¿Sabías que el 33% de los responsables de RRHH deciden si contratan a alguien o no durante los primeros 90 segundos de una entrevista de trabajo? Estos datos se desprenden de una encuesta elaborada por Universia a 2.000 gestores de personas.
Y es que cada vez que nos enfrentamos a una entrevista de trabajo nos planteamos una serie de cuestiones sobre nuestro lenguaje no verbal, ¿dónde colocamos las manos mientras hablamos con nuestro interlocutor? ¿Cómo saludamos a la otra persona? ¿Cuál es la forma correcta de sentarnos?Estos gestos, aparentemente sencillos, pueden llegar a determinar el éxito o fracaso del encuentro.
Además, cuentan que lo que dices en las entrevistas solo importa un 7%. ¿Qué otros factores conforman ese 93% restante? Además del CV, la experiencia y la formación, el lenguaje no verbal cobra gran importancia. Por tanto, será esencial conocer cómo afecta el lenguaje corporal y qué efectos tiene en nuestro entorno y cómo aprovecharlo para conseguir ese puesto de trabajo tan ansiado.
¿Qué debemos tener en cuenta?
– Saluda de manera apropiada. Lo primero que recordará el entrevistador de ti será tu saludo. Cuídalo. Estrecha la mano correctamente, mirando a los ojos y con una sonrisa. Tampoco seas demasiado efusivo.
– No te dejes la sonrisa en casa. Un 38% de los reclutadores entrevistados en la encuesta mencionada anteriormente señala como un importante fallo el no sonreír. La sonrisa sirve para mostrar cercanía, confianza y seguridad.
– Cuida tu postura. Una buena postura será fundamental para la imagen que trasmitimos al entrevistador. Siéntate recto y cerca del borde de la silla para mostrar interés. Además, se recomienda que mantengamos las piernas ligeramente separadas para mostrar confianza en nosotros mismos.
– Apóyate en los gestos. Utiliza tus manos para reforzar tus palabras. No las muevas en exceso, pero úsalas para enfatizar y destacar algunos puntos. En nuestro día a día movemos las manos para acompañar nuestras palabras. Hacerlo en una entrevista mostrará una mayor tranquilidad.
– Muéstrate tranquilo y exprésate con naturalidad. Si el entrevistador te nota nervioso perderá la confianza en ti. Transmite confianza y que eres el candidato idóneo para ese puesto. Véndete a ti mismo.
– Contacto visual. Mirar a los ojos es fundamental, pero tampoco hay que mostrar una actitud desafiante. Mantén la mirada mientras te hable tu interlocutor, pero también observa el entorno. Lo mejor es la mirada de negocios, llamada por los americanos «Business Gaze». Consiste en enfocar nuestra mirada en la zona comprendida entre los ojos de nuestro interlocutor y la mitad de su frente. Así transmitiremos seguridad y seriedad.
– Controla el volumen al hablar. Medir adecuadamente el nivel de nuestra voz permitirá que nuestro contenido se comunique como verdaderamente queremos. Aprovecha el volumen para enfatizar lo que quieras destacar.
– Imita la postura del interlocutor. Una táctica que está comprobada que funciona es fijarse en el entrevistador y adoptar posturas similares. Eso no quiere decir que si levanta una mano lo hagas tú también, pero fijarte en cómo está sentado o si mueve mucho las manos te ayudará a percibir si la entrevista es distendida, más seria o si el entrevistador prefiere mantener una actitud más lejana. Capta las señales y actúa en consecuencia. Por ejemplo podremos ver si está interesado en lo que le estamos contando o si algo no le ha gustado.
– Respeta el espacio del interlocutor. Nunca invadas su espacio a no ser que te lo pida explícitamente. Mantente en tu lugar y no agobies a la otra persona.
Errores que pueden arruinar tu entrevista de trabajo
La empresa de contratación CareerBuilder realizó una encuesta en la que preguntó a entrevistadores qué actitudes llevaban al fracaso de las entrevistas de trabajo. El peor error, según el 67%, es no mirar a los ojos al entrevistador. Entre otros errores a destacar están no sonreír (39%), jugar con algo en la mesa (33%) y tener mala postura (30%). Anota estos importantes errores para no cometerlos en tu próxima entrevista de trabajo:
– Cruzar los brazos y las piernas, ya que demuestra inseguridad o timidez. También debes evitar tener las piernas estiradas, puesto que transmiten prepotencia, y situar una pierna delante y otra detrás porque es la postura que utilizamos en situaciones de estrés.
– Jugar con el pelo o taparte la boca. Lo primero es un síntoma muy habitual de nerviosismo y lo segundo impedirá que la comunicación fluya correctamente. Si nuestro interlocutor no nos entiende, ¿va a contratarnos?
– Esconder las manos. Estas tienen que aparecer a la vista y ser utilizadas para apoyar nuestra comunicación verbal, pero nunca para jugar con ellas o hacer gestos que puedan transmitir nerviosismo.
– Evitar los tics nerviosos. No muevas las piernas o los brazos de manera repetitiva y compulsiva. Si estás muy tenso tienes que ocultarlo.
– Interrumpir al entrevistador. La capacidad de escucha es muy valorada en un puesto de trabajo. Demuéstralo desde el primer momento prestando atención a tu entrevistador. Evita interrumpirlo, aprovechando los silencios para hablar. Además, si alguien aparece en tu entrevista de trabajo, es mejor no mirar directamente a esa persona para dar intimidad a su conversación.
– Parecer distraído o poco interesado. Participa en la conversación y muestra interés en la empresa y en el puesto de trabajo.
– Manos sudorosas. Muchas veces la ansiedad ante este tipo de situaciones provoca que nos suden las manos. Si es inevitable, lávate las manos con agua fría justo antes de la entrevista o ten un pañuelo a mano para utilizarlo justo antes del momento del saludo.
– Si la entrevista es con más de una persona, tenlo en cuenta. Tendemos a fijar la atención en una de las personas, normalmente en la que tenga un cargo superior. Todos tienen que sentirse igual de importantes. No olvides que si están ahí es por algo y que todos tendrán voz y voto a la hora de seleccionarte.
Estas claves y errores a evitar son fundamentales a la hora de transmitir exactamente lo que buscamos en una entrevista de trabajo. Tenemos que utilizar el lenguaje no verbal a nuestro favor, pero siempre teniendo en cuenta que nos tenemos que mostrar tal y como somos. No olvides que la entrevista de trabajo es la mejor oportunidad que tendrá el entrevistado para conocerte. ¡Aprovéchala!
fuente: WOMENALIA