Continuando con su labor de preparación para Rio+20, el Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA) lanzó un nuevo informe, «Hacia una economía verde: Guía para el desarrollo sostenible y la erradicación de la pobreza» el cual tiene como meta demostrar que los objetivos para enverdecer la economía y crear crecimiento económico no son conflictivos entre si. PNUMA define economía verde como “aquella que resulta en la mejora del bienestar del ser humano y la equidad social, al mismo tiempo que reduce significativamente los riesgos ambientales y las escaseces ecológicas”.
El informe argumenta que si se invierte 2% del PIB mundial anualmente, desde ahora hasta 2050, en el enverdecimiento de diez sectores claves, el resultado será no solo una economía baja en carbono y con uso mas eficiente de recursos, sino también crecimiento económico en los sectores como la agricultura, la construcción, la energía, la pesca, la silvicultura, la industria, el turismo, el transporte, el agua y la gestión de residuos. De acuerdo con simulaciones realizadas para el informe, dicho crecimiento estaría a la par o mas elevado que el previsto con los modelos actuales basados en una economía marrón. Adicionalmente, el informe demuestra que una economía verde mejora la taza de empleo y reduce los riesgos relacionados con el cambio climático, la escasez de agua y la perdida de ecosistemas.
Los diez sectores que el informe identificó como claves para enverdecer la economía mundial son: agricultura, edificios/construcción, suministro energético, pesca, silvicultura, industria (incluida la eficiencia energética), turismo, transporte, gestión de residuos y agua.
El informe hace hincapié a que el enverdecimiento de la economía debe ser una prioridad para los países desarrollados, y aún mas para los subdesarrollados dado que tiene el potencial de erradicar la pobreza, particularmente en los países donde gran parte del PIB depende del capital natural. Para sustentar su caso, el informe da ejemplos de varios países que han generado grandes sumas de capital con programas verdes, como Brasil, donde el sector del reciclaje genera dos mil millones de dólares anuales y evita diez millones de toneladas de emisiones de gases de efecto invernadero.
El informe también muestra desacuerdo con las subvenciones que patrocinan el uso insostenible de recursos naturales tales como los que son dirigidos a los combustibles fósiles, los plaguicidas, el agua y la pesca.
Pavan Sukhdev, el Director de la iniciativa de economía verde del PNUMA, sostuvo en el comunicado de prensa que “una economía verde no consiste en suprimir el crecimiento y la prosperidad, sino en vincularlos de nuevo a la riqueza real, en reinvertir en el capital natural en lugar de agotarlo, y en favorecer a la mayoría en lugar de a una minoría. Se trata de una economía mundial que también reconoce la responsabilidad intergeneracional de las naciones, que han de entregar a los jóvenes y a los que aún no han nacido un planeta sano, vivo y productivo.”
Las conclusiones del informe fueron:
• Según las simulaciones realizadas, enverdecer sectores específicos de la economía generaran, en un plazo de 5-10 años, un nivel de crecimiento del PIB y del PIB per cápita mas elevado que manteniendo el modelo actual;
• Si las inversiones verdes se destinan al capital natural: silvicultura, agricultura, agua dulce y pesca, el valor añadido en el sector forestal será un 20% superior en 2050 que siguiendo el modelo actual;
• Invertir en una economía verde ayuda a aliviar la pobreza porque enriquece el capital natural del cual dependen los mas desfavorecidos, especialmente en los países menos desarrollados;
• La transición a una economía verde generaran nuevos trabajos, particularmente en los sectores de la agricultura, construcción, energía, silvicultura y transporte. Admisiblemente, también conllevará a perdidas de trabajos a corto y mediano plazo en los sectores de empleo asociados con la economía marrón pero capacitación y re-educación de la fuerza de trabajo posiblemente disminuirá dichas perdidas;
• Los subsidios a los sectores de energía, agua, pesca y agricultura desalientan la transición a programas verdes y son, a largo plazo, más perjudiciales para las economías nacionales y el bienestar social.
El informe reconoce que hacer la transición hacia una economía verde no será fácil, pero como lo manifestó Achim Steiner, el Director Ejecutivo del PNUMA y Secretario General Adjunto de las Naciones Unidas en el preámbulo del informe, es menos disruptivo que vivir en un mundo “en el que empiezan a escasear el agua potable y las tierras fértiles, con el telón de fondo caracterizado por el cambio climático, los fenómenos metereológicos extremos y una creciente carestía de recursos naturales”. Por consecuente, la colaboración de líderes mundiales tanto en el sector publico como en el privado y la sociedad civil es imperativa.
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Fuente: http://www.un-ngls.org