Nos encontramos en un contexto que presenta grandes retos para los orientadores profesionales y les exige mucho en su trabajo diario. Las tareas que se hacen desde el campo son numerosas, desde proporcionar guías generalistas de cómo elaborar el currículum, hasta acompañar a los usuarios en programas de transformación profesional. Sin embargo, en éste post no ahondaré tanto en las actividades que se realizan desde lo profesional, si no que focalizaré sobre los retos que hoy en día nos presenta la situación actual, que son los siguientes:

1) Una gran cantidad de usuarios en el servicio

El primer reto con el que nos encontramos, no es otro que la gran cantidad de personas que tienen la necesidad de orientación laboral. Debido a la profunda crisis que hemos ido arrastrando, la cantidad de usuarios se ha disparado y no hay orientadores suficientes para hacer frente a la situación de manera idónea. Esto hace que la atención que se pueda dispensar no siempre sea la idónea, que se prioricen los perfiles con mayor riesgo o que el proceso no siempre sea tan individual como se desearía.

2) Cambios en el mercado laboral: la necesidad de reconvertir a muchos profesionales.

Otro de los efectos de la situación socioeconómica en la que nos encontramos, es que el mercado laboral ha sufrido un cambio brutal y definitivo. Por una parte, ahora el mercado es más volátil, no se espera que una persona desarrolle durante toda su vida la misma actividad laboral. Por otra, las profesiones demandadas han cambiado drásticamente. De esta manera, profesionales que habían desarrollado una actividad durante gran parte de su vida, cómo en el caso de la construcción, se encuentran ahora con que no pueden desarrollar su actividad profesional. Desde la orientación laboral se nos presenta la necesidad de reconvertir a éstos profesionales y dotarles de otras salidas laborales.

3) Trabajar con colectivos de riesgo de exclusión laboral

Si el hecho de encontrar trabajo o reconvertirse profesionalmente es algo difícil, aún lo es más en determinados colectivos. En especial, consideraría que hay varios colectivos que levantan especial preocupación. El primero de éstos, es el de mayores de 45 años. Son personas con gran experiencia laboral y que suelen llevar una trayectoria profesional muy marcada. Sin embargo, encontramos que por una parte la reconversión puede resultar más dificultosa para este perfil, que muchos presentan dificultades con las nuevas tecnologías y que quedan muchas veces excluidos desde los procesos de selección. El segundo, por otra parte, es el colectivo de extranjeros. En este caso, están dificultades adicionales, cómo es el caso del idioma, la falta de reconocimiento de formación en nuestro país, la dificultad con las nuevas tecnologías y la precarización del trabajo a la que se ven sometidos. Por último, destacar las dificultades de encaje que existen entre las diferentes culturas.

4) Motivar, dar soporte emocional y psicológico a las personas.

Habiendo presentado el panorama previo y con muchos parados de larga duración, otro aspecto con los que los orientadores laborales deben lidiar es con el abatimiento de los usuarios, que en muchos casos llegan a niveles de depresión. Son personas que tenían unas expectativas de encontrar trabajo en un periodo más o menos largo, pero ahora se encuentran con que no lo han encontrado. Esto es especialmente acuciante en situaciones de desesperanza, cuando las personas ya han consumido las prestaciones que les pertocaban y se encuentran totalmente desvalidos.

5) El mundo 2.0. redes sociales y portales de trabajo.

Desde la orientación se dota a los usuarios muchas competencias, ya sea transversales, cómo habilidades comunicativas, cómo específicas, de búsqueda de trabajo. Sin embargo, hoy en día, muchas de las ofertas laborales se encuentran en la red. Esto resulta especialmente problemático cuando nos encontramos una buena parte de los usuarios apenas han usado nunca un ordenador. En estas situaciones, hay una gran distancia entre el nivel que tienen los usuarios y aquel que sería deseable que tuvieran para la búsqueda de empleo en internet. Este nivel deseado, incluiría la autonomía de las personas en tareas tan diversas como la redacción de su currículum, registrarse en diversas plataformas de trabajo, la (correcta) gestión de perfiles en redes sociales y el seguimiento de ofertas de trabajo y correos electrónicos.

6) Trabajar en red

Nos encontramos ante una cantidad enorme de servicios: universidades, centros formativos, bolsas de trabajo, entidades sin ánimo de lucro, organismos oficiales y organismos locales. Todos ellos tienen relación de una manera más o menos directa en la orientación laboral. Cada una de ellas tiene sus propios recursos, cursos formativos, prospección laboral, orientadores laborales e itinerarios formativos. Con este punto no quiero decir que debieran recortar en los mismos, si no que, con una adecuada coordinación, podrían eliminar las redundancias de los sistemas, aprovechar el pozo de conocimiento común del que disponen y ofrecer un rango más amplio de servicios, una atención integral a la persona y una perspectiva rica del mercado laboral.

Con esto, concluyo mi reflexión sobre el estado actual de la orientación laboral. Espero que os haya despertado el interés e inquietudes y que encontréis también vuestros propios retos.

Gracias Jaime y coincido contigo al 100%.

Escrito por Jaime Armada Fernández a traves de https://jaimearmada.wordpress.com/2014/04/16/orientacion-laboral-situacion-actual-y-retos/

También os dejo la aportación de Alfredo Vela