Recientemente, la Federación de Enseñanza de CCOO publicó una guía para prevenir las patologías vocales ocupacionales elaborada por ISTAS. La enseñanza es una de las ocupaciones caracterizadas por la necesidad socio-profesional de hablar, que son aquellas en las que las personas desarrollan su actividad utilizando la voz como “herramienta” habitual y a menudo fundamental de su trabajo. Estas ocupaciones podrían estar expuestas a sobreesfuerzos en el trabajo que afectarían a la salud vocal de los trabajadores y las trabajadoras. Con un enfoque preventivo, por el contrario, se garantiza su protección.

Con el uso de la voz buscamos siempre, tanto en la vida laboral como en la vida privada, lograr un efecto comunicativo. La voz que emitimos es resultado de nuestra constitución física (y las variaciones de nuestra salud, por ejemplo, un catarro), nuestra técnica vocal (más o menos apropiada, natural o aprendida) y la necesidad que tenemos de adaptar su uso a una determinada situación, por ejemplo, el contenido del trabajo (la tarea y las actividades que estamos realizando y su “demanda” de hablar), las condiciones ambientales (condiciones del ambiente laboral, físicas, acústicas, calidad del aire y contaminación, temperatura, etc.) y las circunstancias sociales y afectivas que nos llevan a hacer un tipo de esfuerzo determinado.

Las disfonías

La alteración de la voz (voz anormal o disfonía) es un cambio en la calidad de esta (tono, intensidad, cualidad y flexibilidad) perturbando la comunicación, en distintos grados (cuando la alteración es total se habla de afonía). La aparición puntual de la disfonía se relaciona con procesos inflamatorios y congestivos, situaciones de sobreesfuerzo (por una técnica vocal inadecuada, por un uso de la voz intenso, continuado, durante mucho tiempo, sin descanso suficiente) o por un sobreesfuerzo puntual (comportamientos vocales que suponen un gran esfuerzo como, por ejemplo, gritar, hablar muy alto). Estas alteraciones suelen mejorar o desaparecer con el reposo del habla.

Sin embargo, no es raro que las personas en su trabajo sigan haciendo uso de su voz, realizando un sobreesfuerzo al emitir sonido. Cuando se mantiene el sobreesfuerzo en situaciones de disfonía aparecen alteraciones de la mucosa de las cuerdas vocales que, a su vez, inciden negativamente en la función vocal. Al continuar hablando en esta situación, las personas hacen un mal uso de los componentes vocales (utilización defectuosa de algunos de los mecanismos que intervienen en la función vocal: respiración, vibración de las cuerdas vocales, resonancia, articulación, etc.). El sobreesfuerzo vocal conduce a un círculo vicioso secundario al trastorno vocal inicial, aumentando el esfuerzo; esto a su vez produce alteraciones funcionales u orgánicas.

En este proceso pueden aparecer lesiones como hemorragias, edemas, nódulos, pólipos, etc. El “esfuerzo sostenido de la voz por motivos profesionales” está reconocido como condición de trabajo causal de una patología de las cuerdas vocales: los nódulos. Las ocupaciones que vienen mencionadas en el Listado de Enfermedades Profesionales como expuestas son: profesores, cantantes, actores, teleoperadores y locutores. Sin embargo, también rea lizan esfuerzos vocales otros profesionales como recepcionistas, guías turísticos, entrenadores, vendedores, camareros, etc.

¿Cómo prevenir las patologías de la voz?

El sobreesfuerzo vocal en el trabajo se puede reducir con una mejora en las condiciones de trabajo. En cada una de las tareas o puestos de trabajo que requieren el uso intenso de la voz, el plan de prevención deberá identificar y ponderar los factores que pueden causar sobredemanda.

Hay que identificar las condiciones psicosociales del trabajo (la organización del trabajo, las relaciones sociales del trabajo, precariedad, etc.), el contenido del trabajo y la demanda de determinadas tareas. Es importante estar atentos a la demanda afectiva de la tarea (por ejemplo, trabajar con un grupo de niños, atender clientes que llaman por un problema, etc.), teniendo en cuenta que la tensión emocional y el estrés afectan al manejo de la voz. Deben asegurarse que se hacen suficientes pausas y descansos en las que se podrá beber agua para mantener la hidratación, etc.

Por supuesto es clave controlar la duración del esfuerzo y dar la posibilidad de realizar pausas y descansos, etc. También se deben proporcionar los medios (técnicos y humanos) suficientes para reducir el esfuerzo, especialmente cuando ya hay disfonías, permitiendo realizar el trabajo sin hablar o sin hablar “tanto” o “tan alto”.

Hay que controlar las características del medio donde se desarrolla el trabajo. Por una parte, la calidad del aire (temperatura, humedad, presencia de partículas en suspensión, etc.) que puede requerir acciones de mejora de las condiciones térmicas, humedad, polvo, etc. Por otro, el diseño físico del lugar, para ver si tiene características acústicas favorables o no. En este caso, las actuaciones preventivas deben centrarse en los locales de trabajo: acondicionamiento acústico, reducción del ruido interno, aislamiento del ruido externo (el ruido de fondo, por ejemplo, dificulta la impartición de clases), medios técnicos para evitar el esfuerzo vocal en el trabajo al aire libre, etc. La utilización de medios audiovisuales, como películas y vídeos, constituyen alternativas interesantes a las exposiciones orales, en la medida que funcionan como pausas en la demanda vocal. En ningún caso los medios técnicos ofertados se deberían reducir únicamente a sistemas para la amplificación de la voz, pues esta es una medida que tiene efectos secundarios negativos sobre la salud vocal, además de obstaculizar la relación personal entre la persona que emite la voz y su público.

Finalmente hemos de considerar el modo en que cada trabajador hace uso de su voz: las capacidades vocales de las personas son muy variadas por naturaleza. Pero, además, hay que observar si la persona tiene una técnica vocal adecuada.

Vigilancia de la salud

La vigilancia de la salud es una parte fundamental de cualquier plan de prevención. Los reconocimientos médicos preventivos no deben centrarse únicamente en la identificación de patologías orgánicas del aparato fonador y/o en disponer la baja laboral como medida para el descanso vocal. Por el contrario, los profesionales sanitarios deberían apuntar a una detección precoz de las disfonías. Para ello se debe recoger y examinar información sobre la situación general de la salud vocal mediante encuestas o entrevistas a los trabajadores, información sobre bajas y, por supuesto, también revisiones mé dicas. Estos datos permiten identificar no solo personas afectadas, sino también las tareas y condiciones de trabajo que pueden estar afectando a determinados puestos de trabajo. De este modo se pueden poner en marcha las medidas previstas en el plan de prevención para esos casos, o revisarlo.

El objetivo es la detección temprana de alteraciones y patologías, intervenir en las condiciones de trabajo y ofrecer en su caso rehabilitación o formación para la mejora de la técnica vocal. En su caso, también indicará la necesidad de poner en marcha dichas medidas.

Formación e información

Los trabajadores expuestos a sobreesfuerzo vocal tienen que estar informados acerca de los mecanismos de alteración de la salud vocal. Esto les sensibilizará, les permitirá valorar su propia situación e identificar problemas.

En particular, la formación e información deben orientarse a conocer los factores de riesgo del propio puesto y las herramientas que la empresa pone a su disposición para reducirlos. Además, podrán identificar sus propios hábitos fonatorios perjudiciales (carraspeo, chillidos, etc.) y adoptar los beneficiosos (calentamiento vocal, beber abundante agua, descansos, etc.).

La formación debería permitir una mejor autoevaluación del esfuerzo vocal y otorgar a los trabajadores la oportunidad de identificar sus problemas en este campo en etapas precoces. A todas y a todos los trabajadores con técnica vocal deficiente, además, se les debería ofertar formación para su mejora

 

Agradecimientos a CLAUDIA NAROCKI por su artículo y a la fuente: istas.net por su labor de difusión.