíamos escuchar cada voz del territorio. Por eso, recorrimos la región de punta a punta: desde las sierras de Alcaraz hasta la Alcarria, pasando por la Mancha toledana y los campos de Montiel. Recogimos aportaciones de cada comarca, aprovechando la cercanía y el conocimiento de nuestros Agentes de Desarrollo Local (los queridos ADL). Ellos, vosotros, habéis sido los ojos y oídos en el terreno, asegurando que ninguna realidad local quedase fuera del diagnóstico. Si hoy este documento es rico en matices es, en gran medida, gracias al trabajo discreto y tenaz de la red de técnicos de desarrollo local – a los que personalmente considero los héroes silenciosos del progreso rural.

Ahora bien, ¿por qué hablamos de “Diagnóstico Integrado”? Porque quisimos dar una visión completa, sin compartimentos estancos. Aquí analizamos la situación actual del emprendimiento en la región, evaluamos qué ha funcionado y qué no en las políticas de apoyo, y planteamos 10 propuestas estratégicas muy concretas para el periodo 2026–2029. Todo en un solo documento unificado. Es, digamos, un mapa del camino recorrido y una brújula para el futuro inmediato. Lo presentamos con humildad, pero también con la convicción de que puede ser útil – que es al fin y al cabo lo que queremos: que sirva como hoja de ruta para políticas públicas y acciones sobre el terreno en los próximos años.

Quiero situar brevemente el contexto en el que surge este informe. Estamos a finales de 2025. Venimos de unos años extraordinariamente desafiantes. La pandemia de la COVID-19 supuso un vuelco total en nuestras vidas y también en la forma de trabajar y emprender. En medio de la incertidumbre, vimos una oleada de personas valientes que decidieron iniciar negocios – a veces por necesidad, otras por detectar nuevas oportunidades. Y hoy podemos decir que Castilla-La Mancha está viviendo una transformación estructural en su ecosistema emprendedor. Estamos dejando atrás antiguos complejos. Si antes nos veían como una región de economía tradicional y dispersa, ahora nos estamos posicionando como una región sostenible, digital, innovadora y socialmente comprometida. Este cambio de paradigma no es un capricho; responde a desafíos clave de nuestro tiempo – la despoblación rural, la transición ecológica, la revolución digital – y se alinea con grandes objetivos globales de la Agenda 2030. En pocas palabras: hemos pasado de la era del “resistir” a la era del “transformar”.

Les comparto algunos datos del diagnóstico que reflejan esta realidad emergente: Hoy contamos con aproximadamente 149.400 trabajadores autónomos afiliados en la región, alrededor del 4,4% del total nacional. ¿Y cómo evoluciona esa cifra? Pues en los últimos años prácticamente se estancó – cerramos 2024 con casi el mismo número que el año anterior. Eso nos encendió las alarmas: crecemos más lento de lo deseable. Sin embargo, hay señales muy positivas. La Tasa de Actividad Emprendedora (TEA) en Castilla-La Mancha alcanzó el 7% en 2023, subiendo más de un punto respecto al año anterior. Por primera vez, superamos ligeramente la media española (6,8%) y nos situamos entre las cinco comunidades con mayor actividad emprendedora del país. ¡Entre las cinco primeras! Esto, para quienes venimos estudiando estos temas, es un giro histórico. Castilla-La Mancha ha pasado de estar por debajo de la media a codearse con las regiones más emprendedoras de España.

Además, no es solo cuánta gente emprende, sino cómo les va. Y aquí otro dato esperanzador: tres de cada cuatro autónomos de nuestra región superan la barrera de los tres años de actividad. Es decir, el 75% logra consolidarse más allá del temido “valle de la muerte” de los primeros años. Hace una década esa proporción era bastante más baja. Ahora nuestras pequeñas empresas y autónomos aguantan más, señal de que algo estamos haciendo bien – quizá sea mejor asesoramiento, políticas de acompañamiento más efectivas, o simplemente la garra de nuestra gente. Yo diría que es una combinación de todo. Lo cierto es que estamos viendo más emprendimiento y más resiliencia en los negocios. Un dato agridulce es la brecha de género: emprenden más los hombres que las mujeres en CLM. Eso lo tenemos que abordar con políticas específicas, sin duda.

Y otro aspecto fundamental del diagnóstico: la sostenibilidad y la innovación ya están en el ADN de muchos de nuestros nuevos emprendedores. Alrededor del 63% de las iniciativas recientes dicen tener un alto compromiso con objetivos de sostenibilidad, por encima de la media nacional. Este dato me llena de orgullo, porque significa que nuestra región está abrazando la economía verde y social no por moda, sino por convicción. Cada vez vemos más negocios “con propósito”: jóvenes que emprenden en economía circular, cooperativas que nacen para dar servicios en su pueblo a la vez que cuidan el entorno, startups tecnológicas que desde aquí dan servicio al mundo. Sí, desde aquí, desde La Mancha.

También hemos constatado en el diagnóstico diferencias territoriales importantes. No es lo mismo emprender en Albacete capital que en un pequeño pueblo de la Serranía de Cuenca. Por eso en el informe diferenciamos niveles: capitales de provincia como nodos potentes con universidades y hubs, áreas comarcales con servicios de proximidad, y el entorno rural más disperso donde hay que llevar soluciones adaptadas. Un hallazgo clarísimo es que los Agentes de Desarrollo Local juegan un papel de bisagra fundamental – conectando la estrategia regional con la realidad de cada pueblo. Os lo digo a vosotros, ADLs: sois el puente que hace posible que las políticas sobre el papel se conviertan en cambios reales en nuestra tierra. Sin vuestra dedicación, muchas buenas ideas se quedarían en nada.

Ahora, hablemos de oportunidades. Porque este contexto post-pandemia, con ser duro, también nos dejó ventanas abiertas. Una de ellas es el fenómeno de los nómadas digitales y el teletrabajo. ¿Quién nos iba a decir hace unos años que profesionales de sectores punteros escogerían vivir en nuestros pueblos gracias a la tecnología? Pues está pasando. Castilla-La Mancha se está convirtiendo en un destino atractivo para personas que pueden trabajar desde cualquier lugar con un portátil y buena conexión. ¿Y qué tenemos nosotros? Calidad de vida, tranquilidad, entornos naturales preciosos, y cada vez mejor conectividad de banda ancha. Hoy 1.265 localidades de la región, entre pueblos y pedanías, ya disponen de fibra óptica (lo dijo hace poco el gobierno regional). Es impresionante: la brecha digital rural se está cerrando rápido.

Existen iniciativas, que parecen casi increíbles, están dando fruto: han logrado que familias jóvenes se muden, abran sus portátiles en medio de la Alcarria y llenen de vida escuelas que iban a cerrar. La “España vaciada”, al menos en trocitos de La Mancha, empieza a rellenarse de talento y esperanza. Yo he visitado alguno de estos pueblos y de verdad que emociona ver el cambio: niños en la plaza, nuevos negocios, la panadería que no cierra porque ahora tiene más clientes… Esto es nueva ruralidad. Y la pandemia, paradójicamente, nos dio la oportunidad de acelerar esta tendencia.

En este contexto de oportunidades, no podemos dejar de mencionar la inteligencia artificial y la transformación digital. Son palabras de moda, sí, pero en nuestro informe las tratamos como herramientas reales al servicio de la gente. Castilla-La Mancha no quiere quedarse atrás en la ola de la IA. De hecho, desde APRODEL hemos organizado talleres pioneros de IA generativa aplicada al desarrollo local (varios de los presentes asististeis, ¡gracias por la participación entusiasta!). ¿Por qué? Porque creemos que un pequeño negocio rural puede beneficiarse de la IA tanto como una multinacional: sea para mejorar su marketing, optimizar logística o predecir demanda. La tecnología bien aplicada equilibra el terreno de juego entre lo urbano y lo rural. Imaginen a un artesano de Campo de Criptana usando comercio electrónico inteligente para vender sus productos por todo el mundo… No es ciencia ficción, es ya una realidad incipiente. La Junta también ha lanzado programas de digitalización y estoy seguro de que en la estrategia 2026–2029 la transformación digital será transversal.

Pero en este camino de modernidad, no renunciamos a nuestras raíces. Al contrario, nuestras raíces son una ventaja competitiva. Permítanme presumir un poco de los sectores emergentes y consolidados donde Castilla-La Mancha tiene mucho que ofrecer. Empecemos por el turismo, el arte y la cultura: Tenemos dos ciudades Patrimonio de la Humanidad, Toledo y Cuenca, joyas históricas que atraen visitantes de todo el mundo. Tenemos la ruta de Don Quijote, con nuestros molinos de viento en Consuegra o Campo de Criptana, que son postales reconocibles en cualquier continente. ¿Saben? En este foro de emprendimiento endógeno hablamos del Quijote no solo como literatura, sino como motor de turismo literario y cultural. Y funcionan esas ideas: miren Brihuega con sus campos de lavanda – han convertido una flor morada en reclamo turístico internacional. Ahí hay emprendimiento creativo, ahí hay empleo local.

Seguimos: ocio en la naturaleza. Tenemos dos Parques Nacionales, Cabañeros y las Tablas de Daimiel, aparte de parques naturales como el Alto Tajo, la Sierra de Alcaraz… Territorios ideales para el ecoturismo, el turismo activo (senderismo, rutas BTT, observación de aves) y también para negocios ambientales. Pienso en la micología: somos un secreto bien guardado para los buscadores de setas, con la Serranía de Cuenca y la Sierra de Albacete llenas de níscalos, boletus y demás tesoros gastronómicos. Cada otoño decenas de personas vienen a recoger setas – ¿por qué no convertir eso en rutas micológicas guiadas, en turismo de experiencia? De hecho, ya se organizan jornadas micológicas en varios pueblos viajesylugares.com. También la afición al deporte brinda oportunidades: turismo deportivo con carreras de montaña en nuestros montes, o iniciativas empresariales de turismo cinegético, que en algunos lugares ya es importante.

Otro sector clave: la salud y bienestar. Castilla-La Mancha puede atraer emprendimiento en servicios para mayores, residencias innovadoras, fisioterapia a domicilio en zonas rurales, telemedicina… La llamada “silver economy” es una oportunidad de oro (nunca mejor dicho) en una región con población envejecida en muchas comarcas. Y si hablamos de salud, hablamos de deporte también: cada vez surgen más empresas de ocio deportivo, gimnasios rurales, turismo de aventura… Todo suma.

Y cómo no, energías renovables. Disponemos de un vasto territorio con recursos de sol y viento inmejorables. Ya vemos parques eólicos salpicando el horizonte manchego, plantas solares en antiguos secarrales, iniciativas de biomasa aprovechando residuos agrícolas… Esto trae inversión y empleo verde, y además encaja con nuestra visión sostenible. Un dato: solo en energías renovables y eficiencia, en los últimos años la región ha apoyado cientos de proyectos, desde fotovoltaica en naves de ganaderos hasta start-ups de bioenergía. Es un filón a seguir explotando (sosteniblemente, claro).

No olvidemos nuestros productos locales de renombre internacional: el queso manchego, el vino con Denominación de Origen (Ribera del Júcar, La Mancha…), el aceite de oliva de los Montes de Toledo, el azafrán de Consuegra, la cerámica de Talavera, la artesanía de madera de Guadalajara… Cada uno de esos productos es una historia de emprendimiento que vincula tradición y modernidad. Y son sectores consolidados sí, pero con espacio para innovar, para crear rutas enogastronómicas, para exportar más, para desarrollar marcas turísticas ligadas a ellos.

Como ven, el lienzo de oportunidades es amplio y colorido. Turismo, cultura, ocio, agricultura innovadora, energías limpias, economía del cuidado, tecnología… Castilla-La Mancha no es tierra de una sola cosecha, es un jardín de nichos emprendedores esperando cultivarse.

Con este panorama en mente – luces y sombras detectadas, fortalezas a potenciar – pasemos a la parte propositiva del libro: nuestras 10 propuestas estratégicas para 2026–2029. Estas propuestas buscan responder directamente a las necesidades y áreas de mejora que identificamos en el diagnóstico. Para hacer la exposición más clara, las hemos agrupado en 4 bloques temáticos: los tres primeros bloques contienen 3 propuestas cada uno (3+3+3) y el último bloque es una única propuesta transversal (el famoso 3+3+3+1).

Bloque 1: Capacitación, Acompañamiento y Financiación. Este primer grupo de propuestas pone el foco en la persona emprendedora, en dotarla de herramientas, apoyo y oxígeno financiero para que pueda arrancar y consolidar su negocio.

  • Propuesta 1: Formación y Capacitación Profesional del Emprendedor. Queremos mejorar y ampliar las oportunidades formativas. ¿Cómo? Planteamos, por ejemplo, crear programas modulares cortos sobre gestión empresarial: marketing, fiscalidad, transformación digital, planificación financiera… Cursos muy prácticos, que se ofrezcan tanto presencial en cada provincia como online, y adaptados al nivel de cada emprendedor. Que nadie deje de formarse por falta de tiempo o porque “ya sabe mucho”: habría módulos básicos para quien empieza de cero y avanzados para quien ya lleva años. Además, creemos vital desarrollar las llamadas “competencias blandas”: liderazgo, resiliencia, creatividad, gestión de equipos, inteligencia emocional. Un emprendedor necesita temple ante la adversidad y habilidad para negociar, por ejemplo. Por eso proponemos talleres específicos en estas habilidades humanas que son tan importantes como saber llevar la contabilidad. Y una idea innovadora: instaurar un “pasaporte emprendedor”, un sistema de microcredenciales o certificaciones oficiales donde, a medida que vas completando módulos formativos, vas acumulando sellos o créditos. Sería como un currículum formativo vivo, expedido por la administración en colaboración con la universidad, que reconozca las competencias que has adquirido. Así mejoramos la empleabilidad del emprendedor (porque acredita sus habilidades formalmente) y fomentamos el aprendizaje continuo – siempre habrá un siguiente sello que conseguir, un siguiente curso que hacer.

  • Propuesta 2: Asesoramiento Personalizado y Continuo. Esta es vital. Significa que ningún emprendedor se sienta solo al iniciar su aventura. Proponemos fortalecer la red de apoyo técnico local asignando a cada nuevo emprendedor un tutor ADL de referencia durante los primeros 1 o 2 años de vida del proyecto. Imaginen: Juan, que monta una pequeña carpintería en su pueblo, tiene desde el día 1 un técnico – probablemente el agente de desarrollo local de la mancomunidad – que lo guía, que periódicamente se reúne con él, que le ayuda a resolver obstáculos, a “pivotar” si algo no va bien. Esa figura cercana puede marcar la diferencia entre perseverar o tirar la toalla. Ya existen los espacios “Adelante Autoempleo”, pero la idea es dotarlos de más personal y medios para que este acompañamiento personalizado sea realidad para todos. También proponemos diseñar itinerarios de apoyo diferenciados: no todos los emprendedores son iguales, ¿verdad? No es lo mismo una mujer joven en un pueblo que quiere abrir un taller textil, que un ingeniero de 50 años que lanza una startup tecnológica en Albacete. Los dos necesitan apoyo, sí, pero quizás distinto. Por eso planteamos rutas específicas según perfil: mujeres rurales, jóvenes titulados, parados de larga duración que se hacen autónomos, retornados del extranjero, etc., y también según sector (no es igual comercio que agroalimentario que turismo) y según ubicación (urbano o rural). Cada itinerario integraría asesoría, formación y ayudas adaptadas, evitando el enfoque de “talla única” que a veces tienen los programas. Es personalizar de verdad el servicio público. Y un punto hermoso: queremos implementar un sistema de mentoría intergeneracional. Hay muchos emprendedores veteranos o ya jubilados en la región, con un bagaje riquísimo. ¿Por qué no conectarlos con los que empiezan? Sería una red de mentores voluntarios donde gente con experiencia guía, aconseja y anima a los nuevos. Como esos padrinos o madrinas de negocio. Esto no solo aporta conocimiento práctico (que lo hace), sino también crea un sentimiento de comunidad, de “yo pasé por lo mismo que tú, y aquí estoy para ayudarte”.

  • Propuesta 3: Apoyo Financiero y Fiscal. Aquí abordamos un tema clásico pero siempre crítico: el dinero. Para emprender hace falta financiación, y es un momento difícil porque un proyecto naciente es arriesgado y los bancos recelan. ¿Qué proponemos? Primero, mejorar el acceso a microcréditos y financiación alternativa. Simplificar y difundir las vías existentes (ICO, MicroBank, préstamos participativos…) mediante convenios con entidades financieras regionales. Quizá no haga falta inventar nuevos fondos, sino asegurarse de que ningún proyecto viable se quede sin financiar por falta de avales. Una idea concreta es crear una especie de “ventanilla única de financiación” que oriente al emprendedor sobre todas las opciones disponibles. Que María, que quiere montar una empresa de energías renovables, vaya a esa ventanilla (física u online) y ahí le expliquen: mira, tienes tal subvención, tal microcrédito, posibilidad de crowdfunding, un business angel en tu zona… y si quieres te ayudamos a prepararlo. Se trata más de acompañar en la búsqueda de recursos que de la Administración ponga todo el dinero directamente. Además, proponemos incentivos fiscales diferenciados para autónomos en entornos rurales. Por ejemplo, bonificaciones en el IRPF a quien inicie un negocio en un municipio pequeño, o deducciones autonómicas por invertir en un pueblo despoblado. Ya sé que lo fiscal es complejo y requiere normativa, pero sería una manera de premiar a quien emprende donde más hace falta. Y extender la tarifa plana estatal con complementos regionales, etc. También mencionamos en el informe la idea de apoyar segundas oportunidades: bonificaciones a quien, tras un cierre, lo intenta de nuevo (porque fracasar una vez no te quite las ganas de volver a emprender).

Hasta aquí, amigos, el Bloque 1. ¿Qué les parece? Formación, tutoría, dinero… Son como la trinidad básica para que nazcan más proyectos y con más garantías de éxito. Ahora pasemos al Bloque 2: Infraestructura y Entorno, que recoge las propuestas 4, 5 y 6. Estas ya miran más al ecosistema alrededor del emprendedor.

  • Propuesta 4: Espacios Físicos y Virtuales de Autoempleo. Traducido: lugares donde emprender acompañado. La visión es desplegar una red ampliada de infraestructuras tanto físicas como online que den a nuestros emprendedores espacios de trabajo colaborativo, servicios compartidos y sentimiento de comunidad. Muchos de ustedes conocen los espacios “Adelante Autoempleo” que la Junta impulsó – centros locales de emprendimiento, viveros… Nuestra propuesta es potenciar esos espacios: que en cada cabecera comarcal, en cada zona que agrupe varios pueblitos, haya al menos un punto de coworking o incubación. Aprovechar edificios municipales infrautilizados, equiparlos y dotarlos de personal. Así, por ejemplo, un autónomo de un pueblo pequeño sabrá que a 15-20 km tiene un centro donde puede ir un par de días a la semana, compartir mesa con otros emprendedores, tener buena conexión, salas de reunión, asesoramiento in-situ, etc. Y todos esos espacios interconectados en red bajo la misma marca, con estándares comunes de calidad. Sería como pertenecer a un gran coworking regional distribuido. Complementando esto, en lo virtual, proponemos crear una plataforma digital de “coworking” virtual a nivel regional. Una red online donde emprendedores de distintos municipios puedan conectarse, colaborar, pedir consejo a expertos mediante foros o chat, asistir a webinars, etc. Algo así como un “LinkedIn del emprendedor manchego” pero con herramientas prácticas. La idea es superar barreras geográficas: que alguien que emprende en Ossa de Montiel pueda sentirse igual de acompañado y conectado que alguien en la capital, gracias a la comunidad virtual. Y dentro de este eje de espacios, hay una iniciativa que me encanta: crear un Banco regional de recursos compartidos. ¿Qué es esto? Pues pensemos en aquellos activos infrautilizados que podrían servir a nuevos emprendedores: locales o naves municipales vacías que se ceden temporalmente como viveros, maquinaria industrial que alguna empresa ya no usa y se presta, vehículos de reparto compartidos en una comarca… ¿Por qué no montar un sistema donde catalogamos esos recursos y los ponemos a disposición con cesión o alquiler simbólico? Ayuntamientos, diputaciones, empresas y particulares podrían aportar. Así reducimos costes de entrada: un carpintero novel podría usar durante un año esa máquina que un taller donó, o una tienda online rural podría compartir la furgoneta de reparto con otros dos negocios vecinos. Cooperar para competir, ese es el espíritu.

  • Propuesta 5: Conexión con el Sistema Educativo y Universitario. Este eje busca cultivar el talento emprendedor desde la base. Queremos un ecosistema emprendedor que se nutra de las escuelas, los institutos, la universidad, y viceversa. Por un lado, proponemos fortalecer las alianzas con la Universidad de Castilla-La Mancha, la UNED y la Formación Profesional. ¿Cómo? Mediante convenios para que estudiantes hagan prácticas en startups y proyectos locales, aportando su savia nueva a la vez que aprenden de la realidad. Ya me imagino a esos chicos de la Politécnica de Albacete haciendo pasantías en empresas de base tecnológica de aquí mismo, o estudiantes de FP Administrativa ayudando en cooperativas agrarias a modernizar su contabilidad. Asimismo, invitar a profesores e investigadores a involucrarse como mentores especializados para emprendedores. Tenemos expertos en marketing, en ingeniería, en comercio exterior en nuestras universidades: que presten unas horas de consultoría a emprendedores locales podría ser increíblemente enriquecedor (¡y se les reconocería esa labor en su carrera académica, claro!). Por otro lado, buscamos insertar la semilla emprendedora en la educación formal. Integrar contenidos de emprendimiento en los planes de estudio de todos los niveles. No estoy diciendo convertir a todos en empresarios, sino enseñar desde pequeños a resolver problemas creativamente, a trabajar en proyectos, a entender cómo nace una idea y se convierte en un producto. En primaria y secundaria se puede fomentar el espíritu emprendedor con proyectos colaborativos. En bachillerato y FP ya existen las miniempresas educativas: apoyarlas más, hacer ferias de proyectos estudiantiles, etc. Colaboraremos – es una propuesta – con la Consejería de Educación para elaborar materiales y formar profesorado, de modo que emprender deje de ser visto como algo ajeno y se vea como una opción de vida válida y apasionante para los jóvenes. Y atención a esta sub-propuesta que nos ilusiona: implementar laboratorios de innovación en institutos rurales. Dotar a ciertos institutos alejados de las ciudades con mini-labs: impresoras 3D, kits de robótica, equipos audiovisuales… para que los chavales experimenten, creen prototipos, piensen proyectos que mejoren su entorno local. Estos labs conectados en red, con tutoría quizá remota desde la universidad, o con un “mentor rural itinerante” que vaya pueblo por pueblo. Suena ambicioso, sí, pero ¿se imaginan despertar vocaciones tecnológicas y emprendedoras en una aldea? Estaríamos combatiendo la brecha de oportunidades entre lo urbano y lo rural desde la educación misma.

  • Propuesta 6: Emprendimiento como Estrategia contra la Despoblación. Este eje es muy querido para nosotros, porque toca el problema más acuciante de nuestra región: la despoblación de zonas rurales. Creemos firmemente que fomentar el emprendimiento puede ayudar a fijar población si se hace con políticas específicas e inteligentes. ¿Qué proponemos? Varias cosas: Primero, incentivos a la reubicación de emprendedores urbanos al medio rural. Ya mencioné antes la idea del cheque de reubicación: la desarrollamos en el informe. Sería ofrecer una ayuda económica a quien traslade su residencia y negocio de una ciudad a un pueblo que necesite actividad. Que cubra gastos de mudanza, acondicionamiento de local, quizás parte del alquiler de vivienda… Invirtiendo en atraer personas emprendedoras a pueblos, repoblamos y dinamizamos de golpe. Y también prioridad en subvenciones para proyectos ubicados en municipios en riesgo demográfico. Es una discriminación positiva totalmente justificada: si presentas un proyecto desde, digamos, Albacete capital y yo desde Cotillas (por citar uno pequeño), y ambos son buenos, el del pueblo debería tener un plus de apoyo porque su impacto social es mayor allí. Otra medida: financiación preferente para iniciativas que generen empleo local joven o femenino en pueblos. Es decir, si tu proyecto en un municipio de 500 habitantes va a contratar a jóvenes del pueblo o a mujeres que estaban paradas allí, tendrás líneas específicas de ayuda o un porcentaje más de subvención. Queremos que el emprendedor rural no sea solo autoempleo, sino creador de empleo, que multiplique el beneficio social. Y está la idea de apoyar negocios multiservicio en pueblos pequeños. Seguro conocen este modelo: un autónomo que lleva un establecimiento que es tienda, bar, farmacia básica, cajero… todo en uno. Ya funciona en algunos lugares, evitando que la gente tenga que desplazarse kilómetros para comprar pan o medicamentos. Proponemos extender este modelo: formar a esos emprendedores “todoterreno” en múltiples habilidades, ayudarles con equipamiento integral del local, y facilitar acuerdos con proveedores para abaratar costes (por ejemplo, una central de compras para tiendas rurales). Un multiservicio suele convertirse en el alma de la aldea que lo tiene; es rentable económicamente y además es vital socialmente. Nuestra misión sería garantizar que en cada pueblo que haya quedado sin comercio surja un multiservicio apoyado por la administración.

Bloque 3: Gobernanza y Cultura Emprendedora, que son las propuestas 7, 8 y 9. Estas miran más a la “macroestructura”: cómo mejorar las políticas públicas y el clima social para que el emprendimiento florezca.

  • Propuesta 7: Evaluación, Seguimiento e Innovación en Políticas. Puede sonar burocrático, pero es crucial: necesitamos aprender de lo que hacemos y adaptarnos sobre la marcha. Por eso proponemos implantar mecanismos rigurosos de evaluación continua de las políticas de emprendimiento. En concreto, desarrollar un sistema de indicadores integrales de impacto. Ya mencioné algunos: número de empleos creados por autónomos, tasa de supervivencia a 3 y 5 años, porcentaje de emprendedores satisfechos con los servicios públicos (¿los estamos atendiendo bien o no?), contribución del trabajo autónomo al PIB regional, e incluso indicador de huella demográfica (por ejemplo: cuántos jóvenes o familias han podido quedarse en su pueblo gracias a un proyecto emprendedor). Son datos que hoy por hoy se recogen de forma dispersa o no se analizan juntos. Si los tuviéramos y los monitoreáramos año a año, podríamos saber qué medidas funcionan mejor y dónde, y corregir el rumbo a tiempo. Ligado a esto, proponemos crear un Observatorio Regional de Emprendimiento. Un observatorio permanente, quizá aprovechando el equipo GEM que ya trabaja en la UCLM, donde confluyan universidad, institutos estadísticos, cámaras de comercio, etc. Este observatorio emitiría informes anuales sobre la situación del emprendimiento en CLM. Sería como tener un “estado de la nación emprendedora” cada año. ¿Para qué? Para rendir cuentas y para disponer de recomendaciones técnicas independientes que ayuden a ajustar las políticas. La transparencia genera confianza: si la administración dice “hemos hecho X y el resultado este año es Y, y aquí están los datos”, ganamos todos. Precisamente, otra iniciativa es publicar un Informe anual del estado del autoempleo en Castilla-La Mancha, con estadísticas clave (altas, bajas, sectores en crecimiento o en dificultad) y avances de la Estrategia. Esto obligará a evaluar resultados y visibilizará la importancia del colectivo autónomo, que no olvidemos son casi 150.000 personas aquí. En resumen, en esta propuesta pedimos más ciencia en la gestión: medir, evaluar, aprender y volver a medir.

  • Propuesta 8: Fomento de la Cultura Emprendedora Territorial. Esta es muy de corazón. Porque de nada valen ayudas si culturalmente emprender se ve como “raro” o “arriesgado en exceso”. Queremos promover un clima social favorable al emprendimiento en todos los rincones. ¿Qué acciones concretas? Varias. Lanzar campañas de sensibilización en medios de comunicación y centros educativos para dignificar la figura del emprendedor. Historias de éxito cercanas, no el gran Steve Jobs de Silicon Valley, sino por ejemplo María, que montó su obrador ecológico en un pueblo de Cuenca y ahora da empleo a 5 mujeres. Esas historias existen y merecen pantalla. Imaginemos un espacio semanal en CMM (Castilla-La Mancha Media) mostrando casos así. O jóvenes emprendedores yendo a institutos a contar su experiencia, para que los chavales vean referentes con los que identificarse. También queremos crear un repositorio digital de buenas prácticas locales: una web donde cualquiera que quiera emprender en un sector específico pueda buscar y encontrar ejemplos inspiradores en la región. Si quieres montar, digamos, un negocio de turismo astronómico en la Serranía, que puedas leer cómo lo hizo alguien en la Sierra Norte de Guadalajara. Y no solo leer: conocerlo en persona. Por eso proponemos organizar una “gira de embajadores emprendedores”. Sí, llevar a estos emprendedores exitosos de pueblo en pueblo a dar charlas en primera persona. Nada motiva más que escuchar a alguien de carne y hueso que lo logró contra viento y marea en circunstancias parecidas a las tuyas. Además, esta propuesta 8 incluye reconocer a quienes ayudan a emprender, no solo a los emprendedores mismos. Sugiere instituir premios o menciones para los técnicos de apoyo, los ADL que destaquen por su labor. Un “Premio ADL Innovador” por ejemplo, entregado el Día de la Persona Emprendedora regional. Sería simbólico pero potente: darle visibilidad a ese técnico cuya dedicación fue crucial en un proyecto transformador. Y también proponemos que en las comunicaciones oficiales, cuando se hable de ayudas concedidas o de logros de un emprendedor, se mencione la colaboración del ADL local en ese éxito. Algo así como “Panadería X de Yeles amplía negocio con ayuda Z (con acompañamiento de la ADL local)”. ¿Por qué? Porque muchas veces ese apoyo técnico queda en la sombra y hay que sacarlo a la luz para que autoridades y población en general valoren ese rol clave.

  • Propuesta 9: Herramientas Digitales de Gestión y Colaboración. Esta última del bloque 3 trata de modernizar y digitalizar la gestión pública del emprendimiento, promoviendo la colaboración en red de todos los actores. Les soy sincero: muchas veces los técnicos que trabajamos con emprendedores nos sentimos en silos, repitiendo tareas que otro ya hizo en otra oficina, o esperando papeles que van lentos… ¡Basta! Propugnamos el uso generalizado de herramientas colaborativas en línea para coordinar mejor el trabajo interinstitucional. Un ejemplo concreto que ponemos: implementar un tablero compartido (tipo Trello) entre cada ADL municipal y el técnico de la Dirección Provincial de la Junta correspondiente. De tal forma que, si Pepa (ADL) y Luis (técnico provincial) están ayudando a un emprendedor de la localidad de Pepa, ambos vean en tiempo real en ese tablero qué pasos se han dado, qué trámites están en curso, qué falta, etc. Sería casi como un expediente vivo y colaborativo. Eso evita duplicidades, despistes, llamadas innecesarias… aumenta la transparencia y agilidad. Extensible a más actores, claro. Para lograr esto, hace falta formación digital tanto para técnicos como para emprendedores. No podemos suponer que todos manejan Trello o Slack alegremente. Así que planteamos impartir capacitación en estas herramientas. Por ejemplo, cuando lancemos la plataforma de coworking virtual del Eje 4, nos aseguraremos de que todos sepan sacarle partido, que nadie se quede fuera por no saber usarlo. La brecha digital no puede ser obstáculo para aprovechar la modernización. Finalmente, este eje 9 aboga por crear repositorios compartidos de información: bases de datos con guías, plantillas, preguntas frecuentes resueltas por técnicos, todo accesible a la red de apoyo al emprendimiento. Así un ADL en Yeste puede descargar la misma plantilla actualizada de plan de negocio que otro en Talavera, en lugar de reinventar la rueda cada vez. Homogeneizar y elevar la calidad de la asesoría en toda la región compartiendo conocimiento en la nube.

  • Bloque 4 (Propuesta 10): Impulso al Emprendimiento Responsable y Circular. Este eje final quiere asegurarse de que la sostenibilidad y la responsabilidad social sean el hilo dorado que recorra toda la estrategia. No basta con decir “qué bueno es emprender”, debemos preguntarnos “¿qué tipo de emprendimiento queremos?”. Y nuestra respuesta es: uno que genere prosperidad sin dejar a nadie atrás y sin destruir el entorno. ¿Cómo traducimos eso en acciones? Por ejemplo, planteamos alinear todas las acciones de la Estrategia 2026–2029 con los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS). Priorizar en las convocatorias aquellos proyectos que generen impacto social o ambiental positivo. Evaluar la huella de carbono de eventos o programas financiados por la administración y compensarla si es alta. Reconducir (o incluso descartar) medidas que puedan tener efectos negativos en el medio ambiente. Proponemos también promover modelos de negocio “verdes” y circulares: lanzar convocatorias específicas para proyectos de economía circular (los que reutilizan materiales, reducen residuos, restauran ecosistemas). Se podría establecer, por decir, un premio anual al mejor proyecto de economía circular de CLM, darle visibilidad y apoyo extra. O montar un programa de aceleración “verde” que ofrezca mentoría especializada en sostenibilidad a autónomos que quieran girar su negocio hacia prácticas más ecológicas. Y, cómo no, introducir o reforzar subvenciones “verdes” para autónomos. Por ejemplo, ayudas para que un transportista autónomo se compre un vehículo eléctrico, o para que una granja instale paneles solares, o para que un artesano contrate un servicio de eco-diseño que le ayude a reducir desperdicios. Estas inversiones a veces no se hacen porque el coste inicial asusta, pero con un empujón público se logran cambios significativos. La filosofía de fondo es: queremos crecer, sí, pero crecer de manera distinta, cuidando a nuestra gente y a nuestra tierra. Si logramos que todos nuestros emprendedores integren ese chip responsable, estaremos asegurando no solo un buen 2026–2029, sino un futuro sostenible más allá.

Y con esto, hemos recorrido las 10 propuestas. Diez ejes que van desde la formación individual hasta la sostenibilidad global. Permítanme insistir: no las vean sueltas, conforman un conjunto coherente. Desde la formación inicial del emprendedor (Propuesta 1) pasando por todo el viaje – el acompañamiento, la financiación, los espacios, la educación, la cultura, la digitalización – hasta la evaluación final y la sostenibilidad transversal (Propuesta 10). Todo conectado. Si aplicamos estas medidas con rigor en la Estrategia 2026–2029, creemos sinceramente que el impacto de las políticas de emprendimiento en Castilla-La Mancha dará un salto cualitativo. Abordaremos carencias actuales (que las hay, claro) y nos adelantaremos a retos futuros.

Antes de concluir, quiero destacar tres propuestas estrella innovadoras que sobresalen entre las recomendaciones – ya las mencioné en el esquema, pero las subrayo porque pueden cambiar el juego en la coordinación y el apoyo efectivo:

  1. La creación de un Grupo Motor de Emprendimiento Regional (GMER). ¿Qué es esto? Un órgano, una especie de comité multidisciplinar público-privado-comunitario que se reúna periódicamente para liderar y supervisar la implementación de la Estrategia. Un espacio estable de gobernanza colaborativa, donde estén la administración regional (técnicos de alto nivel de la Consejería, por ejemplo), representantes de APRODEL (esos técnicos de terreno que aportan la visión realista), gente de organizaciones de autónomos y empresariales, alguien del mundo académico (UCLM), y también representantes de cooperativas y startups… todos juntos, codo con codo, siguiendo el avance de las medidas, detectando obstáculos, proponiendo correcciones. Sería como el “cerebro colectivo” de la estrategia. En APRODEL defendemos la filosofía de “liderar el proceso juntos”, porque sabemos que ninguna institución sola puede lograr estos ambiciosos objetivos. El GMER formalizaría esa unión de esfuerzos.

  2. La Red de Asesores Homologados para el Emprendimiento (RAHE). Esta propuesta entusiasma a muchos técnicos. Se trata de crear un sistema de acreditación profesional de asesores de emprendimiento a nivel regional. Homologar a los técnicos – tanto ADL públicos como consultores privados – que cumplan ciertos criterios de formación y experiencia, para garantizar una calidad estándar en la asesoría allá donde vayas. ¿Qué logramos con esto? Profesionalizar la función asesora (dándole reconocimiento y formación continua a los técnicos), y al mismo tiempo crear una comunidad de práctica entre todos los asesores homologados. La Junta publicaría un registro oficial de asesores de emprendimiento – imaginemos, un autónomo podría buscar en la web “asesor especializado en marketing digital en provincia de Ciudad Real” y le aparecería alguien de la RAHE disponible para ayudarle. Y los ADL municipales, que ya cumplen con creces, obtendrían automáticamente la homologación para ser miembros clave de la Red. La RAHE no sustituye sino complementa el trabajo de los ADL, formando un tejido colaborativo: así, por ejemplo, un emprendedor de base tecnológica en una comarca rural podría recibir asesoramiento local de su ADL en lo básico, y además ser conectado con un asesor RAHE experto en startups tecnológicas (aunque esté en otra provincia) vía la plataforma virtual. Con esta red ningún emprendedor se quedará sin un buen consejo por vivir lejos, y los que asesoramos estaremos mejor preparados y conectados. Personalmente, creo que la RAHE puede ser revolucionaria: un antes y un después en cómo se presta ayuda técnica al emprendedor.

  3. Los Coordinadores/as Provinciales de Emprendimiento (CPE). Esta es más organizativa, pero no menos importante. Detectamos que a nivel provincial hay un vacío en la coordinación de políticas de emprendimiento. Las Delegaciones Provinciales de la Consejería hacen trámites administrativos, sí, pero no hay una figura dedicada a dinamizar la estrategia en cada provincia, a convocar a todos los actores locales periódicamente. Proponemos crear la figura del CPE en cada una de las cinco provincias. Sería un técnico/a experto en desarrollo económico, preferiblemente con experiencia de ADL o similar, con gran capacidad de diálogo, que actúe como articulador provincial. ¿Sus funciones? Presidir mesas provinciales de emprendimiento (donde esté la Diputación, ayuntamientos, grupos de desarrollo rural, asociaciones empresariales…) para bajar la estrategia al terreno. Detectar buenas prácticas en su provincia y compartirlas, detectar también problemáticas comunes y escalarlas al nivel regional. Ser enlace entre el Grupo Motor Regional y la realidad local de cada provincia. Este CPE estaría en la Delegación provincial, pero con un mandato específico: coordinar estratégicamente, no solo gestionar papeles. Pensamos que es la pieza que falta para que la orquesta suene afinada en todas las escalas: regional, provincial, comarcal y local.

Amigos y amigas, llegados a este punto hemos trazado un panorama que va desde las alturas de la política regional hasta la tierra fértil de nuestros pueblos. ¿Verdad que es emocionante? Sé que he compartido mucha información (¡demasiada tal vez para una sola intervención!), pero quería hacerlo combinando lo técnico – porque este trabajo tiene solidez técnica – con lo emocional, porque tratamos al fin y al cabo de personas, de sus ilusiones y sus luchas. Y ese equilibrio técnico-emocional define mucho mi manera de ver el desarrollo local: cabeza fría para planificar, corazón caliente para motivar.

Quisiera terminar con un par de reflexiones personales. La primera: este libro, este informe, no es el destino final, es el comienzo de un viaje. Un viaje que va de 2026 a 2029, y más allá. De poco serviría que hoy aplaudamos mucho si luego el documento coge polvo en una estantería. Nuestro mayor deseo como autores es que estas propuestas se conviertan en acciones reales: en decretos, en programas, en cursos, en centros abiertos, en empresas creadas. Que lo que está en el papel salte al terreno. Y para eso, queridos compañeros, los necesitamos a todos. A la Administración regional, cómo no, liderando y poniendo medios. A las Diputaciones y Ayuntamientos, arrimando el hombro y adaptando las ideas a su suelo. A los técnicos de desarrollo, siguiéndonos retando con su experiencia práctica y siendo los ejecutores de muchas medidas. A las asociaciones empresariales y cooperativas, involucrándose, cogestionando proyectos, difundiendo esta visión entre sus bases. Y por supuesto, a los emprendedores presentes y futuros, que sois la razón de todo esto. Que sepáis que no estáis solos, que esta tierra vuestra os quiere viendo triunfar, y que vamos a estructurar un sistema más robusto para que vuestra valentía tenga premio.

La segunda reflexión es casi de peña flamenca les diría: el orgullo de ser manchegos emprendedores. Miren, durante la elaboración del informe tuvimos momentos de debates intensos, análisis de datos muy serios… pero también hubo momentos de emoción pura. Recuerdo una sesión virtual con técnicos de todas las provincias, en plena pandemia, cada uno contando las iniciativas chulas que estaban surgiendo en su comarca. Apagué el ordenador ese día pensando: “¡Qué privilegiado soy de pertenecer a esta comunidad profesional y humana!”. Porque descubrí que en cada rincón hay chispas de ingenio, hay coraje, hay solidaridad. Y eso no sale en las estadísticas, pero es el alma de lo que hacemos. Les animo a todos a sentirse orgullosos de lo que se ha logrado y optimistas de lo que está por venir.

Cuando Don Quijote arremetía contra los molinos creyendo que eran gigantes, muchos se rieron de su locura. Pero él respondía – permítanme citar libremente – “Cambiar el mundo, amigo Sancho, no es locura ni utopía, sino justicia”. Hoy no luchamos contra molinos, sino que hemos aprendido a aliarnos con ellos: esos molinos emblemáticos de Consuegra ahora generan turismo y desarrollo. ¡Fíjense qué ironía maravillosa! Aquello que fue símbolo de atraso, hoy es palanca de futuro. Así también nosotros, con este plan estratégico, queremos convertir retos en oportunidades. Que donde otros ven un pueblito vacío, nosotros veamos un lienzo para la innovación rural. Que donde hay dificultades, veamos desafíos que nos unen en vez de desanimarnos.

Termino ya. Les agradezco profundamente su atención. Gracias por acompañarnos en esta aventura que, insisto, es colectiva. Este libro lo hemos escrito entre muchos y lo tenemos que llevar a la vida entre todos. Los próximos años van a ser apasionantes: si implementamos estas propuestas, estoy convencido de que en 2029 Castilla-La Mancha será referencia nacional de cómo una región tradicional supo reinventarse sin perder su esencia.

Me gusta decir – y con esto concluyo – que cuando La Mancha sueña, La Mancha emprende. Pues bien, amigos: soñemos en grande y emprendamos juntos. Como coautor de este informe y como humilde servidor público, me comprometo a seguir dejándome la piel en ello, con la misma ilusión del primer día.

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