Hagamos la analogía con las actividades que realizamos en un gimnasio. Regularmente o diariamente (dependiendo de en cuanto tiempo queramos resultados visibles) estaremos visitando los espacios de un gimnasio para poder dar entrenamiento a nuestros músculos. Los calentamos, tonificamos, estiramos, etc…todo esto con el fin de, quizás, sentirnos mejor con nosotros mismos, por salud, por estética.
Sea cual sea la razón, el punto es que constantemente creas el hábito de entrenar los músculos de tu cuerpo para mantenerlos activos y que, con el pasar del tiempo, se deterioren con mayor rapidez.
Lo mismo pasa con nuestra mente y más aun con nuestra concentración, tan importante y determinante para mantenernos enfocados en las tareas o labores que deseamos y/o requerimos realizar para alcanzar el éxito (bien sea en nuestro desarrollo personal, emprendimiento o negocios).
La concentración es como un músculo, podemos aprender a entrenar nuestra capacidad de atención, para así mejorar nuestros niveles de concentración (valga la redundancia), y de esta forma aumentar nuestra productividad. El cerebro, como cualquier otro órgano, se fatiga y necesita periodos de descanso para recuperar su buen nivel de funcionamiento.
DE QUÉ VA LA CONCENTRACIÓN MENTAL
Según el portal web Wikipedia, La concentración mental es un proceso psíquico que se realiza por medio del razonamiento; consiste en centrar voluntariamente toda la atención de la mente sobre un objetivo, objeto o actividad que se esté realizando o pensando en realizar en ese momento, dejando de lado toda la serie de hechos u otros objetos que puedan ser capaces de interferir en su consecución o en su atención.
Al igual que el corazón o cualquier otro órgano no puede estar en su máximo rendimiento durante periodos demasiado prolongados de tiempo; con el cerebro pasa lo mismo. Y de hecho para protegerse si nosotros no paramos la actividad, nuestro organismo nos obliga a parar, desviando la atención.
LO QUE PASA SI NO DESCANSAMOS AL CEREBRO
Cuando llevamos mucho tiempo trabajando sin descanso, el nivel de concentración disminuye, aumentan las interferencias y baja la productividad. Diversos estudios demuestran que es complicado que la atención sostenida permanezca más de 25 minutos seguidos, por eso es bueno introducir descansos de 5 minutos cada 25 minutos de trabajo.
Se trata de entrenar la atención, la concentración, de ser más productivos, y el tener el tiempo acotado nos ayudará a mejorar la capacidad de atención. Estar más horas no significa producir mejor sino todo lo contrario, la productividad se mide por el número de objetivos conseguidos, no por el tiempo empleado.
GIMNASIA MENTAL
Para mejorar nuestra atención, lo ideal es introducir un descanso de 5 minutos cada 25; no obstante, hay que tener cuidado con las actividades a realizar en ese descanso. No se trata de seguir con el libro, o consultar el ordenador, el correo electrónico o redes sociales, en las que seguimos forzando la vista, la postura y realizando actividades de tipo cognitivo; lo ideal es levantarnos, estirar los músculos, mirar por la ventana para cambiar el ángulo de enfoque e intentar fijar la vista en un punto lejano, aprovechar para ir al baño, a por agua… Pasados esos 5 minutos, retomaremos el trabajo, con una mayor predisposición y mejor concentración.
Respecto a la concentración mental, lo ideal (respetando los periodos de 25 minutos de trabajo, descanso de 5 minutos), sería comenzar por una pequeña actividad de dificultad media, puesto que cuando empezamos, todavía necesitamos un periodo de calentamiento para llegar al máximo rendimiento intelectual.
A continuación introducir el trabajo más complicado, durante aproximadamente una hora, para finalizar con tareas más sencillas y en las que interfiera menos el cansancio hasta completar un ciclo de dos horas de trabajo. Al finalizar dicho periodo, conviene hacer una pausa más larga, para poder volver a empezar otro ciclo como el descrito anteriormente.
Todo esto tiene una razón de ser y es la de que puedas cumplir el mayor número posible de actividades en el día, sin llegar al estrés. Para ello, puedes seguir estas recomendaciones que compartiré a continuación.
POTENCIANDO TU CONCENTRACIÓN
- Haz una planificación de las tareas que debes realizar el día antes, se realista a la hora de fijar los objetivos, prográmalos con tiempo suficiente, y fragmenta las tareas más complicadas en pequeñas metas más fáciles de lograr y a primera hora del día.
Con esto tendrás más fuerza para realizarlas y su finalización será un refuerzo para emprender nuevas tareas con ganas. Prémiate cada vez que lo consigas.
- Deja un tiempo para los imprevistos que sea suficiente para reaccionar y evitar así el estrés y que tu planificación no se venga abajo al menor contratiempo.
- Mantener la mesa lo más despejada y limpia posible, sin objetos distractores al alcance de la vista.
- Deja el móvil silenciado, y desconecta todas las aplicaciones de redes sociales para evitar las distracciones.
- Nunca comiences el día leyendo el correo electrónico, así evitaremos salirnos de la planificación de nuestras tareas principales. Fija dos momentos a lo largo de la mañana y dos por la tarde en los que revisar y contestar el correo electrónico. No dejes que los correos por leer invadan el espacio de 25 minutos reservado para trabajar.
- El nivel de ruido ambiental es otro factor a controlar.
- La temperatura no debe ser ni muy calurosa ni muy fría.
- Mantenerse hidratado, bebiendo preferiblemente agua.
- Evitar la sensación de hambre, pero sin realizar comidas copiosas que aumenten la somnolencia.
Si estás consciente de que tu grado de concentración no está en óptimas condiciones, puedes probar con estos tips y recomendaciones para potenciar tus habilidades mentales y ponerlas al máximo para que puedas realizar tus labores necesarias que te acercaran cada día más al logro satisfactorio de tu emprendimiento.
FUENTE: plan emprendedor @esmilymontano
VER + EN: http://planemprendedor.es/la-concentracion-musculo-entrenarse/