¿Qué relación hay entre la innovación y el fracaso?
“Las personas no son recordadas por el número de veces que fracasan, sino por el número de veces que tienen éxito”. Esta es una de las muchas frases que se le atribuyen a Thomas Alva Edison. Una afirmación que no sólo sigue una línea optimista, basada en el aprendizaje a través de los errores, sino también se enfoca en la constancia y el trabajo duro.
Según un artículo publicado en INC, aceptar el fracaso supone avanzar en la idea o proyecto que se pretende impulsar. La innovación, ese término tan de moda hoy día, está basado en una metodología de prueba y error, pues sólo a través de la asunción de riesgos se puede ver los aspectos a mejorar de una idea, perspectiva y forma de trabajo que darán lugar, después, a un elemento tangible.
Es por ello, que el artículo recoge cuatro formas para aprender a aprovechar los fallos en nuestro día a día y transformarlo en algo productivo y, quizás, innovador:
- Trabajar la constancia y el aprendizaje continuo
De media, los empresarios fracasan 3,8 veces antes de que finalmente tengan éxito en sus negocios a través de una idea. De hecho, Henry Ford necesitó tres intentos antes de formar la empresa de éxito que es en la actualidad Ford Motor Company. Otro ejemplo, James Dyson diseñó 5.126 aspiradoras, sin lograr que alguna funcionara, antes de construir una que sí lo hizo.
El hilo común entre los empresarios de éxito parece ser que se redefinen ante el fracaso y se centran en aquello que pueden aprender de él, así como en las competencias adquiridas a lo largo del camino, y no en su incapacidad para tener éxito inmediatamente o todo el tiempo.
- Compartir las experiencias
Si los empleados van a tener que asumir riesgos, los líderes tienen que abrir el camino. Tienen que ser los primeros en compartir sus historias de fracasos y explicar qué aprendieron de ellos. Eso es lo que hizo JK Rowling, quien reveló a sus lectores como su primera entrega de ‘Harry Potter’ fue rechazada hasta 12 veces antes de ser comprada Bloomsbury y lograr el éxito que acumula hoy día.
- Celebrar y recompensar «fracaso»
Premiar los éxitos es tan crucial como valorar los esfuerzos que se han volcado en un proyecto fracasado. Supone entender la dedicación que se puso en una idea y el aprendizaje que ese error ha imprimido en el empleado. Algunas empresas, por ejemplo, reparten premios a los equipos e individuos que tenían una gran idea que no funcionó.
- La innovación como un avance real
El mito más grande acerca de la innovación es que todo comienza con un repentino impulso que proporciona la idea perfecta. Con ese tipo de expectativa, no es de extrañar que la mayoría de las personas crean tener lo que se necesita para ser creativos.
La realidad es que la creatividad comienza por la búsqueda de una solución a un problema cotidiano. Para el iPhone, la pregunta fue ¿por qué no utilizamos los dedos, en lugar de un lápiz óptico o el teclado, para operar un teléfono inteligente?
El fracaso es probablemente uno de los mayores miedos dentro del mundo de los negocios, pero, también, el mayor temor de muchas personas a nivel personal. Sin embargo, la historia ha demostrado que, para avanzar y lograr el éxito de una idea, primero hay que fallar. Porque tal y como dijo Thomas Alva Edison tras varios intentos fallidos: “No fracasé, sólo descubrí 999 maneras de cómo no hacer una bombilla”.
FUENTE: EQUIPOS Y TALENTO – @EquiposyTalento
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