Hace mucho tiempo que argumento contra el simplismo de que Linkedin no sirve para nada o, más concretamente, que no sirve para el común de los mortales. No recuerdo cuando abandoné esa conversación para centrarme en cómo sacarle el mayor provecho a la herramienta. Pero es una cuestión recurrente que hace unas semanas he tenido que volver a enfrentar.
Dado mi trabajo de orientación laboral el tema aparece y desaparece con cierta frecuencia pero, como decía, trato de centrarme en las posibilidades de Linkedin y no en si es de utilidad para todo el mundo o si “no sirve para nada”.
El caso es que algún nuevo artículo sobre la cuestión, la adquisición por parte de Microsoft, algunas conversaciones en Twitter y otras en mi entorno próximo me han obligado a volver a hablar sobre esto.
Desde el principio quiero apuntar que plantear el tema en los términos que suele plantearse (“no conozco a nadie que encontrara trabajo en LinkedIn”, “Solo vale para perfiles directivos o muy cualificados”…) me parece simplista y equivocado. LinkedIn es una extraordinaria herramienta de marketing de productos y servicios. Desde la perspectiva propiamente laboral es una de las principales a utilizar, especialmente en España.
Pero antes de entrar en por qué digo esto me gustaría aclarar que, en cualquier caso, Linkedin no existe en una realidad aislada del mercado o de la sociedad en la que se mueve. Si, es solo una herramienta, no el lugar donde aparecen numerosas y maravillosas ofertas haciendo “chas”. Cada mercado laboral (el español, el americano, el británico…) tiene sus características específicas (cada vez peores) y a ello no es ajeno Linkedin. Ni nadie. Así que no se trata de que en Linkedin vayan a existir ofertas de cajera/o o de conductor/a. Lo que no demanda el mercado no está en LinkedIn ni en ninguna parte y cada día tiene peores condiciones, salariales especialmente. La respuesta para estas situaciones no es “hacerse un perfil en LinkedIn”. La respuesta es cambiar y adquirir nuevas competencias. No hay más.
Dicho esto si que me gustaría señalar algunas razones por las que considero que Linkedin es una herramienta apropiada que puede aportar en nuestras posibilidades de desarrollo profesional. Digo una. Hay otras y, dependiendo del caso, podrían ser más interesantes.
Primero debemos entender (de una maldita vez) que el empleo es social y que llegamos a las oportunidades porque conocemos y nos conocen. Siendo así, resulta evidente que una red profesional que el año pasado superó los ocho millones de perfiles en España y cuatrocientos treinta y tres millones en el mundo tiene mucho que aportarnos. Si a esto le añadimos sus posibilidades de segmentación, las opciones de llegar a quienes les interesa lo que yo sé hacer se multiplican. Y con ello las de encontrar un empleo.
Pero es que, además de estas razones, existen las experiencias prácticas. Esas que yo si conozco y que dan una respuesta diferente a la habitual y tendenciosa pregunta de ¿ conoces a alguien que haya encontrado trabajo en Linkedin?
Pues eso, que si, que yo conozco a quien ha encontrado trabajo en Linkedin. Mejor dicho, utilizando Linkedin. Y no, no solo son directivos ni profesionales Tic. El último que he conocido es jardinero.
Es normal que podamos percibir que en Linkedin solo hay un determinado tipo de ofertas, como las de profesiones Tic. Es una cuestión de demanda global, de un mercado en cambio permanente. Mejor dicho, inestable. También en Linkedin.
No quiero desviarme. Quería citar algunos ejemplos recientes en mi experiencia personal. Y eso, solo como ejemplos. Con ello no quiero decir que Linkedin vaya a arreglar nuestros problemas ni que resulte ideal para todo el mundo. Solo son ejemplos de personas que han realizado un uso estratégico de Linkedin y les ha funcionado. Pero no a todo el mundo le sucede, claro.
Como decía, el último caso que he conocido es el de un chico que es jardinero. Hace años que el profesor de un curso le trasladó algo que muchos decíamos antes: si no hay nadie de tu profesión puedes convertirte en el jardinero de Linkedin. El chico era escéptico. Se contruyó su perfil y lo ha venido utilizando generando contactos, identificando ofertas y empresas del sector y posicionándose. Hoy trabaja como jardinero en Mallorca a donde llegó después de que lo contactaran en Linkedin. Su profesor me lo comentaba “oye, sabes aquello de ser el jardinero de Linkedin… pues le funcionó”.
Situaciones similares me han sucedido con profesionales de contabilidad, con comerciales, con profesionales de la exportación… Incluso con profesiones que no suelo ver en esta red, como con una restauradora de arte que en todo 2015 ha recibido la única oferta de su área en Linkedin. Por cierto, su hermano también encontró trabajo utilizando Linkedin.
En estas últimas semanas María, una antigua compañera, ha venido encontrando sus oportunidades como formadora, como insertora y cómo técnica de empleo en esta red profesional. Ella es una de las que siempre me dice, “oye, que si, que a mi me va bien, dilo todo lo que puedas porque en mi caso es de lo que mejor me ha funcionado”.
Son solo algunos ejemplos. Con ellos no pretendo decir que Linkedin es un buen lugar para utilizar a modo de “portal de empleo”. Aunque muestre estos casos, no a todo el mundo tiene que funcionarle igual. De hecho creo que los aportes más importantes de Linkedin tienen que ver con el posicionamiento y con las posibilidades estratégicas de la herramienta.
La búsqueda de empleo suele ser un proceso a medio / largo plazo que precisa de estrategia. Cuanto más estratégico, cuanto más planificado, más opciones de éxito. Y es en este sentido donde Linkedin puede ayudar de forma importante de varias maneras.
Una fundamental es que permite, a poco que completemos nuestro perfil, que este se muestre como uno de los tres primeros resultados para nuestro nombre en cualquiera de los buscadores más habituales. Es decir, estamos diciéndole a quién nos selecciona que “estamos aquí” en términos profesionales de forma rápida y fácil.
Por otro lado, Linkedin nos permite segmentar, estar en contacto con personas y empresas relacionadas con mi actividad, aquellas a las que lo que hago puede interesarles.
Así que Linkedin no es una herramienta que podamos desdeñar con simplismos. Dependiendo de nuestra estrategia podremos utilizarla o elegir otras. Pero eso es muy distinto a lanzarse a ella buscando un efecto milagro o no tenerla en cuenta porque no conozco a nadie que haya encontrado trabajo ahí. Cualquiera de estas dos opciones puede perjudicarnos.
Todo esto me hace pensar que vivimos un mercado laboral complejo en el que precisamos más apoyo e información. Ya no llega con saber mucho de nuestra profesión. Necesitamos saber cómo se mueve el mercado, especialmente en mi área profesional. Aquí Linkedin también puede jugar un papel, pero dependerá de mi red y de mi capacidad de segmentación.
Y precisamos saber cómo utilizar nuevas herramientas para nuestro desarrollo profesional. Se trata de un mercado laboral convulso sometido a cambios radicales. Un mundo VUCA donde la orientación y el apoyo para el desarrollo profesional parece imprescindible.
Quizá aquí Linkedin se quede algo corto. No aporta información específica para el desarrollo profesional y el conocimiento del mercado. Lo hacen las personas y empresas, pero no Linkedin. Cuando menos no de forma importante. Tampoco los portales de empleo. Suelen ser demasiado simples. No responden a la complejidad que enfrentamos en el actual escenario laboral. Así que aún existe un espacio por cubrir, herramientas con ofertas de empleo, información y apoyo a las personas. Aquí aparecen ya nuevas propuestas que hacen de esta necesidad una interesante opción de negocio.
Desde hace unas semanas estoy probando The Muse, una propuesta de un grupo de universitarias que me gusta mucho y que han conseguido un crecimiento notable en el mercado americano. A mayores de oportunidades de empleo, ofrecen servicios de apoyo al desarrollo profesional e información tremendamente útil. Información con valor si uno está buscando nuevas opciones. Quizá por eso triunfen en el mercado americano, un escenario donde la búsqueda de nuevas opciones es constante. En España y Europa esto no era tan acentuado pero la precariedad que sufrimos nos lleva por ese camino.
En definitiva, Linkedin puede ser un magnífico aliado en nuestra búsqueda de empleo y de oportunidades laborales. No la prejuzguemos sin ver qué puede aportarnos. Y no desdeñemos ninguna herramienta en el entorno digital sin antes conocer qué puede hacer por mi.
FUENTE: https://www.xosealbertecea.es
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