Ya sea por escaso interés de los trabajadores, por tratarse de empleos duros y poco reconocidos o por falta de perfiles acordes, hay sectores con más oferta que candidatos
«El trabajo endulza siempre la vida, pero los dulces no le gustan a todo el mundo», dijo en una ocasión el célebre escritor Víctor Hugo. Y determinados sectores del mercado laboral español parecen confirmar la ‘boutade’ del novelista francés. Ya sea por que aún no existen suficientes profesionales para ocuparlas o por tratarse de profesiones duras y poco reconocidas, hay ámbitos poco ‘golosos’ en los que la oferta de empleo supera —y a veces, por mucho— a la demanda.
Trabajar en un buque
En el sector naval es difícil encontrar candidatos para algunos puestos, como expone Valentín Bote, director de Randstad Research, uno de los principales centros de estudio del mercado laboral. «Evidentemente, se trata de un pequeño subconjunto de trabajos para los que no hay peticiones en cantidad suficiente», explica a El Confidencial.
Lo confirma el ‘Catálogo de ocupaciones de difícil cobertura’ —publicado trimestralmente por el Servicio de Empleo Público Estatal (SEPE), dependiente del Ministerio de Trabajo— y que en su última edición incluye oficios como engrasador de maquinaria de barcos, jefe de máquinas en un navío mercante o mayordomo en un buque.
Las 20 profesiones que detalla el documento están vinculadas al sector naviero excepto dos: deportista profesional y entrenador deportivo. No obstante, este catálogo, «es más un documento para agilizar los trámites administrativos en estos sectores tan concretos» que un estudio completo sobre todas las necesidades reales del mercado laboral, como matizan a este diario desde el SEPE.
Que estos cargos se incluyan en este listado tiene una explicación: cuando una empresa española desea contratar a un ciudadano extranjero debe notificar antes al Servicio de Empleo Público Estatal qué perfil busca, para que este organismo le comunique si hay personas en nuestro país —nacionales o residentes con permiso— que cumplan esos mismos requisitos. Una vez realizado este trámite, el contratante podrá rechazar las recomendaciones del SEPE o, por el contrario, quedarse con uno de los candidatos sugeridos.
Pero hay oficios «de escasa o nula ocupación» —los 22 de la lista— en los cuales ni los trabajadores españoles ni los extranjeros residentes en nuestro país están interesados. De esa forma, la empresa que ofrezca alguno de los cargos incluidos en el catálogo acelera los trámites para contratar a un ciudadano de otro país, ya que se ahorra los sondeos previos por parte del Ministerio.
Los oficios «de escasa ocupación» apenas han variado en una década: piloto de buque, mayordomo naval, engrasador de máquinas…
«Es una herramienta más que un estudio», recuerdan desde el SEPE, aunque en estos sectores existe también un déficit de demanda, que apenas ha variado en la última década. Lo que también revela el documento es que los puestos que aparecen en él son los mismos para los que se solicitaban aspirantes en el año 2012. Y, en su mayoría, entonces y —aún hoy—, se recurre a trabajadores extranjeros para cubrir estas vacantes.
STEM
«Otro de los sectores con mucha oferta y poca demanda son las STEM» (profesiones vinculadas a la Ciencia, Tecnología, Ingeniería y Matemáticas; de ahí sus siglas en inglés), añade Bote. Coincide en este análisis el portal de búsqueda de trabajo TuPrimerEmpleo.com, que indica que » las cinco carreras con déficit de titulados para cubrir las ofertas de empleo son Informática, Ingeniería Industrial, Medicina, Telecomunicación y Caminos».
«Sin embargo, la mitad de los estudiantes de bachillerato no se ven capaces de cursar en un futuro este tipo de estudios y [más del 50%] valoran de forma negativa las materias de Física, Química y Tecnología; solo una cuarta parte las percibe en positivo», añade la web.
A pesar de la demanda, los estudiantes están poco interesados por las disciplinas STEM (ciencia, tecnología, matemáticas e ingeniería)
«Los trabajos a bordo de un buque son muy duros y con poco prestigio», indica Bote. Pero en el caso de las disciplinas STEM, lo que sucede es que «está decayendo la preferencia de nuestros estudiantes por ellas, a pesar de la alta demanda por parte de las empresas y de las buenas condiciones laborales«, lo que provoca que «las empresas no pueden cubrir su oferta con el cupo de titulados en nuestras universidades».
Entre las especialidades que engloba esta rama —y con mejores previsiones de crecimiento en el futuro— se encuentran la programación, la robótica y la ingeniería informática o las matemáticas aplicadas al Big Data, según expone FI Group, una consultora especializada en la financiación de la I+D (investigación y desarrollo).
El informático, como explica Salvador Sicart —director de Hays Response España, empresa dedicada a la selección de personal cualificado—, también es otro de los sectores en los que hay un mayor desajuste entre oferta y demanda. «Se buscan, sobre todo, responsables de programación, desde el nivel más bajo al más alto», apunta.
«Se buscan, sobre todo, responsables de programación, desde el nivel más bajo al más alto», apunta Salvador Sicart, de Hays Response
«Y todo lo que tenga que ver con la automatización de procesos, donde se requieren trabajadores en casi todos los niveles, desde el diseño hasta la ejecución». Y debido a la escasa oferta de mano de obra, como explica el director de Hays España, algunas carreras vinculadas a este ámbito tienen hoy tasas de paro «casi nulas».
«El proceso de automatización y avance tecnológico ha provocado un aumento exponencial de la necesidad de estos cargos; bastante más veloz que la generación de oferta de perfiles de estas características», apunta Sicart. Por ello, las empresas que consiguen captar este talento, ahora se preocupan especialmente por retenerlo en sus filas. «Ofrecen a sus empleados tickets para la guardería, vales de comida, acceso al gimnasio o plazas de parking con la idea de generar ‘engagement’ con la firma».
La automatización ha provocado un aumento exponencial de la necesidad de estos cargos; bastante más veloz que la generación de perfiles
La falta de comunicación entre el mundo empresarial y el ámbito de la educación, así como la escasa —o ineficaz— implicación de la Administración no ayuda a resolver este déficit. «Los alumnos no conocen qué demanda y qué demandará el mercado cuando ellos se gradúen», explica.
Y ahora, la demanda de mano de obra no sigue los criterios tradicionales. «Hoy los clientes piden actitudes, capacidades como el trabajo en equipo o la resilencia, cuando la formación actual rara vez educa en este sentido».
Las profesiones con más futuro
En su ‘Informe de prospección y detección de necesidades formativas’ de 2018, el SEPE también recoge las profesiones con mejores perspectivas en el mercado laboral español, atendiendo a los requisitos que buscan los empresarios, a las posibilidades de generación de nuevos puestos, a la reincorporación de desempleados a dichos ámbitos y al volumen de contratos registrados, así como a la duración de los mismos.
Director comercial, analista financiero, monitor de deporte, veterinario, farmacéutico, optometrista, formador de personal, ingeniero aeronáutico, cuidador de animales u odontólogo se encuentran entre los empleos con más futuro, según su demanda.
A estas se suman otras —todas ellas, propias del sector tecnológico altamente especializado— como: gestor de programas informáticos, responsable de ciberseguridad, experto en computación en la nube, biotecnólogo, nanotecnólogo, responsables de comercio digital y de mantenimiento de instalaciones de energías renovables, genetista; así como profesiones vinculadas al uso de drones en labores agrícolas, a la impresión 3D, al Big Data, al Internet de las cosas, a la robótica inteligente y a la domótica y al diseño de ‘apps’.
Sectores que adelgazarán
Y del mismo modo que ciertas tendencias del mercado contribuyen a ampliar la demanda de candidatos en algunos sectores, esos mismos procesos reducen la necesidad de mano de obra en otros ámbitos.
«La automatización ya está sustituyendo algunas profesiones pero, paradójicamente, está favoreciendo la aparición de otras nuevas, vinculadas a la robotización y a la digitalización, que son ahora las que las empresas buscan», apunta Valentín Bote.
Por ello, las plantillas dedicadas a «lo contrario a estas tendencias», explica Salvador Sicart, van a convertirse en excesivas en pocos años. «En el sector bancario, por ejemplo, ya hay superávit de comerciales físicos y personal de oficina»; unos perfiles que, según alerta el directivo de Hays, tienen «escasa capacidad de recolocación» en su mismo ámbito.
Otros ámbitos, sin embargo, tiene «ritmos bastante cíclicos», como la construcción. «Los empleos vinculados al sector inmobiliario estaban muy cotizados antes de la crisis del 2008, nadie los quería ni los demandaba en torno a 2010 y ahora vuelven a crecer de nuevo».
Previsiones de futuro
Para 2020 habrá hasta 750.000 puestos de trabajo de especialistas TIC —tecnologías de la información y la comunicación— sin cubrir, según datos de la Comisión Europea (CE), que también alerta de que más del 30% de la masa laboral del continente tiene un nivel insuficiente de habilidades digitales en comparación con lo requerido por el mercado.
Empleos que existen hoy desaparecerán mañana y puestos aún por definir serán necesarios en unos años. El rápido advenimiento de los cambios que afectan al mercado laboral, incapaz a veces de adaptarse a los mismos, obliga a empresas, trabajadores e instituciones a replantearse sus estrategias.
De acuerdo con el informe ‘Global Talent 2021 de Oxford Economics’, solo algunos países, como China, Argentina u Omán tendrán un balance equilibrado entre la oferta y la demanda de empleo para dentro de dos años. Como indica el documento, la potente inversión en educación del gigante asiático «le permitirá satisfacer sus necesidades y mantener su rápido desarrollo económico», a pesar incluso del envejecimiento de su población.
Por el momento, la formación de la mano de obra, la especialización —y el «aprendizaje continuo», como apunta Sicart—, las políticas de empleo pensadas a largo plazo o la modernización de la enseñanza se posicionan como posibles soluciones —aunque lentas y parciales— del desajuste del un volátil mercado laboral que, según la CE, enfrentará enormes retos en la gestión del talento en el futuro más cercano.
FUENTE Y AGRADECIMIENTOS A: por Javier Corbacho en el CONFIDENCIAL
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