La entrevista por teléfono es un modelo más de selección de candidatos por eso, es fundamental saber cómo desenvolverse para causar buena impresión. Aunque en un primer momento pueda parecer que al no tener al entrevistador delante, se puede mantener una actitud más relajada, lo cierto es que debemos cuidar al milímetro todos los aspectos de la expresión verbal.

Cuando una empresa recibe un currículum que le interesa, puede ponerse en contacto con el candidato a través de un email o por teléfono. En caso de darse la segunda opción, el postulante tendrá su primer contacto directo con los responsables de selección y es importante estar preparado.

Lo ideal sería contar con papel y boli (para que poder apuntar todos los detalles importantes y así evitar que te olvide algo), y tener también una copia del CV que enviaste y de la oferta de empleo.

Al igual que en una entrevista presencial cuidas tu imagen, en una entrevista por teléfono deberás prestar atención al ruido, procurando que sea lo más suave posible y que no haya nada que distraiga tu atención o la del entrevistador.

El tono de voz debe transmitir seguridad, confianza y profesionalidad. Vocaliza y no hables ni demasiado rápido ni demasiado despacio; utiliza un ritmo normal que deje ver que eres una persona temblada y “con tablas”. Aunque pueda parecer una nimiedad, sonreír y dar pequeños paseos mientras hablas puede resultar de gran ayuda.

Para demostrar tu interés en el puesto, haz preguntas relevantes relacionadas con el trabajo y la empresa y si tienes un ordenador delante, puedes consultar algún detalle sobre el modelo de negocio de la corporación que te ayude a sentirte más seguro durante la entrevista.

Puedes pedir también los datos de referencia de la persona que ha contactado contigo. Casi seguro al 100% que te dará su nombre cuando te llame pero no está de más que solicites alguna dirección de correo electrónico o un número de teléfono directo.

Piensa que el entrevistador se va a hacer una idea de ti por tu manera de expresarte, así que evita las coletillas tipo “ehhh”, “uhmmm”, “ya sabes”… y las expresiones que denotan inseguridad o duda: “creo”, “puede ser”, “me parece”…

Al igual que en las entrevistas cara a cara, exponer tus ideas claramente te canjeará puntos extra, al igual que hacer hincapié en tus capacidades profesionales y en todo aquello que te convierte en un valor seguro para la empresa.

Si hay algo que no has entendido, antes de meter la pata es preferible que pidas que te vuelvan a formular la pregunta y no dudes en consultar todo aquello que quieras conocer.

Fuente: Universia