Tengo la enorme suerte de que muchísima gente me escribe para contarme su situación, para hacerme partícipe de una pequeña parte de su vida – esa parte que les frustra, que les quita el sueño. Me siento honrada por la confianza que depositáis en mí, y además, me permite conoceros mejor y así puedo daros respuestas y soluciones mucho más eficaces y que lleguen a más gente :happyface:

Ah! y excepto que el servidor de correo me juegue alguna mala pasada – que llevo unas cuantas-, los leo TODOS y, antes o después, doy respuesta a todos.

Por ello, un millón de gracias de corazón.

Esta semana he tardado bastante en preparar el artículo que os traigo – primero, porque tenía mucho que contaros pero quería sintentizar el máximo para daros la esencia (me recuerda a una cita de Wilde que es algo así como “Disculpe que le escriba una carta tan extensa, no tuve tiempo de hacerla más corta“), y además, esta semana me tocaba probar otro formato nuevo – que me da mucho menos corte que el vídeo  y espero que os guste.

“Me tiré 8 años haciendo un trabajo que no me gustaba, en el que no estaba a gusto, mi jefe no me valoraba nada y finalmente con el ERE me despidieron”

“Sabía que no era el trabajo de mi vida, y ni siquiera se me daba especialmente bien, pero necesitaba trabajar en algo porque llevaba mucho tiempo en paro. Me arrepiento de no haber esperado para encontrar algo mejor, porque después de 3 años no sé cómo salir de este.“

“Siempre me gusta más el trabajo de mis compañeros que el mío. Sé que me van a echar de un momento a otro porque mi jefe no me traga y sé que no está nada satisfecho con mi trabajo, lo que pasa es que llevo ya muchos años y yo creo que están esperando que me vaya yo”

No sé cómo decir esto para que suene lo más suave y cariñoso posible, o sea que lo voy a decir tal y como me sale:

Todos aquellos que tengáis a vuestras espaldas X años de trabajo mediocre, o sin ningún logro que resaltar como único aval en el CV, lo tenéis muy complicado en un mercado en el que hay que destacar, hay que diferenciarse, hay que llegar a ser MUY BUENOS solucionando un problema o satisfaciendo una necesidad concreta.

Cuando recibo mails con frases como estas -son reales-, se me ponen los pelos de punta. Entiendo que cuando estamos “dentro del problema” no somos capaces de ver las cosas con objetividad, pero alguien le tiene que poner el cascabel a este gato.

Ahí va un poco de mi historia personal para explicarlo:

Muchos de vosotros sabéis que a poco de fallecer mi padre, me puse a trabajar en un banco. Yo tenía 19 años. Cuando terminó mi beca de verano, me ofrecieron un contrato fijo (“he visto cosas que vosotros no creeríais” ;) – estuve casi 10 años en ese banco.

Diez años aborreciendo el trabajo que hacía. Yo, de letras puras detodalavidadeDios, pasaba TODO el día rodeada por números, apuntes contables, cuadres, liquidaciones, contabilidad analítica, declaraciones a Banco de España…. You name it. Aquello era un horror.

Podía haber pasado ese tiempo como un mueble ahí dentro. Podía haber decidido dar el “mínimo posible” – ganar mi dinerito, acabar mi carrera y luego cambiarme a algo mejor. Podía haberme convertido en un *muerto en vida laboral* (la edad no es obstáculo: hay muchosjóvenes muertos en vida laborales) como tantos que he conocido en mi carrera.

Pero una de las poquitas sabias decisiones que tomé en esos años que sólo se tiene un dedo de frente   ;) fue esta: decidí que, ya que ese era mi trabajo en ese momento, que iba a aprender y a hacerlo lo MEJOR que pudiera.  Decidí que si esa era la oportunidad que tenía delante, que la iba a aprovechar. Que tenía que estar orgullosa de mi trabajo SIEMPRE. Dejé de pensar a todas horas que no me gustaba lo que hacía, Empecé a pensar en cuál iba a ser mi reto: llegaría a ser Jefe de Departamento.

Y como trabajé duro para llegar a ser muy buena en mi trabajo y logré una buena reputación profesional, de ahí me ficharon en una entidad multinacional para un puesto mejor… y de ahí me ficharon en otra, y acabé siendo parte del Comité de Dirección de una Sociedad de Valores, cobrando mucho dinero y con un importante equipo a mi cargo.

En total: 15 años entre números.

Veréis, cuando te encuentras en un trabajo que a priori no te encaja, puedes tomar una de dos decisiones:

1. Puedes optar por la ley del mínimo esfuerzo

Hago el trabajo para el que me pagan mientras sueño con un trabajo mejor, con una vida mejor. Te desvinculas emocionalmente de la empresa, del equipo, de los objetivos. Interiormente, te has despedido tú mismo. Es cuestión de tiempo que ese despido venga también desde fuera.

2. O… puedes tratar de sacar lo mejor de la situación

No me refiero a dinero, no me refiero a que tu jefe esté más o menos contento, no me refiero a hacer pasillo, me refiero a que ese tiempo no pase para ti en balde. Que no sea un tiempo perdido/mediocre en tu CV.

Sé que no quieres oír esto. Sé que preferirías que te diga: “coge la puerta y vete, que hay muchas oportunidades ahí fuera y tú no tienes por qué aguantar algo que no te interesa” -sin un plan, sin una estrategia, sin un objetivo?-. O simplemente, el cómodo dejar pasar las horas y esperar a salir de la oficina para buscar la pasión y la alegría que tu trabajo no te da.

Pero no es eso lo que te voy a decir.

Si ya me conoces algo, sabes que no te voy a animar a ser mediocre. No te voy a animar a buscar salidas fáciles –porque al final NUNCA te llevan donde realmente quieres llegar.

Yo te voy a animar a que seas la MEJOR VERSIÓN posible de ti mismo. Te voy a animar a que te diferencies, a que salgas de la mediocridad, del victimismo. Te voy a animar a que vivas la vida plenamente. Te voy a animar a que PERSIGAS TUS SUEÑOS.  Te voy a animar a tomar decisiones. Te voy a animar a salir de tu zona de confort. Te voy a animar a que apuestes por TI, a que confíes en TI.

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La estrategia de las personas que siempre logran lo que desean en su vida profesional

Vale, pues te voy a decir cómo puedes sacar lo mejor de esa situación que no es la ideal para ti y cuál es la estrategia que las personas que logran el ÉXITO en su carrera profesional -eliminando los golpes de suerte, los apellidos ilustres, los papás súper relacionados, los forráos… vamos, centrándonos en la gente normalica como tú y como yo-.

Pero sólo si me prometes que lo escucharás sin cinismo, victimismo o prejuicios. Para lograr algo que no has logrado hasta ahora, tendrás que ver las cosas de  manera que no has visto hasta ahora… o sea que ¿listo?

Cada persona es un “work in progress” – no llegamos a ser nunca un producto terminado, estamos siempre en constante desarrollo. ¿Y dónde nos desarrollamos? pues teniendo en cuenta que de nuestro tiempo de vigilia, la mayor parte del tiempo lo pasamos trabajando – o buscando o creando ese trabajo -, ahí parece que es donde reside el mayor potencial de desarrollo.

Deja de ver el sitio en el que te encuentras ahora como una cárcel, como un pozo sin fondo, como una tortura.

Dedícate a lo que amas, y si no puedes, ama a lo que te dedicas.

No voy tan lejos como para decirte que lo AMES, pero sí para que cambies la mentalidad con la que te enfrentas cada día a tu trabajo -o a tu búsqueda. Por desgracia, crecemos viendo la educación, el aprendizaje como algo estrictamente académico – te tiras enemil años tragando cantidades ingentes de información, de la cual, sólo un pequeño porcentaje te va a servir en la vida real. Uno piensa que podría, cuando menos, epatanar a alguien recitando los tipos de nubes (“cúmulos, estratos, nimbos, cirros”), pero a la larga, no me ha servido ni para acordarme del paragüas cuando veo los nimbos aparecer ;))))

Cuando somos adultos, somos plenamente conscientes de que las competencias que en realidad necesitamos para hacer bien nuestro trabajo, no nos las enseñaron en el colegio: las tenemos que aprender en el propio lugar de trabajo. Bien, pues mi propuesta es: aborda el trabajo para convertirlo en tu Universidad privada, en el sitio donde puedes aprender algunas de esas competencias que te van a preparar para tu próximo trabajo.

En todos (TODOS) los trabajos se puede aprender, desarrollar habilidades. Cualquier trabajo te puede ayudar a practicar y a desarrollar alguna de tus fortalezas que más adelante serán esenciales para hacerte EXPERTO en tu materia – para llegar a ser uno de los mejores en lo que haces y así alcanzar tu Santo Grial.

Es que resulta que la manera de encontrar la pasión en tu trabajo… es trayéndote la pasión desde casa. Porque la pasión, las ganas, la ilusión… en realidad no están en la tarea en sí. De ser así, habría trabajos, tareas que universalmente gustarían a todo el mundo, que todos querríamos, y no es así.

Mi propuesta es que, en vez de dejarte vencer por una situación que te PUEDE, que cojas las riendas y decidas TÚ qué es lo que quieres sacar de la situación. TODOS los trabajos -y situaciones- te pueden enseñar algo, pueden ayudarte a desarrollar capacidades, pueden ayudarte a identificar aspectos en los que eres bueno y puedes aprovechar para practicar y llegar a ser uno de los mejores – sé egoísta: piensa qué te interesa a TI sacar, aprender, desarrollar de ese trabajo… y hazlo lo mejor que sepas.

CÓMO:

Desgrana lo que haces en tareas, en acciones separadas, lo más pequeñas posible, y verás que, aunque algunas no sean de tu interés, hay otras que sí lo son. Céntrate en esas. Cébate en esas. Hazte BUENÍSIMO en esas. Muchas de las tareas que haces podrías hacerlas con más ganas, con un poco más de ilusión, con el objetivo de hacerlas cada vez mejor, de ir sacándolas el jugo de desarrollar ciertas capacidades que sí te sientes cómodo usando, aprovechando.

Sí, ya sé que en este momento estás pensando en todas las razones por las que tú tienes el peor trabajo posible y el mundo es muy injusto. Bien, pues déjame que te cuente una historia:

Una persona cercana a mí aceptó un trabajo aparentemente interesante y dentro de su sector de interés. Era en una empresa que dirigía una persona con una discapacidad física –hasta ahí, todo bien-, pero a quien dicha circunstancia personal le había convertido en una persona amargada, abusadora, tiránica y les maltratada psicológicamente. Como os lo cuento.

En el equipo trabajaban varios, que se trataban de apoyar en la desgracia y la dificultad del día a día, ya que él las tenía absolutamente aterrorizados. Pero a la vez esto les producía un extraño síndrome de Estocolmo, y no se atrevían a abandonar la empresa.

Pero esta persona, a pesar de todo, decidió hacer su trabajo lo mejor posible. Decidió que iba a aprender como una esponja, iba a ser la mejor en lo que hacía. De tal modo lo hizo, que logró impresionar con su trabajo a un cliente que la fortuna hizo que estuviera increíblemente bien relacionado, y le ofreció un trabajo estupendísimo fuera de España. El resto es historia (con final feliz).

No digo que esto sea fácil. Si lo fuera, todos tendríamos éxito. Pero te aseguro que a base de tratar de ser cada vez mejor, a base de buscar la manera de obtener los mejores logros en todo lo que haces, acabarás siendo alguien excepcionalmente preparado para conseguir el MEJOR trabajo que quieras lograr.

AUTOR: MLMORENO FUENTE: ZUMODEEMPLEO.COM