La situación ideal sería la de poder realizar un análisis detallado de todos los accidentes producidos en una empresa determinada en un periodo de tiempo concreto, calculando para cada uno de ellos todos los elementos de coste que pueden incidir en el accidente con objeto de llegar a determinar costes promedios para cada tipo de siniestro. Lamentablemente hay pocas empresas que se puedan permitir este esfuerzo analítico.
Por ello se utilizan los métodos estimativos que, pese a no gozar de la exactitud del método anterior, nos ofrecen rápidamente una visión muy general de lo que pueden estar costando los accidentes para las empresas. Existen diversos métodos estimativos, pero hoy queremos destacar el famoso Método de Heinrich.
Herbert William Heinrich (1886-1962) fue un pionero de la seguridad industrial estadounidense en la década de 1930. Heinrich era un ingeniero de la división de ingeniería e inspección de la Travelers Insurance Company, cuando publicó su libro “Prevención de accidentes industriales, un enfoque científico” (Industrial Accident Prevention, A Scientific Approach) en 1931. Una conclusión empírica de su libro pasó a ser conocida como la Ley de Heinrich, era la que establecía que por cada accidente de trabajo que produce una lesión grave o mortal, se producen 29 accidentes que dan lugar a lesiones leves y 300 incidentes o accidentes sin daños personales.
Además de la conocida Ley, de la que hablaremos en otra ocasión, el ingeniero también estableció un método sencillo para la estimación de los costes reales de los accidentes de trabajo que sigue siendo vigente hoy en día.
Heinrich introdujo el concepto de costes directos y costes indirectos y su famosa proporción ¼. Esta relación ha sido mantenida durante muchos años, pero posteriormente este valor fue actualizado en 1962, obteniéndose la relación 1/8.
El coste total de los accidentes se determina a partir de la siguiente suma:
Coste total = Coste directo + Coste indirecto
El valor del Coste indirecto se obtiene a partir de la expresión Ci = α x Cd, siendo α un valor dependiente del tamaño de la empresa, actividad, ubicación, etc. adoptando como valor más generalizado de α = 4, con lo que resulta que Ct = Cd + 4 x Cd = 5 x Cd, lo que permite deducir que el coste total del accidente equivale a cinco veces los costes directos, permitiendo su cálculo en función de los factores antes señalados.
[Tweet “El coste total de un accidente de trabajo equivale a cinco veces los costes directos del mismo”]Aunque pueda parecer que es un método muy antiguo, es uno de los sistemas de estimación de los costes de accidentes más utilizados en España, y ha sido corroborado con posterioridad por expertos en la materia como Roland P. Blake, que en los años 70 realizó diferentes análisis en distintas empresas basándose en los mismos criterios que Heinrich, obteniendo unos resultados en los que los costes indirectos estaban entre el 1:1 y 8:1 de los costes directos, lo que en su opinión coincidía y apoyaba al promedio obtenido por Heinrich.
Pese a que las teorías de Heinrich han sido cuestionadas con el tiempo, y que incluso años después del fallecimiento del ingeniero algunos de sus discípulos revelaron que sus cifras eran meras intuiciones tras las cuales no se albergaba trabajo científico alguno, en lo fundamental las ideas de Heinrich siguen siendo válidas y la simplicidad de su método hace que se considere como una estimación y a título orientativo dado las grandes variaciones existentes en la estimación de los costes indirectos.
Al cuadro de costes de Heinrich deberíamos añadir hoy valores relacionados con la RSC y con la reputación de la compañía tanto para con la sociedad como con sus propios empleados, entre otros costes indirectos, y en España también tendría cabida como coste directo el ocasionado por el famoso y no exento de polémica recargo de prestaciones.
FUENTE: http://prevenblog.com/