El método kaizen supone la mejora continuada aplicado a la vida social, personal y laboral. En concreto, en el mundo de los negocios se aplica en el desarrollo de una cultura de empresa participativa que implique a todos los trabajadores, desde el gerente hasta los servicios subcontratados

¿Qué es el Kaizen?

El término proviene del japonés “kai” y “zen”, y hace referencia al cambio y mejora continua, gradual y ordenada. Se originó en el país nipón tras la II Guerra Mundial. Empresas como Toyota y Sony han sido durante los años 80 ejemplo de mejora continuada gracias a las prácticas del método kaizen.

Cada día debe suponer un avance hacia nuestros objetivos, y por tanto, debe implicar una mejora respecto al anterior. El rigor y la persistencia son las armas clave  para seguir el método Kaizen, que podemos gestionar en todos nuestros ámbitos de la vida para conseguir mejoras en todos ellos.

La finalidad del método kaizen es atajar la obtención de metas y resultados de un modo progresivo y de forma continuada, es decir, sin interrupciones. En su transcurso, la persona elimina del camino los desperdicios del sistema productivo que interrumpen su propósito.

El kaizen utiliza las técnicas de control de calidad de Edgard Deming, junto a la idea de mejora constante. Implica la gestión de los procesos de producción atendiendo a las necesidades de las persona con la finalidad de reducir los elementos inservibles, y sobre todo, conseguir maximizar su tiempo, puesto que este constituye uno de los activos más valiosos en una organización.

Considerar el tiempo un recurso estratégico es el primer paso para mejorar su rendimiento. Y es que este factor suele ser el más escaso en las organizaciones, y también el más desaprovechado. Irrecuperable y crítico, el intangible tiempo no tiene cabida en los balances de resultados, sin embargo, no por su gratuidad es menos valioso que el resto de activos.

Cómo maximizar tu tiempo

1. Orden 

El caos desemboca en la frustración, la pérdida o abandono de documentos olvidados en un rincón físico o digital. De este modo, parte del proceso productivo se estanca y permanece en stand by indefinidamente, impidiendo el necesario progreso diario del kaizen.

2. Prudencia 

Para evitar desperdiciar el tiempo es preciso utilizarlo con cautela y de la forma más efectiva. Su carácter irrecuperable exige acertar a la primera en su uso, por ello, conviene dedicar unos minutos a la organización del tiempo para mejorar su uso eficiente durante el resto de la jornada.

3. Eliminar los cuellos de botella

Los procesos productivos se ralentizan debido a las colas o esperas, generadas en consecuencia a la escasez de recursos. Para solventar este problema es preciso observar en qué situaciones se da e implementar la autonomía de los trabajadores mediante la flexibilidad laboral y el teletrabajo.

El acelerado ritmo de vida y el progreso tecnológico exigen cambios en la planificación de las tareas. Es preciso un avance y mejora constante para alcanzar los niveles de competitividad que exige el mercado, y para ello es necesario ser previamente eficientes en la gestión de los recursos.


FUENTE: SUPERRHHEROES – @SupeRRHHeroes

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