Aunque es un sector que ha comenzado tarde en España, han irrumpido con fuerza los viveros de empresa, laboratorios que ofrecen medios técnicos, formación y asesoramiento a los emprendedores para crear una ‘start up’.

Dónde están los mejores viveros para crear 'start up' en España

La crisis económica ha obligado a que, en muchas profesiones, la creación de una empresa o darse de alta como autónomo sea la única alternativa para obtener un empleo.

Sin embargo, existen muchos impedimentos para iniciar una aventura empresarial, ya que se pone en juego mucho dinero y en ocasiones los proyectos fracasan por falta de experiencia y de asesoramiento.

En Estados Unidos nació en la década de 1950 la primera incubadora o vivero de empresa. Éstos son programas en los que las pymes que inician su actividad son tuteladas directamente y que permiten que los emprendedores puedan acceder a servicios de infraestructura, capacitación, apoyo y seguimiento del plan de negocio durante dos o tres años. Aunque en algunos casos, la empresa que está en la incubadora puede seguir utilizando los servicios que le ofrece el vivero hasta los cinco años. No obstante, el objetivo es lanzarlas al mundo empresarial y que puedan empezar a caminar por sí solas.

España cuenta con 353 viveros, aunque sólo 150 ofrecen más apoyo que el alquiler de oficinas baratas

Un informe de la Fundación de Cajas de ahorro (Funcas), que han elaborado seis economistas encabezados por el profesor Francisco José Blanco, ha realizado un ránking de los mejores viveros de España, destacando sus puntos fuertes. Estos laboratorios para crear empresas, que en muchos casos han sido puestos en marcha desde el sector público –aunque algunos también han sido impulsados desde el sector privado–, se conciben como planes intensivos de formación y consultoría para que las empresas que inician su actividad puedan acceder a servicios de infraestructuras, capacitación, apoyo y seguimiento del plan de negocios durante un periodo de tiempo limitado, derribando así las barreras de entrada al mundo empresarial y reduciendo las tasas de fracaso.

Más allá de que las empresas reciban créditos para iniciar su actividad y que tengan subvenciones del sector público para lanzar su proyecto al mercado, es imprescindible que cuenten con un seguimiento para evitar los errores. Sobre todo si se tiene en cuenta que el 75% de las compañías que se crearon durante el boom económico, que estuvo muy ligado al sector inmobiliario, han echado el cierre durante la crisis. En total, según las cifras oficiales, más de 50.000 empresas han desaparecido cada año entre 2008, el primer año en el que empezó a notarse el efecto de la recesión en la economía real, y 2012.

En España el lanzamiento de los primeros viveros de empresas ha sido tardío en comparación con otros países europeos. Y mucho más si se compara con Estados Unidos, donde están muy asentados. Sin embargo, el número de incubadoras se ha multiplicado en todas las comunidades autónomas entre 2008 y 2013, el último año que analiza el informe de Funcas.

En España, por culpa de la crisis, han echado el cierre más de 50.000 empresas cada año entre 2008 y 2012

Actualmente, nuestro país cuenta con 353 viveros, de los cuales 150 incluyen servicios completos. El resto ofrecen fundamentalmente una ubicación barata e infraestructura para comenzar. El informe destaca que «pese al constante crecimiento de los viveros en España, estos se hallan en situaciones de gestión y desarrollo muy distintas, desde los que son meros alquiladores de oficinas baratas hasta los que prestan un servicio muy completo a los viveristas y han conseguido una alta supervivencia de sus asociados».

El estudio de Funcas, el primero que se elabora y que analiza a casi un centenar de viveros, ha determinado que el número uno se encuentra en Gijón (Asturias). El Centro Municipal de Empresas de Gijón, que nació en 1992 cuenta con 17.958 metros cuadrados, más de dos terrenos de juego de un campo de fútbol de primera división. Con cien oficinas disponibles para emprendedores, cuenta con suelos, locales, oficinas y despachos para que la pyme que entra en la incubadora pueda empezar a trabajar. También se ofrece apoyo inicial al emprendedor tanto económico, jurídico como comercial, y se le facilita las herramientas para evaluar la viabilidad del proyecto, con una tutoría personalizada. En este vivero de Gijón, también se ayuda a gestionar las ayudas municipales, hacer la gestión comercial y la promoción y gestión de las infraestructuras del suelo industrial de procedencia municipal.

El segundo centro de apoyo a los emprendedores integral más importante en España está ubicado en Álava. Creado en 1988, cuenta con 4.000 metros cuadrados y 40 oficinas. También ofrece ayuda para hacer estudios de viabilidad, colaboración para buscar recursos económicos, tecnológicos y formativos, y asesoramiento a la hora de pedir subvenciones a la Administración. Asimismo se potencia la formación empresarial y se facilita un espacio físico, tanto pabellones como oficinas, para que se puedan desarrollar las nuevas actividades empresariales innovadoras.

La mejor incubadora se encuentra en Gijón, con una extensión superior a dos campos de fútbol

Cierra el podio el Delta Business Center ubicado en Cataluña, concretamente en Viladecans, Barcelona. Con 850 metros cuadrados, este vivero que se creó en 2011 cuenta con 35 oficinas y ofrece asesoramiento empresarial y alquila oficinas. También lleva a gala ofrecer despachos con luz natural de diversos tamaños para adaptarse a las necesidades de cada emprendedor. Los espacios de trabajo se entregan totalmente equipados con mobiliario de alta calidad, teléfono, acceso a internet, fotocopiadora, escáner y fax. También ofrece respaldo a la hora de buscar financiación para la internacionalización y organiza eventos que faciliten la formación empresarial.

En la Comunidad de Madrid, a pesar de que es una región con gran impulso empresarial, tan sólo se encuentra el octavo vivero más importante del país. El Vivero de Empresas de Villaverde se fundó en 2009, tiene 729 metros cuadrados y dispone de 13 oficinas. Igual que otros, ofrece formación en las actitudes y las habilidades y competencias emprendedoras. Asimismo, se da facilidad a las start uppara acceder a financiación a través de acuerdos con entidades para la concesión de microcréditos. Este vivero tiene un programa estructurado con mentores, que lo prestan empresarios, expertos voluntarios que acompañan al emprendedor durante los primeros años de la puesta en marcha de su negocio.

Aunque empezar un negocio en un vivero no es garantía de éxito, el acompañamiento que se recibe cuando se monta una empresa permite que se reduzca sensiblemente el riesgo de fracaso.

Según los datos recogidos por los investigadores de la Fundación de Cajas de Ahorro, dos o tres años después de que comience un negocio, el 47% de las empresas que se ponen en marcha en España tienen que echar el cierre. Este porcentaje se reduce al 10-20% en el caso de los emprendedores que comienzan su andadura en una de las mejores incubadoras del país.«Las incubadoras son escuelas para pymes»Francisco Blanco. Prof. titular Universidad Rey Juan Carlos

Francisco Blanco, profesor titular de la Universidad Rey Juan Carlos, que ha liderado el equipo de investigadores que ha elaborado el ránking de viveros para la Fundación Cajas de Ahorro, define los viveros como «escuelas para montar una empresa». A su juicio, lo importante de los colegios son las personas, no el edificio. Y con las incubadoras de start up ocurre lo mismo.

En las mejores incubadoras de España aumenta del 53% al 80% el éxito de los emprendedores

Señala que es más importante la vinculación de estos laboratorios con la universidad y el acceso a la formación y al asesoramiento, a que ofrezcan oficinas más baratas que en el mercado, que es a lo que se dedican las malas incubadoras: «El objetivo del informe es hacer ver a los otros viveros, a los que no salen tan bien en el ránking, que haciendo las cosas bien se obtienen mejores resultados».

También destaca el funcionamiento de este tipo de laboratorios para empresas de nueva creación para la recuperación, ya que «las compañías nuevas crean más empleo, y se incentiva el cambio estructural para la empresa que se necesita». Los viveros tienen un efecto importante para reducir la tasa de mortalidad de las firmas, ya que se cometen muchos errores en los primeros años de una pyme.

Si en 2 ó 3 años, el 47% de las compañías de nueva creación muere por el camino, en un vivero la tasa de mortalidad se reduce al 10-20%. En los viveros crecen las start up de aplicaciones para móviles o con nuevas fórmulas en el sector agroalimentario. «No importa el sector, lo relevante es que emprendan de forma diferente», concluye Blanco.

FUENTE: http://www.expansion.com/