Con independencia de la edad que tengas, emprender y dirigir una empresa ofrece recompensas y exige sacrificios. Si estás planteándote el emprendimiento después de los 40, aquí tienes algunas reflexiones que te pueden interesar.

A lo largo de toda una trayectoria profesional, un emprendedor experimenta muy diferentes sentimientos y vivencias, que pueden pasar por el miedo, la inseguridad, el entusiasmo, la incertidumbre, etc. El hecho es que cuando se alcanza una cierta edad dentro del mundo empresarial, es muy probable que uno tienda a magnificar todas estas percepciones, sobre todo porque llega un momento en que abandonamos esa zona de confort que nos ha servido de refugio durante tantos años.

Sin embargo, emprender un negocio una vez superados los 40 años también tiene sus ventajas. Según un artículo publicado en la revista Harvard Business Review, son casi el doble los emprendedores de éxito mayores de 50 años que los menores de 25, y un informe emitido por Kauffman Foundation indica que cada vez más personas deciden sacar provecho a las ventajas que supone iniciar un negocio a partir de dicha edad. El porcentaje de emprendedores con edades entre 45 y 54 años se incrementó del 25,2 % en 2003 al 30 % en 2013.

Las ventajas de emprender después de los 40

  • Un marco de referencia más amplio. Cuánto más edad tienes, mayor es el número de experiencias profesionales de las que servirte a la hora de tomar decisiones importantes. Todos esos años adquiriendo conocimientos y aprendiendo de los errores van a ser de gran ayuda a la hora de identificar riesgos, reconocer oportunidades y afrontar los desafíos.
  • Una mayor seguridad financiera. Aunque no siempre sea así, un emprendedor mayor de 40 tiene más probabilidad de haber conseguido reunir algunos ahorros y contar con cierto respaldo financiero. Y esto es un alivio en momentos apretados como son las primeras etapas de una empresa.
  • Se conocen mejor las propias fortalezas y debilidades. Al iniciar un negocio después de los 40, lo más normal es haber trabajado antes ocupando diferentes cargos, y con responsabilidades muy diversas. Todo ese trayecto ha supuesto una oportunidad de descubrir y valorar aquello que se te da mejor hacer y en lo que no eres tan bueno. Y esto puede ser una gran ventaja como propietario de una nueva empresa, ya que te será más sencillo reconocer la tareas que eres capaz de abordar por ti mismo, y las que debes delegar o contratar fuera del negocio.

Las desventajas de iniciar un negocio a una edad más avanzada

  • Hábitos ya afianzados. Cuando se superan los 40, no es estraño que muchos emprendedores se muestren menos receptivos ante ideas más innovadoras. Incluso puede que les resulte complicado aprender y hacerse con ciertas tecnologías. Iniciar una empresa cuando no se es tan joven requiere romper con muchas rutinas y tratar de adoptar nuevos enfoques. Si eres una persona que se resiste al cambio, tu negocio podría peligrar.
  • Tus amigos y familiares no lo encajan bien. Puede suceder que en tus actividades empresariales no encuentres el apoyo que esperabas por parte de tus seres queridos y amigos. Es posible que a los demás les surgan dudas ante tu capacidad para hacer de tu negocio algo rentable, o bien te puedes encontrar con problemas por trabajar muchas horas, al restar atención a los demás, pueden surgir celos…Todo eso sucede, por lo que deberás esforzarte en la comunicación, transmitirles sinceramente tus ambiciones y prepararlos para el cambio, tratando de evitar así conflictos y resentimientos.
  • Tu resistencia no es la de antes. A medida que pasan los años, la mayoría de personas experimentan un descenso en los niveles de energía. A los 20 años se tiene más capacidad para poder trabajar después de haber dormido menos de seis horas, por ejemplo. La puesta en marcha y el funcionamiento de una empresa absorben mucha energía tanto a nivel mental como físico. Es esencial ser consciente y tratar de mejorar tus limitaciones, y no dejar de cuidarte.

Antes de aventurarte en esta nueva etapa de tu vida, ten en cuenta estas consideraciones:

  • Valora detenidamente tus posibilidades y tu capacidadpara dar respuesta a todos los requisitos que conlleva el emprendimiento.
  • Realiza un análisis detallado para precisar los gastos de la puesta en marcha y gestión del negocio.
  • Lleva a cabo una investigación de mercado, incluyendo a la competencia, para conocer mejor las posibles oportunidades y los riesgos.
  • Estudia en profundidad tu situación financiera antes de tomar la decisión de abandonar tu trabajo actual.
  • Contacta con otros emprendedores, preferiblemente de empresas similares, y podrás así descubrir todos los obstáculos habituales en ese tipo de negocio.

Y si finalmente decides seguir adelante, utiliza tus habilidades y cualidades específicas y aprovéchalas haciendo de ellas una ventaja.

 

 


 

FUENTE:  CINCO DÍAS EL PAÍS

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