«¿Debería el Estado facilitar una paga mínima incondicional a cada ciudadano?». Ésa será la pregunta a la que podrán responder en un par de años los suizos en un referéndum del que poco se ha hablado hasta ahora. Y ésa es también la cuestión de fondo que se están plateando ya en varios países europeos donde la Renta Básica ha pasado de ser «una utopía del ayer a una propuesta para el futuro inmediato».
Le tomamos la palabra a Stanislas Jourdan uno de los participantes en la primera cumbre de Renta Básica Incondicional Europa (UBIE) que se ha celebrado este fin de semana en Atenas, al rebufo de lainiciativa ciudadana que logró reunir más de 300.000 firmas en 28 países hace apenas nueve meses.
En las cercanías del Partenón, en el Centro Cultural Melina Mercouri, ha resonado estos días la iniciativa de consulta popular ya en marcha en Suiza (Bernard Kundig) y también la incipiente propuesta en Grecia, encabezada por el eurodiputado del Partido Verde Nikos Chrysogelos.
A la llamada ateniense acudió el profesor de la Universidad de Londres Guy Standing, cofundador de BIEN (Basic Income Earth Network) y autor de libro-bandera de los tiempos que corren: «El Precariado: una nueva clase social» . Sostiene Standing que el «precariado» es esa nueva mayoría silenciosa golpeada por el desempleo, la incertidumbre laboral y el desmantelamiento del estado del bienestar. Asegura el académico británico que las políticas de austeridad han creado un callejón sin salida para millones de ciudadanos europeos, jóvenes y no tan jóvenes, condenados a vivir en precariedad.
Asistentes de la cumbre de Renta Básica Incondicional Europa. C. LAMBERT
En este contexto de desigualdad creciente y situaciones de exclusión social cada vez más patentes en los países europeos, se hace urgente y necesario pensar en otra forma de compartir y redistribuir los ingresos, que cada vez llegarán más del capital y de los mercados financieros. Y es ahí donde entra en juego la renta básica: un ingreso pagado incondicionalmente por el Estado como «derecho de ciudadanía».
«La renta básica es ante todo una cuestión de dignidad y libertad», intervino desde Barcelona el economista Lluís Torrens, invitado en la lejanía a la conferencia de Atenas. «Principalmente, la dignidad de los que están con mayor riesgo de exclusión social, que en España son los jóvenes y los mayores de 50 o 55 años, y también la mujeres y los mayores, que han sido golpeados duramente por la crisis. Y libertad, porque nadie se puede considerar libre si las condiciones materiales de sus existencia dependen de un mercado laboral que ha caído en manos del capitalismo neoliberal».
Según Torrens, profesor asociado de la Escuela Superior de Negocios Internacionales (Universitat Pompeu Fabra) y miembro de la Red de Renta Básica , las pensiones y los subsidios «condicionales» del Estado han logrado contener temporalmente la revuelta social, «pero ese colchón está desapareciendo progresivamente, y lo que es peor,la pobreza se extenderá de las familias desempleadas a sus parientes jubilados».
Datos preocupantes sobre España
Frente a los indicadores que hablan de la paulatina recuperación de la economía española, y pese a los problemas técnicos (su conferencia tuvo que al final ser leída «in situ» por un voluntario), Torrens puso datos preocupantes sobre la mesa: «España se ha convertido en el segundo país más desigual de Europa después de Letonia. Casi el 30% de la población está en riesgo de pobreza o de exclusión social. Según Intermon Oxfam, España podría tener 20 millones de pobres en el 2015″.
Es precisamente en países como España y Grecia, duramente atacados por la crisis y el desempleo, donde el economista catalán ve más posibilidades a una iniciativa como la Renta Básica (RB). El propio Lluís Torrens, junto con Daniel Raventós y Jordi Arcarons ha demostrado la viabilidad de la RB en dos estudios para Cataluña y Guipuzcoa. A nivel estatal, asegura, la financiación de una renta básica universal (de 650 euros por cabeza) costaría menos de 50.000 millones de euros, o el 5% del Producto Interior Bruto.
«Existen grandes errores de cálculo entre los detractores e incluso entre los defensores de la renta básica», advierte Torrens. «Tampoco mucha gente entiende que una renta básica combinada con un tipo único sobre la renta es más progresivo que el actual sistema de tarifas marginales crecientes del IRPF».
En cualquier caso, la RB ha saltado a la agenda política de la mano de partidos como Podemos. «En el programa de dos candidatos alternativos a la secretaría general del PSOE ya estaba también incluida una propuesta, aunque no estoy seguro de que el PSOE quiera aceptarla mientras los grandes sindicatos no estén a favor», admite Torrens. «Ahora bien, si la izquierda alternativa avanza, podría haber un debate y empujar a los grandes partidos a mover ficha».
«La RB es perfectamente viable y además es mucho más racional y efectiva que el actual sistema de ayudas condicionadas«, sostiene Torrens. «Las ayudas actuales pueden provocar la trampa de la pobreza: los beneficiarios prefieren seguir disfrutando de ellas que ponerse a trabajar, porque entonces pierden la ayuda y luego les cuesta mucho tiempo recuperarla… Y no es cierto que la RB fomente el parasitismo, más bien lo contrario: hay estudios que demuestran que sirve para empoderar a los trabajadores, para ayudar a emanciparse a los jóvenes y a las mujeres, para evitar la exclusión social y financiera».
«Con variantes más o menos disimuladas, la RB es ya una realidad en los países nórdicos, donde nadie se queda sin lo básico para sobrevivir», afirma Torrens, que insiste en la necesidad de una revisión a fondo del tiempo de trabajo para hincar el diente al grave problema del desempleo: «Paradójicamente, en España se trabajan muchas más horas que en los países con bajo paro. Si los españoles se repartieran las horas de trabajo de una manera similar a Holanda o Alemania, nuestro paro sería similar al suyo».
«La Renta Básica permitiría avanzar al mismo tiempo hacia un mejor reparto del trabajo», concluye el profesor de Universitat Pompeu Fabra. «Lograríamos crear empleo sin incrementar costes, y las rentas más bajas y medias saldrían ganando (la reducción del salario total se vería sobrecompensada con la RB). No es la cuadratura del círculo, porque habría problemas para su aplicación, pero creo realmente que se le parece… La Renta Básica sería un colchón de seguridad y podría contriburir a producir un verdadero cambio en las relaciones laborales en nuestro país».