Las ‘start up’ de empleo utilizan el ‘big data’ para unir a los candidatos con las empresas. Asimismo, ofrecen servicios de asesoría y aportan información sobre los promedios salariales de cada puesto.

La tecnología está cambiando la forma en que los graduados de las escuelas de negocios obtienen un trabajo, pues un gran número de start up de empleo está vendiendo sus servicios a los campus de las distintas facultades.

Antiguos alumnos de las escuelas de negocios han creado una gran cantidad de ‘start up’ de empleo

Muchas de estas compañías fueron creadas por alumnos de Administración y Dirección de Empresas (ADE). Un ejemplo es Vmock, un sistema de retroalimentación de información que utiliza máquinas que incorporan el aprendizaje analítico predictivo y técnicas de inteligencia artificial. Un algoritmo compara los currículos de los estudiantes con aquellos creados por buscadores de empleo con éxito. Cada alumno es recompensado con una puntuación basada en su eficacia y la sugerencia de posibles mejoras. La compañía fue fundada en 2009 en Chicago por Salil y Kiran Pande, que se conocieron tras haber estudiado en escuelas de negocios.

Más de 100 de las mejores instituciones educativas pagan una suscripción anual por el software de Vmock, desde 19,95 dólares (alrededor de 16,7 euros) por estudiante. Pero esta empresa, que ha recaudado 4,5 millones de dólares (aproximadamente 3,7 millones de euros) en fondos de capital riesgo, no existiría si los fundadores no hubieran pasado por la misma situación cuando eran estudiantes.

En un principio, se centraron en ofrecer a los alumnos técnicas que les preparan para las entrevistas. Sin embargo, prefirieron centrarse en la comparación de currículos después de hablar con asesores profesionales de las escuelas de negocios.

Propuestas

Este servicio es sólo uno de los utilizados por el departamento de asesores de la escuela de negocios de Londres. Otro de sus sistemas fue el desarrollado por la compañía 12-Twenty. Ésta ayuda a los equipos de asesores de este centro a rastrear la actividad de aquellos alumnos de ADE que han sido contratados. También ofrece a los estudiantes información sobre los salarios y procesos de entrevistas de las empresas en las que quieren trabajar.

Estos servicios orientan a los alumnos en su carrera y en su futuro laboral

Sarah Inigo-Jones, responsable de formación y apoyo profesional en la escuela de Londres, cree que esta tecnología mejora la ayuda que los asesores brindan a los estudiantes. Por ejemplo, también se emplean para orientar a los alumnos con el programa de asignaturas de su carrera y así poder guiarles entre la variedad de opciones profesionales que se les presentan. «Este sistema nos permite dedicar más tiempo a averiguar cuáles son los roles adecuados para cada estudiante», explica Inigo-Jones.

TransparentCareer ofrece información profesional para estudiantes de ADE y profesionales que quieran valorar sus opciones. Esta compañía fue fundada por Kevin Marvinac y Mitch Kirby, ambos estudiantes de ADE que se conocieron en la escuela de negocios Booth.

La compañía afirma ser la mayor fuente de información sobre ADE, al ser utilizada por casi la mitad de los estudiantes de esta disciplina en Estados Unidos. Además, este servicio ayuda a los alumnos a calcular el salario promedio según qué funciones ejerzan. Los creadores señalan que las empresas también les pagan por obtener información que les ayuda a identificar, contratar y mantener a los mejores alumnos que salgan de las escuelas de negocios.

Los reclutadores consideran que la tecnología no es la panacea, y menos cuando se aplica en un proceso tan complejo como asegurar un puesto de trabajo. Solomon George, fundador de GlobalMBACareer, se ha especializado en ayudar a las compañías a contratar graduados de las escuelas de negocios. George cree que todavía no existe la tecnología capaz de reemplazar los servicios que prestan los asesores profesionales como la formación a los candidatos, una red de apoyo o entrenamiento de cara a las entrevistas. «Que los humanos sean capaces de desarrollar una tecnología que pueda evaluar a los humanos es una cuestión complicada. Se utiliza la simplicidad y la lógica, pero este sistema no refleja por completo la complejidad del individuo», defiende George.


POR JONATHAN MOULES FINANCIAL TIMES@empyemp

FUENTE: DIARIO EXPANSIÓN

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