- Casi el 90% de los 2,6 millones de empleos que se creen en los próximos 10 años tendrá un componente técnico
- El futuro del trabajo pasa por unir formación tecnológica y artística
- La formación que viene: cómo corregir el ‘gap’ entre la educación y las necesidades de las empresas
Aunque nadie te garantiza que si estudias vas a encontrar un empleo, lo cierto es que contar con una buena formación sí abre las puertas del mercado laboral. Y las cifras lo demuestran: strong>la tasa de paro entre las personas con estudios superiores se sitúa en el 8,67%, casi siete puntos por debajo de la tasa general, que es del 15,28%, según los últimos datos de la Encuesta de Población Activa (EPA).
Por el contrario, la tasa de desempleo entre los españoles que no han estudiado es del 43,72%; en el caso de los que terminaron la educación primaria alcanza el 27,77%, y para los que se quedaron en la educación secundaria con orientación profesional -según lo define la EPA- se situó a cierre del segundo trimestre del año en el 15,40%
Además, en términos de ocupación, la tasa de empleo entre las personas con formación universitaria o de Formación Profesional de grado superior fue del 73,4%, frente al 49,8% de la tasa media de empleo para el conjunto de la población. Nada menos que casi 24 puntos por debajo.
¿Esto que quiere decir? Pues que casi tres de cada cuatro personas con este nivel de estudios y en edad de trabajar lo están haciendo en estos momentos.
Pero los porcentajes también son buenos en el caso de estudios de FP de grado medio, donde la tasa de empleo se sitúa también muy por encima de la media, en concreto, en un 64,6%. Por el contrario, entre los trabajadores con un nivel de estudios de secundaria obligatoria o de bachillerato, la tasa de empleo es mucho más baja, un 47,4% y un 50,3% respectivamente.
«La situación tanto en términos de tasa de empleo como de paro es inequívoca: los trabajadores con mayor nivel de estudios se encuentran significativamente mejor que la media en ambas dimensiones, y se sitúan ya cerca de los valores previos a la crisis», explican desde Randstad Research.
Ahora bien, una cosa es que estudiar abra las puertas del mercado laboral y otra muy distinta es que el puesto de trabajo que se consiga corresponda con el grado de formación alcanzado.
Sobrecualificación
De hecho, uno de los problemas a los que se enfrentan los jóvenes con formación superior en España es la sobrecualificación. España ocupa el tercer puesto dentro de la Unión Europea con la mayor tasa de sobrecualificación de jóvenes en el sector servicios, lo que supone que en torno al 64% de estos ocupados desarrollan un trabajo que no requiere el nivel educativo alcanzado.
Pero además de la sobrecualificación, el mercado laboral español arrastra otra importante deficiencia: un fuerte desajuste entre las necesidades de las empresas y la formación proporcionada por los centros educativos. Lo que provoca que, pese a presentar todavía una alta tasa de paro, las compañías aseguren tener dificultades para encontrar talento en el mercado.
Por eso, insisten en la necesidad de acercar la universidad a la empresa y fomentar la formación profesional, en especial, la dual -que combina la formación en el centro educativo y en el lugar de trabajo-. Y es que en España todavía estamos lejos de la media europea y de países como Alemania donde esta modalidad educativa está muy arraigada.
Perfiles de tipo técnico
El desarrollo de la FP en nuestro país, desprestigiada durante muchos años, resulta esencial, ya que en el futuro se requerirán más perfiles de tipo técnico y con formación Stem (Ciencia, Tecnología, Ingeniería y Matemáticas, en sus siglas en inglés), aunque sin olvidar tampoco la importancia de fomentar la creatividad. Así, se habla ya del paso del Stem al Steam (incluyendo las artes y el diseño).
Aunque en el último informe sobre el estado de la educación en el mundo 2017, la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) destacaba que España presenta uno de las proporciones más elevadas entre los países de la organización en lo que respecta al número de adultos (un 30%) que han cursado estudios terciarios relacionados con áreas stem; se mostraba mucho más crítica sobre el desarrollo de la FP, donde claramente suspendemos.
Nuestro país presenta aún una baja proporción de jóvenes entre 15 y 19 años matriculados en programas de formación profesional, en comparación con otros países de la OCDE (del 12% frente al 25%); a pesar de que aquellos que tienen una titulación de formación profesional tienen una tasa de ocupación del 74%, mientras que en los que sólo tienen una titulación general esta tasa se reduce al 63%.
La organización recuerda que «los programas de formación profesional son un itinerario valioso para acceder al mercado laboral o continuar formándose y se han demostrado más efectivos en paliar el desempleo juvenil».
AUTORA: ISABEL MUNERA @Munerais
FUENTE: ELMUNDO.ES
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