Con las impresoras 3D hoy puede fabricarse casi cualquier cosa, pero quizás lo último que podría imaginarse es la creación de urnas funerarias para albergar los restos de las personas fallecidas e incineradas.
Esta es la ocurrencia que ha tenido la empresa belga 3Dmatic, que ha requerido los servicios del artista Tinne Debruijne para el diseño de este denominado ‘cofre de los recuerdos’.
Con esta creación, 3Dmatic y Tinne Debruijne pretenden ofrecer una solución elegante y más personal que las urnas actualmente existentes, principalmente las de tipo clásico.
El cofre impreso en 3D comercializado por 3Dmatic consiste en un recipiente que incluye una imagen de la persona fallecida y una carcasa en la que se graba su nombre y las fechas de su periodo vital o bien del deceso.
En el interior se puede incluir un texto personalizado -visible desde el exterior- con un máximo de 600 caracteres o signos.
El cofre de los recuerdos se puede depositar en el nicho de un columbario o conservarlo en el propio domicilio.
La principal ventaja de esta urna es su corto periodo de fabricación. según un portavoz de la compañía, el proceso convencional de creación exige cierto tipo de artesanía y, por lo tanto, requiere mucho tiempo.
Allí donde la fabricación manual de una urna funeraria puede requerir de hasta seis semanas, un modelo impreso en 3D puede ser ya utilizado incluso durante la ceremonia fúnebre y no es muy diferente al que se hace de forma manual o artesanal.
Al margen de su uso funerario, este concepto de ‘cofre de los recuerdos’ se presta a otro tipo de funcionalidades, como para conservar trazos del día del nacimiento de un niño o de la celebración de una boda, pero siempre con un diseño diferente.
Como reza el lema de la empresa, se puede usar en la vida, el amor y el adiós.
fuente: Imprimalia