Mantener un nivel de concentración alto en la tarea que estamos realizando parece algo muy sencillo. Solo tenemos que prestar atención. Y, sin embargo, en la mayor parte del día somos incapaces de hacerlo. Por eso mantener la concentración en el trabajo es el reto pendiente para ser más eficaces.
El objetivo es entregar un trabajo con buena calidad, en un tiempo mucho menor que si tenemos que hacer esa misma tarea pero no nos concentramos en ella. Esta es la forma habitual de trabajar. Vamos saltando de un tema a otro, la multiararea nos mata, no dedicamos más de diez minutos a lo mismo. Nos llega un correo e inmediatamente vamos a ver qué es.
Más tareas terminadas, menos horas en la oficina, menos estrés
Y también otro tipo de interrupciones, las llamadas de los clientes, los compañeros que pasan y te dan los buenos días o te preguntan qué tal el fin de semana o comentan una programa, serie o evento deportivo. A poco que no estemos concentrados hemos perdido 10 minutos y lo más importante, nos cuesta volver al punto anterior a dicha interrupción.
Pero tenemos esa capacidad de concentración. Todas las personas lo hemos experimentado en alguna ocasión. Cuando estamos jugando a la consola, estamos en medio de la partida. Parece que empezamos hace diez minutos y cuando nos hemos dado cuenta han pasado dos horas. O estamos viendo un partido o una serie, y alguien a nuestro lado nos habla pero a nosotros parece que esa persona está tan lejos que no le prestamos atención. Y ni siquiera miramos el móvil, ni nos preocupa si ha llegado un mensaje. Podemos concentrarnos si nos lo proponemos.
La concentración es como la «Estrella de la Muerte» para tus tareas. Solo hay que enfocarla y en poco tiempo quedará finalizada.
El reto es entrar en ese estado de flujo en un entorno laboral. Si lo conseguimos tenemos la oportunidad de ser mucho más eficientes. Vamos a lograr terminar muchas más tareas de las que tenemos encima de la mesa al final del día. Y esto nos ayudará a vivir con menos estrés o no tener que prolongar la jornada laboral porque hay algo que entregar mañana.
Cada uno debe encontrar su propio camino
En mi caso lo que mejor me funciona es segmentar las tareas. Tras años de probar con diferentes métodos, gestores de proyectos o listas de tareas, solo he logrado ser altamente eficiente con la técnica Pomodoro. Pero esto es lo que me funciona a mí y no necesariamente tiene que funcionar para el resto. Cuando lo aplico, mi concentración se asemeja a una lupa que proyecta el sol sobre un punto. Voy quemando tareas de forma rápida y al final del día el resultado es mucho mejor que cuando voy pasando de una tarea a otra sin un orden claro.
Pero esto me exige estar siempre vigilante y un esfuerzo organizativo grande. También, poco a poco, he ido mejorando la capacidad para abstraerme de todo aquello en lo que no estoy trabajando en este momento. Y volver a concentrarme es más fácil. La concentración también es algo que se puede y se debe entrenar. Y lo cierto es que el esfuerzo merece la pena.
FUENTE: vía @wef