Hay vida más allá de las consolas y las tabletas. Puede que sus hijos no lo crean, pero ya es hora de demostrárselo. No es que vayamos a hablar de los juegos de toda la vida, pero sí de otros analógicos que han sabido reinventarse y hoy entretienen a un público de todas las edades. Cartas, fichas y tableros con los que no solo divertirse este verano, sino que también potencian sus habilidades, como la atención y la imaginación, y fomentan aspectos como la estrategia o la lógica. Apúntese usted también a la partida. Pasar un tiempo con los peques, es esencial para sobrevivir a las vacaciones en familia:
1. Jungle Speed
Aunque Jungle Speed se creó en 1991 y está inspirado en un juego de una tribu africana que tiene cerca de 3000 años, hasta hace unos años no se popularizó en España. La edad recomendada es de los 9 a los 11 años, aunque es un juego que alcanza a todas las edades porque fomenta la atención y la capacidad de respuesta.
Tiene una dinámica muy sencilla. El tótem se coloca en el centro de los jugadores, y estos tendrán que ir destapando sus cartas. Cuando dos cartas coincidan en el dibujo, los jugadores deberán luchar por el tótem. La trampa está en que las figuras son cuanto menos atípicas y es muy fácil confundirlas.
2. Catan
Un juego de estrategia para niños entre 12 y 16 años. Su objetivo es construir ciudades y pueblos con los diferentes recursos que se van recogiendo con las cartes en cada ronda. Un juego en el que entra en juego la mente y que necesita de una potente estrategia.
Gana el jugador que consiga 10 puntos y, lo bueno que tiene es que no se elimina a nadie. Es un juego de mecánica muy simple pero que a medida que se juega se va complicando. Para muchos, el mejor juego de mesa de los últimos tiempos.
3. Time’s up!
Es una adaptación del clásico juego de ‘adivinar las películas’. Se dan 30 segundos para que, por parejas o equipos, adivinen una serie de personajes —reales o ficticios— en 3 rondas diferentes. En la primera, toca describir al personaje. En la segunda, asociarlo con una palabra, y en la tercera hacer mímica. Un juego que exige mucha agilidad mental y capacidad de jugar en equipo con el que las risas están aseguradas.
4. Dobble
Si hay un juego que entrene la memoria, es este. Un juego con partidas muy rápidas que se puede jugar desde los 3 años adaptando, eso sí, su complejidad a la edad de los participantes. Dobble está compuesto por 5 mini-juegos cuya finalidad es siempre encontrar el objeto común entre las cartas que están en juego. Memoria fotográfica y velocidad son las claves de este sencillo juego que, aunque parezca una cosa simple, engancha.
5. Math Dice JR.
Las matemáticas son algo, por norma general, poco atractivo para los más pequeños. Math Dice Jr. busca que, a través de las combinaciones de los dados, se alcance un número concreto. El mecanismo se basa en sumar y restar, algo muy básico. Un juego que, según aquellos que lo han probado, depende mucho de la agilidad mental de los participantes y que, lo bueno que tiene, es que puede simplificarse para no convertirlo en una tortura.
6. Los Hombres Lobo de Castronegro
Este juego requiere imaginación. Divididos en equipos, los aldeanos y los lobos deben acabar los unos con los otros. Un juego a dos tiempos —el día y la noche— en el que los participantes tienen que descubrir quién es lobo y los lobos hacerse pasar por aldeanos para conseguir su objetivo: sobrevivir y ganar la partida. Aunque el juego pone que está recomendado para niños mayores de 10 años, son con los de 13 (en adelante) con los que más se disfruta.
7. Bang!
En Bang!, los forajidos quieren cazar al Sheriff y el Sherriff quiere dar caza a los forajidos. Un juego de rol de cartas donde si te quedas con ganas de más, cosa que es bastante difícil, se soluciona con cualquiera de las 5 extensiones del juego básico que se han comercializado desde 2003. Es un juego que, al principio, requiere atención para ir captando su dinámica pero una vez que uno se empapa de los personajes, complementos y va jugando partidas, se engancha.
8. Jenga
De origen africano este juego exige paciencia, mucha paciencia. Solo se necesitan dos participantes como mínimo y el juego consiste en ir sacando piezas usando, únicamente, dos dedos sin derribar la torre compuesta por 54 bloques de madera. Pierde aquel que derribe la torre y solo existe una única regla: esperar 5 segundos tras cada extracción de un bloque por si la torre se derrumba. Si antes de que pasen esos 5 segundos la torre se toca, y se derrumba pierde el último que la haya tocado, no el que ha provocado su derrumbamiento.
9. Mikado
Este juego de origen exótico, más concretamente chino, apareció por primera vez en textos budistas del siglo V a. C. Su finalidad es la de conseguir más puntos a base de coger palos. ¿El truco? Solo se puede retirar un palo por turno sin mover la posición de los palos que estén a su alrededor. Así, Mikado, se fundamenta en la coordinación ojo y mano. Un juego que ayuda a la motricidad y a la concentración.
10. Story Cubes
La simplicidad de este juego es su mayor encanto. Sus nueve dados están formados por diferentes imágenes y para jugar solo necesitas tirar los dados e imaginar una historia con las imágenes que hayan salido. No hay reglas, cada partida puede ser como los jugadores decidan —en la página oficial del juego, en inglés, dan ideas sobre diferentes tipos de partidas—. ¿La edad? El juego señala que para niños a partir de 8 años, pero en realidad es válido para cualquier edad. Es más, la edad es un componente que lo puede hacer, incluso, más divertido. Además si la versión básica se queda corta, tienen una edición de viajes y otra de acciones.