Fundación PwC y Plan International publican su ‘Informe Mujeres jóvenes ante el empleo ‘

El mercado laboral del futuro se verá fuertemente condicionado por el avance de la digitalización, que transformará, en los próximos diez años, los sectores de actividad, los puestos de trabajo y las competencias profesionales necesarias. ¿Cuáles son los retos que entraña esta situación para la inserción laboral de jóvenes y niñas de entre 14 y 25 años? ¿Qué medidas pueden mejorar sus perspectivas de futuro? Estas son algunas de las preguntas a las que la Fundación PwC y la organización Plan International han dado respuesta en el informe ‘Mujeres jóvenes ante el empleo. Girls Get Equal Job’.

La Fundación PwC y Plan International han detectado algunas tendencias que podrían posicionar a la mujer en una situación de desigualdad en los próximos años. Entre ellas destaca la elección de itinerarios formativos diferenciados entre hombres y mujeres, dado que estas optan por profesiones más ligadas a la asistencia y la salud, los hombres prosiguen itinerarios más orientados a las profesiones técnicas.

Asimismo, también hay una participación minoritaria de la mujer en algunos de los sectores que se espera creen mayor ocupación en los próximos años y una mayor dificultad de incorporación al mercado laboral, la cual se refleja en la evolución de los salarios, o la temporalidad y la equidad de géneros en la tasa de actividad. Sumado a ello, el envejecimiento de la población podría derivar en presión para que algunas mujeres renuncien a su trabajo para dedicarse al cuidado de las personas mayores.

En contraposición, el informe expone que, en los próximos años, las empresas requerirán nuevas competencias en sus profesionales. «El mercado laboral valorará cada vez más las competencias profesionales de carácter transversal y social, tales como una favorable disposición hacia el aprendizaje continuo, la adaptación, la creatividad o la innovación, que tradicionalmente se han relacionado con las habilidades de las mujeres», apuntan.

De este modo, las competencias digitales pasarán de ser un elemento diferencial a convertirse en una necesidad básica y el pensamiento matemático tendrá un peso importante en el mercado de trabajo. Asimismo, cobrarán importancia otras habilidades relacionadas con el desempeño social, la gestión de las emociones, la comunicación o el liderazgo.

¿Cómo mitigar la vulnerabilidad de las niñas y jóvenes frente al panorama actual a partir de estas tendencias? A partir de encuestas para recabar la visión del ámbito empresarial y de la población de mujeres jóvenes, y un taller de trabajo con representantes del mundo empresarial y de las administraciones públicas, el informe aporta cinco recomendaciones de actuación para mejorar la inserción laboral de niñas y jóvenes desde el enfoque de competencias.

  1. Transición hacia la sociedad de competencias: Reforzar el desarrollo de las competencias sociales y transversales a partir de un reenfoque del currículo educativo y del desarrollo de certificaciones en competencias desde la Formación Profesional. «También se deberían establecer mecanismos de seguimiento que permitan detallar cuál es la situación específica de las niñas y jóvenes, que sirvan para la elaboración de políticas públicas transversales de género», apunta el informe.
  2. Formación técnica y digital: Incrementar la presencia de niñas y jóvenes en las disciplinas técnicas en los ciclos de Formación Profesional, o la configuración de claustros mixtos en el profesorado encargado de diseñar e impartir formación en los niveles educativos superiores. Además, «se debería revisar en profundidad la Formación Profesional, generando nuevos perfiles profesionales con más peso de las competencias digitales», apuntan los expertos.
  3. Orientación profesional: Desarrollar un modelo de orientación profesional libre de sesgos de género que incorpore el trabajo en competencias transversales, que además incluya formación en igualdad de oportunidades de los docentes responsables.
  4. Eliminación de estereotipos: Reforzar la presencia de los referentes femeninos en los contenidos educativos, así como mensajes y apartados específicos relacionados con la igualdad. Promover la incorporación de mujeres en puestos de referencia de la empresa.
  5. Trabajar desde las familias: Insistir con las familias en la formación en competencias y en los mensajes, tanto verbales como no verbales, que transmiten a sus hijas. Promover una educación en igualdad, poniendo en valor la formación tecnológica y las nuevas habilidades clave para el mercado laboral en los hijos, indistintamente de su género.

 


 

FUENTE: @EquiposyTalento

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