“La orientación es el proceso de ayuda a los individuos encaminado a dotarles de recursos que le permitan un conocimiento de sí mismo, de las oportunidades laborales a su alcance y, en consecuencia, una toma de decisiones consciente dirigida hacia su realización personal y social, mediante el desempeño de una profesión.”
Rodríguez Diéguez, A.
Debe incidir en una:
- Focalización en la persona, en el autoconocimiento, como herramienta básica para la elección y realización personal.
- Optimización de los recursos disponibles, adaptados a los objetivos de los sujetos que emergen en el proceso de orientación.
- Formación profesional, mediante la elección de itinerarios formativos acordes con los propios recursos personales, la oferta disponible, y el encaje entre ambos aspectos.
- Determinación de la elección profesional, mediante un proceso consciente y autodirigido, cuyo objetivo finalista debe ser el acceso al empleo, la adaptación profesional y la realización personal.
- En relación con lo anterior, capacidad de autogestión y autodirección, dentro de un proceso de toma de decisiones responsable.
- Relación íntima y necesaria entre la realización personal y la social, como producto derivado del ejercicio de roles adultos.
- Por último, y de acuerdo con Sánchez García (2004, p. 95), la Orientación es un proceso continuo, que debe abarcar todo el ciclo vital, y debe ser.
- Planificado.
- Preventivo, y en caso necesario, remedial de las dificultades y limitaciones encontradas.
- La actividad orientadora debe ser multicontextual, centrándose en las distintas variables que inciden en la realización personal y sociolaboral.
Desde nuestro punto de vista, el concepto que mejor define nuestra idea de Orientación debiera ser el de Orientación Profesional, ya que la O. Laboral está enfocada en exclusividad al desembarco laboral, el mantenimiento del empleo y sus modificaciones.
Sin embargo, la O. Profesional se identifica con la idea de carrera y de ciclo vital. La Orientación aquí trasciende lo estrictamente laboral y engloba la planificación de la carrera personal y el desarrollo vital del individuo, aportando un enfoque holístico y de continuidad que sirve de asentamiento al proyecto vital y de autorrealización personal.
Por lo que respecta a los aspectos divergentes de la evolución en España de la Orientación Profesional, hemos encontrado los siguientes principios diferenciadores:
- Mientras en El resto de Europa y EEUU, la orientación nace con un sesgo claramente de mejora de la adaptación vocacional y profesional, en España los inicios de la Orientación Profesional tiene un carácter marcadamente social y filantrópico de ayuda a los jóvenes desempleados en situación de deprivación social.
- En España el desarrollo de la Orientación Profesional estuvo muy centralizado y focalizado en regiones secularmente vinculadas al desarrollo industrial y al trabajo intelectual (Cataluña y Madrid), y por ende, los logros alcanzados se difunden con dificultades a la periferia geográfica del estado.
- Si bien hubo un espectacular desarrollo legislativo en el primer tercio del sXX, que influyó en la cantidad y calidad de publicaciones temáticas, y en la implementación de unidades administrativas de gestión de la Orientación Profesional, la Guerra Civil interrumpió este proceso de institucionalización orientadora, paralizándola. La inmediata posguerra permeabilizó los principios orientadores en el sentido de una confusión de valores religiosos y políticos, ordenadores de la práctica orientadora.
- En España un rasgo diferencial de la práctica orientadora, es su imbricación en el sistema educativo desde la promulgación de la LOGSE, y en adelante, con lo que la Orientación ha tenido un marcado carácter vocacional y de acompañamiento de la transición a la vida adulta, y el interés por una adaptación profesional lo más cercana posible a las posibilidades del sujeto, pero también a sus deseos e intereses.
- En los últimos 30 años, la Orientación Profesional en España ha alcanzado un menor desarrollo que en el resto de países de su entorno cultural y económico, Su imbricación fundamental en el sistema educativo la ha convertido en un proceso auxiliar del proceso docente, subordinado a éste, que ha lentificado en exceso su evolución en otros ámbitos aplicados.
De otra parte, parece también que la Orientación Profesional en España, aun estando muy vinculada a la Empresa, parece que lo está desde el punto de vista de la acomodación al puesto de trabajo, es decir, busca la selección aptitudinal de candidatos, diseñada ad hoc, para el presente inmediato, lo que supone la fijación en modelos psicometricistas. Aunque académicamente, en España los estudios no se diferencian dramáticamente de los intereses académicos existentes en otros ámbitos geográficos, sí que parece que el sector productivo del país no se ha abierto a la posibilidad de aprovechar los conocimientos existentes para introducir mejoras de las estructuras productivas, de mejora de los diseños de las carreras profesionales y de los climas sociales en las empresas, incluyendo la percepción subjetiva de logro y motivación de la carrera individual.
En última instancia, no debemos olvidar que el Proceso Orientador está encaminado al favorecimiento de los recursos necesarios que optimicen la obtención y mantenimiento de un empleo, y una mayor realización individual y social en lo posible, mediante el acompañamiento de la carrera personal durante todo el ciclo vital de la persona.
Y no es un objetivo trivial en un entorno tan conflictivo, inestable y volátil como el definido en lo que llevamos ahora con la Pandemia y el COVID19
AUTOR: RAFAEL CERVIÑO FORJÁN @rafacerv
FUENTE: LA NUEVA RUTA DEL EMPLEO vía @nuevarutaempleo