La web 3.0, un salto tecnológico que tendrá importantes consecuencias en los usuarios de la red. Y es que si echamos la vista atrás, nos damos cuenta de la considerable evolución que se produjo entre la web 1.0 y la 2.0. En la primera solo podíamos consumir contenido. Se trataba de información a la que nosotros accedíamos, pero sin posibilidad de interactuar. Pero llegaron los foros, los blogs, los comentarios, y después las redes sociales… Era (y es) la web 2.0 que, fundamentalmente, nos permite compartir información. Y aquí estamos, de momento.

¿Cómo se puede mejorar la web? De eso se trata cuando hablamos de web 3.0. Es posible que el avance de internet y sus tecnologías asociadas nos parezca espectacular. Pero hay cosas que mejorar. Por ejemplo, la búsqueda de contenido a través de palabras clave. La web 3.0 se asocia a la web semántica, un concepto que se refiere al uso de un lenguaje más natural en la red.

Mientras la Web 2.0 está gestionada por el propio usuario humano, la Web 3.0 , gestionada en la nube o cloud computing y ejecutada desde cualquier dispositivo con una alto grado de viralidad y personalización, constituye un nuevo tipo de Web en la que se añade contenido semántico a los documentos que la forman y ello conlleva que la ejecución de la misma sea realizada por máquinas que, basándose en nuestros perfiles en la Red, descubren información para nosotros.

De esta forma la web 3.0 está muy asociada también al concepto de personalización. Un flujo de información, contenidos (y publicidad, por supuesto) adaptada a nuestros gustos y preferencias. Se trata de evitar, también, el inmenso magma de información irrelevante (para nosotros), con el que tenemos que bregar diariamente. ¿De dónde sacarán los motores de gestión de datos, información sobre nuestros gustos? De nuestra actividad en la red que, como sabemos, deja un importante rastro a modo de fotos, opiniones, tendencia de búsqueda, viajes, etc.

Como vemos, algunos elementos de la futura web 3.0, ya están presenten, al menos en fase beta. Dicen que la nueva web terminará con los buscadores tal y como los conocemos. En la actualidad, si precisamos un hotel para unas vacaciones debemos navegar entre varias páginas analizando diferentes opciones. La web 3.0 nos ofrecerá el mejor hotel adaptado a nuestros gustos. Suena bien, pero un poco siniestro también. Esta web omnisciente, casi divina, que dibujan algunos analistas asusta un poco. ¿Nos conocerá mejor la red que nosotros mismos? No será para tanto… Esperemos.

En definitiva, la web 3.0 surgirá cuando exista tecnología que lo permita. Y cuando lo haga, nos ofrecerá nuevas opciones de personalización y una búsqueda a través de la red más natural accediendo en menor tiempo a información relevante para cada usuario.

Pero la idea de que la siguiente generación de Internet está a la vuelta de la esquina va tomando más y más fuerza, sobre todo después de que el The New York Times le dedicase un amplio espacio en su portada hace unas semanas.

El objetivo de la Web Semántica , el término favorito del creador de la Word Wide Web, Tim Berners-Lee, es añadir significado a la web, de manera que, en lugar de un mero catálogo, se convierta en una guía «inteligente», con sitios capaces de intercambiar información sobre sus contenidos.

Berners Lee lo describe como una red de aplicaciones e información conectadas entre sí, algo así como una base de datos global.

Este sistema podría actuar como consejero personal en áreas tan diversas como el turismo -ofreciendo paquetes a la medida, en lugar de un torrente de páginas de agencias de viajes y destinos- o la planificación financiera, con recomendaciones concretas dependiendo de la edad o el estado civil del usuario.

Siguiendo el ejemplo que propone The New York Times esta nueva generación de Internet será capaz de dar respuesta, como si de un agente de viajes se tratara, a una búsqueda tan compleja como «estoy buscando un lugar cálido, tengo un presupuesto de 3.000 dólares y un niño de 11 años».

Un sistema como este, claro, se convertiría instantáneamente en más valioso, comercialmente, que los medios de búsqueda de hoy, que arrojan resultados de miles de documentos y normalmente son incapaces de dar respuesta a preguntas tan concretas.

Según escribe en su blog Nicholas Carr , la Web 3.0 «convertirá en obsoletos a los buscadores de hoy».

Dicho de otra manera, y siguiendo con el ejemplo de las vacaciones, mientras que las recomendaciones de viaje de hoy fuerzan al internauta a navegar entre largas listas de comentarios u observaciones, el sistema de la Web 3.0 se encargaría de establecer valoraciones, clasificarlas y, por deducción, ofrecer el hotel adecuado para el usuario en particular.

FUENTE: https://www.evernote.com