El leasing es una fórmula de arrendamiento financiero con una opción de compra final por parte de la empresa. Y como todo modelo de adquisición o alquiler, tiene sus ventajas e inconvenientes.
El contrato de leasing o arrendamiento financiero cuenta con varias ventajas y desventajas para el contratante. Los principales usuarios del leasing son Pymes, ya que es una forma de financiación muy ventajosa por la que se puede usar el bien y decidir después de unos años o meses si finalmente se quiere comprar o no.
Qué es y cómo funciona el Leasing
El leasing es una fórmula para financiar la compra de un bien. Se trata de un contrato de alquiler con opción a compra por un periodo de tiempo determinado que debe figurar en el contrato. Una vez se cumpla el tiempo pactado el arrendador, generalmente una pyme, tiene tres opciones. Es aquí, con la posibilidad de elegir, donde comienzan a verse las ventajas y desventajas del leasing para adquirir un bien frente a otras opciones como el renting o un préstamo que veremos más adelante.
Estas son las alternativas al finalizar el periodo de alquiler:
- Comprar el bien. Puedes comprar el bien que has alquilado pagando por el valor residual, entendido como la diferencia entre el precio de compra más los gastos e intereses y el dinero que ya has pagado por su alquiler.
- Devolver el bien y no ejercitar la opción de compra.
- Prorrogar el contrato de arrendamiento, generalmente pagando menos por el alquiler.
El leasing suele utilizarse para el alquiler de coches de empresa o equipos informáticos, por ejemplo, aunque también está extendido a otros ámbitos como los locales comerciales o maquinaria industrial.
Ventajas del Leasing
Las ventajas del Leasing se pueden resumir en los siguientes puntos:
- Se puede financiar el 100% de la inversión
- Estas operaciones no forman parte del riesgo comercial financiero a efectos bancarios porque no se ha comprado el bien.
- Se pueden obtener importantes ventajas fiscales, ya que el valor de las cuotas de amortización puede tomarse como gasto tributario, por lo cual el valor total de la maquinaria o equipo puede deducirse como gasto, a excepción del pago del valor residual del bien.
- Gran flexibilidad y rapidez para obtener una renovación tecnológica de los equipos o flotas de vehículos.
En el caso de los beneficios fiscales del Leasing, deben cumplirse una serie de requisitos que pasan por que sean bienes afectos a la actividad, es decir, que se usen en nuestro negocio. Además, desde un punto de vista formal, el contrato debe incluir la opción de compra y tener una duración mínima de dos años para bienes muebles y de 10 años para bienes inmuebles.
Por último, las cuotas deben figurar expresamente en el contrato y diferenciar entre la recuperación del coste del bien y la carga financiera e incluir el correspondiente IVA. Si se cumplen estas condiciones, los intereses serán un gasto íntegramente deducible, así como la recuperación del coste.
Desventajas del Leasing
Pero no todo son beneficios. El leasing tiene sus inconvenientes. Estos son los más importantes que debes conocer.
- Mayor costo financiero de la deuda con relación a un crédito bancario normal, como veremos más adelante.
- Solo se accede a la propiedad del bien una vez terminado el contrato de leasing.
- No suelen incluir servicios adicionales. En el caso de los coches, por ejemplo, esto supone que los seguros, reparaciones y conservación los tendrá que pagar la empresa o el autónomo, lo que supone un sobrecoste adicional frente al renting, por ejemplo.
- Cancelar el contrato supondrá pagar una penalización.
Como puedes ver, las ventajas -y sobre todo en estos momentos- exceden largamente a las inconveniencias de este contrato. Es una muy buena opción para la renovación de equipos, maquinarias o vehículos productivos con cierta rapidez y bajo costo de reposición, mediante una cuota mensual.
En la mayoría de los casos es mucho más interesante al término del contrato devolver el bien y adquirir otro más avanzado tecnológicamente, ya que de esta manera las empresas, sobre todo las Pymess, pueden acceder al recambio que mencionamos.
A su vez, es mucho más interesante aplicarlo a bienes que se deprecian o se tornan obsoletos con rapidez, pero que podría ser eventualmente interesante adquirir para la empresa.
Leasing frente a renting
Leasing y renting son dos caras de la misma moneda. La mayor diferencia a efectos prácticos es que con el Leasing se incluye una opción de compra final, algo que no contempla el renting.
A esto hay que añadir algo que ya hemos comentado y que en el caso de los vehículos de empresa hará mucho hincapié la empresa de alquiler: el renting incluye una serie de servicios adicionales que en renting no. En concreto, en el alquiler financiero sin opción a compra sí se añade dentro de la cuota el seguro del coche, las reaparaciones y el mantenimiento, ITV incluida. Prácticamente ningún contrato de Leasing tendrá tantos beneficios, porque al final estamos hablando de una compra diferida y por lo tanto es lógico que ese tipo de gastos los costee el futuro dueño (o posible futuro dueño para ser más exactos).
Además, también cambia la forma en la pyme o el autónomo contabiliza los gastos y los imputa a su cuenta de resultados. En el caso del renting el coche no se contabilizará en el balance de la empresa, ya que figurará en el de compañía que lo pone en alquiler. Para la pyme será un gasto que podrá deducir en el IRPF si es autónomo y en el Impuesto sobre Sociedades, dependiendo de cual sea tu caso. Aquí puedes ampliar información sobre las ventajas y desventajas del renting.
Por su parte, en el caso del leasing, aparecerá en el balance como activo inmovilizado y se considerará deuda en el pasivo de la empresa. A efectos del Impuesto sobre Sociedades, se podrá deducir la amortización del inmovilizado al doble de lo fijado en las tablas de amortización o el triple para las pyme que no superen los 10 millones de euros en facturación.
Leasing frente a un préstamo
¿Es mejor un leasing o pedir un préstamo para comprar el bien? Si estás decidido a quedarte el coche o lo que sea en propiedad, puedes comprarlo en metálico o pedir financiación en lugar del alquiler con opción a compra. Cada opción tiene sus puntos a favor y sus puntos en contra.
La gran diferencia entre un préstamo y un leasing está en su fiscalidad y en la posibilidad final de no quedarte con el bien cuando firmas el contrato de arrendamiento financiero con opción a compra.
Con un leasing la empresa puede proceder a una amortización fiscal acelerada, en cuyo caso habrá que firmar un contrato por un plazo inferior al de amortización del bien según las tablas de amortización fiscal y tener beneficios como empresa. Eso sí, un leasing asegura el obtener la financiación del 100%, algo que con el préstamo al uso no siempre es posible.
Con un préstamo la empresa tiene más flexibilidad pero menos beneficios fiscales. En este caso no existirán plazos mínimos por los que formalizar la operación y sí varias fórmulas para cancelar anticipadamente el préstamo, algo más rígido cuando media leasing.
En términos de IVA, la financiación será por el valor sin IVA, que sin embargo tú sí que pagarás al comprar el bien. En este sentido, podrás deducir el IVA soportado en tu declaración trimestral del modelo 303 y, en caso de que reste IVA por amortizar, en las sucesivas..
¿Y con le leasing? En este caso es la financiera quien asume el IVA, que después te repercutirá en cada cuota para que puedas deducirlo sin necesidad de tener que hacer cálculos y trasladarlo a otras declaraciones trimestrales, ya que la propia empresa de leasing te lo dará fraccionado.
En términos generales el préstamo será más asequible que el leasing, pero también incluye la compra total, con todas sus desventajas y es menos interesante desde el punto de vista fiscal.
FUENTE; GESTIONPYME
http://gestionpyme.com/ventajas-y-desventajas-del-leasing/