Fórmulas como el ‘venture debt’, el ‘media for equity’ y las notas convertibles son cada vez más populares en el ecosistema de ‘start up’ español. Descubre qué condiciones imponen.
Un hombre sentado a una mesa. Frente a él, un asesor bancario le explica las condiciones y ventajas del préstamo que está a punto de firmar, porque a la entidad le ha convencido el plan de negocio que ha presentado como garantía de éxito de su próxima aventura empresarial. ¿Recuerdas esta imagen? Los emprendedores no se caracterizan, precisamente, por acudir al banco a pedir préstamos, ni las entidades quieren asumir el riesgo que supone prestarle a un innovador. De ahí que, cada vez más, se popularicen otras fórmulas de inversión que van más allá de los ya conocidos business angel.
Notas convertibles
«Se trata de un método en el que un inversor aporta un capital a la start upinicialmente en forma de préstamo. El objetivo del préstamo no es ser devuelto sino que se convierta íntegramente en capital más adelante», señala Javier Megías, CEO y cofundador de StartupXplore, quien subraya que esta fórmula está pensada para start up «en su primera ronda que quieren retrasar la toma de decisión sobre la valoración que le quieren dar a su compañía. Los inversores que entran en estas condiciones, básicamente, tratan de dilatar en el tiempo la valoración a la que invierten hasta la siguiente ronda en la que ya existan métricas sobre las que decidir cuánto vale esa start up«.
‘Venture debt’
Este método es una vía de financiación híbrida remunerada como préstamo y capital: «Hay que devolver la cantidad recibida con intereses, pero se realiza con fondos de capital riesgo y la relación establecida es clave», explica Izanami Martínez, presidenta de la Asociación Española de Startups y CEO de Doctor24. Inveready es el mayor referente nacional en la realización de operaciones de Venture Debt. «Las fuentes de financiación de una empresa tienen sus fases. Cuando una start up es ya una realidad empresarial y ha mejorado su perfil de riesgo, lo mejor sería encontrar alternativas al capital. La inversión en equity busca un retorno de, al menos, dos dígitos altos anuales y supone dilución de capital. Si la empresa crece, esto implica cada vez mayor coste para los accionistas. En este sentido, un préstamo sale más barato. Otra opción es intentar acceder a un crédito bancario. Sin embargo, para las entidades financieras el riesgo de estas compañías sigue siendo demasiado elevado o no pueden otorgar los importes y estructuras que las empresas de base tencológica demandan» asegura Carlos Conti, socio de Inveready.
El Venture Debt ofrece un préstamo a tres años con uno de carencia. Eso sí, el tipo de interés al que obliga es elevado más una remuneración adicional que suele ser un pequeño porcentaje de la compañía. «Lo habitual es que se pida entre el 15% y el 20% del valor del préstamo en participaciones, sin derechos políticos. Es decir, nos adherimos al pacto de socios. De esta manera participamos en la creación de valor que nuestra financiación permite, pero no afectamos a la paz societaria», recuerda Conti. El coste del Venture Debt se encuentra entre el coste del capital y el de la deuda bancaria.
Para acceder a un préstamo de este tipo la compañía debe contar con un nivel de riesgo adecuado, tiene que estar generando flujos de caja o encontrarse a la espera de un evento de liquidez, como el cierre de un contrato o la venta de la compañía. «No puede ser una solución para hoy que se convierta en un problema el día de mañana», advierte el socio de Inveready.
‘Media for equity’
Éste es un caso especial de inversión. «Se trata de una vía en la que un grupo de medios, en lugar de aportar dinero a cambio de participaciones de la start up, ofrece publicidad», explica Megías. Un ejemplo es Wallapop con Atresmedia, recuerda Aletxu Echevarría, emprendedor e inversor en compañías digitales, quien apunta además que este método «consigue una penetración de consumo mayor y, con esa revalorización se puede ir a otra ronda». Eso sí, esta fórmula no sirve para cualquier start up: está dirigida a firmas cuyo cliente sea el consumidor final y que tengan una audiencia masiva (no de nicho). «No deja de ser una ampliación a la que pueden acceder firmas cuyo producto sea fuerte, tengan cierto tamaño, una imagen de marca y un producto compatible con la audiencia del medio al que se postulan», enumera Francisco Velázquez, presidente de Axon Partners.
Si se cumplen estos requisitos se podrá acceder a este tipo de financiación en la que, como señala Megías, «se deberá tener en cuenta el descuento al comprar, los medios concretos en los que aparecer, los horarios, el formato, el tiempo, etcétera. En resumen, todo lo que se contempla cuando se compra publicidad en cualquier medio». Además «es clave para el éxito de la operación que las firmas puedan calcular el impacto que aportan las apariciones en medios, la necesidad que tienen de repetición y la segmentación de la programación», advierte Izanami Martínez, quien también recuerda que en España «son dos grupos, principalmente, Atresmedia y Mediaset, los que están desarrollando este modelo. Quizá el método más vistoso, porque desde que se popularizó podemos ver cantidad de start up en televisión: Wallapop, Mamuky, La Nevera Roja, entre otras».
Una forma, ésta, muy parecida a la bautizada como creativity for equity «en la que agencias de comunicación y márketing, a cambio de una participación de la empresa, ofrecen sus servicios en cualquier función del media plan típico (según acuerdo): visual, gráfico, planificación de medios, etcétera», indica Aletxu Echevarría.
‘Tech for equity’
La aplicación tecnológica resulta determinante para el desarrollo de una start up y, sin embargo, son muchos los equipos que no cuentan con la capacidad de crear esa tecnología. «Este tipo de financiación, que consiste en intercambiar servicios vinculados a la tecnología por un porcentaje de acciones de la empresa, permite tener el convencimiento de que tu proveedor tecnológico estará vinculado en el éxito del proyecto y dedicará los fondos de las primeras rondas al crecimiento y la validación del negocio», explica Izanami Martínez quien, además, pone como ejemplo a Kubide, «que ofrece este tipo de acuerdos y ha trabajado con start up como Verificauto o Muwom, un proyecto en el que participa Carlos Jean».
El cliente
Kandarp Metha, colaborador científico de Iniciativa Emprendedora de IESE, recuerda que una de las fórmulas más seguras es la de convertir a tus clientes en inversores. «Vendes tus productos al portador. De esta manera haces que tus clientes presentes y futuros formen parte de tu compañía». Un canal de capitalización que no te obliga a diluir capital.
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Fuente: http://www.expansion.com/emprendedores-empleo/emprendedores/2015/11/26/56575294268e3eab3d8b4640.html
Agradecimientos a: ARANCHA BUSTILLO
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