Enséñales a pensar

Hace unas semanas Terry Gragera, periodista freelance, se puso contacto conmigo para hacer un reportaje sobre cómo enseñar a los niños a pensar. para a revista  Padres y Colegios, publicación divulgativa sobre educación.  Le agradezco que contara con mi opinión.
El resultado ha sido esta interesante y cuidada  publicación que puedes ver y descargar de manera gratuita en este ENLACE.
Para ello me hizo una serie de preguntas, de las que luego extrajo este excelente  reportaje que acompaño como imagen y que podéis leer en la publicación digital.
Como la entrevista fue más larga, aprovecho este post, para no perder otros comentarios que expuse y  que deseo compartir.

¿La tradicional enseñanza memorística es un obstáculo para enseñar a pensar a los niños en la escuela?

El uso de la memoria está muy desprestigiado en los últimos tiempos, pero no olvidemos que aprender es memorizar, es acumular experiencia en nuestra memoria. El problema es “qué” memorizamos y, sobre todo, “cómo” memorizamos. En mi blog, Transformar la escuela, podemos encontrar algunos post donde desarrollo esta perspectiva.
La memoria es esencial para utilizarla en el aprendizaje de determinadas rutinas y procesos, y también, ¡cómo no!, conceptos y algunos datos, pero desde un aprendizaje en uso vital y contextualizado. Es decir, la memoria no es productiva cuando se usa para asumir hechos y datos sin ningún análisis previo ni posibilidades de transferencia posterior, cuando aprender de memoria no implica pensamiento crítico ni creativo, sino un mecanismo reproductivo, una especie de copy-paste en forma de impulso nervioso. La información así adquirida, no se transforma en conocimiento, por lo que es frecuente que esta información no sólo se olvide a corto plazo, sino que además no genere nuevo aprendizaje, no se interrelacionen con otros aprendizajes o contenidos, y no se pueda aplicar fuera del contexto académico.

¿Cuáles son los puntos clave del aprendizaje basado en el pensamiento (TBL)?

El Aprendizaje del Pensamiento se apoya, desde mi forma de entenderlo, en los siguientes puntos:

  1. Conciencia del proceso. Hace referencia a la importancia de hacer partícipe al alumnado del proceso de aprendizaje que está trabajando específicamente para mejorar su pensamiento.
  2. Utilización de organizadores gráficos. Se trata de poseer, crear y utilizar , un buen catálogo de organizadores del pensamiento que den la importancia que se merece al hecho de revisar las prácticas de pensamiento que se desarrollan en el aula.
  3. Constancia en el desarrollo de habilidades, procesos, y disposiciones hacia mejores formas de pensamiento. Esta clave hace referencia a la importancia de estos elementos en la mejora de nuestra manera de pensar.
  4. Análisis metacognitivo. Nos pone el acento en la importancia de crear dinámicas para sistematizar acciones que nos lleven a pensar sobre nuestro propio pensamiento.
  5. Transferencia de las experiencias de pensamiento. Un elemento imprescindible para conseguir involucrar a los estudiantes en la mejora de su pensamiento de manera sistemática.
  6. La infusión como modelo de aprendizaje basado en el pensamiento desde los elementos curriculares y metodologías activas como el Project Based Learning.
Y todo ello en un marco de aprendizaje cooperativo, con la socialización del TBL mediante agrupamientos para la mejora del aprendizaje y el pensamiento.

 

 ¿Cómo se pueden incorporar en el aula las estrategias del aprendizaje basado en el pensamiento?

La incorporación del TBL en las aula , con valor como metodología para aprender, solo se puede realizar desde el enfoque de enseñanza del pensamiento denominado por Robert Swartz  @RobertSwartz2 infusión del contenido. De los tres enfoques que se dan en la enseñanza del pensamiento, a saber:
  • La enseñanza directa, (en programas independientes y separados del currículum regular),
  • La enseñanza para el pensamiento ( estimulación de procesos de pensamiento dentro del currículum ordinario, pero sin enfoque sistemático que permita cultivar y mejorar la enseñanza del pensamiento),
  • La infusión del contenido,

Esta última me parce la clave para que el TBL sea un realidad en la escuela.

Se trata del enfoque que trabaja directa y explícitamente el uso de organizadores del pensamiento, haciendo al alumno consciente de su pensamiento al mismo tiempo que aprende de manera más profunda y motivadora los contenidos curriculares.
Para ello, es imprescindible que los docentes aprendamos a reconocer las oportunidades que el currículum nos ofrece para aplicar destrezas de pensamiento concretas y más tarde, incluso para encadenar unas con otras en un continuo ejercicio de aprendizaje basado en el pensamiento.

Los programas académicos parecen centrados en mejorar las capacidades conceptuales de los alumnos, pero no las cognitivas (como indicas en uno de tus post), ¿cómo se puede revertir esa realidad?

Es importante una transformación de la cultura del aula y de los objetivos docentes. Cuando ponemos el foco en que los alumnos adquieran un conocimiento determinado, la forma más rápida, aunque menos eficiente, utilizamos el método expositivo y el aprendizaje basado en la memorización pasivo-receptiva, como método más resolutivo. Debemos plantearnos, en qué medida es esto útil para el alumnado, y si realmente, los contenidos tratados así, se transforman en conocimiento.

Benjamín Bloom y su equipo, elaboraron en los años 90 un sencillo, pero clarificador gráfico en forma de pirámide, donde organizaban las habilidades de Pensamiento que denominaban de Orden Inferior (LOTS) y las de orden superior (HOTS). Un simple vistazo al mismo nos hace ver que habitualmente nos movemos en los estadios inferiores y que es necesario hacer un cambio intencional que nos lleve al desarrollo de las habilidades cognitivas de orden superior..
Al desarrollo de conceptos y contenidos se puede acceder desde medios externos a la escuela, los archivos documentales sobre cualquier contenido en la era digital son infinitos e, incluso, de mayor profundidad que los desarrollados en la escuela. Pero ¿dónde podemos aprender a desarrollar las capacidades cognitivas? Solo con un desarrollo explícito de las habilidades de pensamiento creativo (las que nos permiten generar ideas nuevas; las de pensamiento analítico deductivo (las que nos permiten aclarar las ideas) y las de pensamiento crítico (las que nos permiten evaluar ideas, determinar su fiabilidad y emitir juicios bien fundamentados) estaremos construyendo desde la escuela obligatoria y para todos, un armazón cognitivo para todos los ciudadanos capaces de transformar la sociedad.

Reducir la carga lectiva de asignaturas como Filosofía, ¿qué supone para los alumnos?

La filosofía es una asignatura importantísima dentro del currículum por los contenidos que lleva implícitos. Pero, al igual que en otras materias, lo importante no es el qué, sino el cómo y el para qué. Intentaré explicarme.
Si aprender filosofía supone aprender autores, teorías y paradigmas, nociones, fechas y obras, razonamientos -esencialmente de otros-, etc., pero no se le enseña a razonar… algo estamos haciéndolo mal. Y estamos errando porque sólo conseguimos afianzar la idea de que la filosofía no sirve para nada más que para hacer el resumen expreso dirigido a las pruebas de accedo a la universidad, o para un examen similar. Utilizada así, realmente aporta tan poco como otras, cuyo desarrollo curricular se basa estrategias similares.
En cambio si se enseña y se aprende filosofía para conocer el pensamiento de grandes filósofos en relación a comprender y desarrollar el pensamiento crítico, a aprender a debatir y argumentar, a razonar de manera causal y hacer predicciones con destreza, a aprender razonamiento causal, a generar ideas originales y creativas…, entonces la hacemos esencial, porque el alumno entiende que la filosofía le afecta a su vida. Aprender “cosas”, ahora, sirve para hacer “cosas”. Se motivará al ver que su vida mejora desarrollando su pensamiento con destreza, o sea, aprendiendo filosofía y aprendiendo a filosofar, a reflexionar con pericia sobre la esencia, las propiedades, las causas y los efectos de las cosas naturales, especialmente, insisto, las que están relacionadas directamente con su existencia.

¿Qué beneficios tiene para el desarrollo del niño saber pensar, tanto en el presente como en el futuro?

En el presente hay una realidad, y es que nuestro pensamiento es, habitualmente vago, desorganizado, estrecho de miras y enmarañado. Nunca nos exigieron que fuera de otra forma. La escuela tradicionalmente, además, favorece estos defectos del pensamiento, pues premian la respuesta rápida, la respuesta única y estándar y no trabaja la organización de ideas, la búsqueda de otras alternativas y planteamientos, ver desde otros enfoques…
Este es el primer reto de cambio para el futuro en la enseñanza del pensamiento ( un futuro que ya es presente): mejorar nuestras destrezas de pensamiento.
Pensar es algo inherente al ser humano. Nos diferenciamos de las máquinas porque éstas son capaces de acumular muchos más datos y con más rapidez de lo que ninguno de los humanos seremos jamás capaces, pero no saben pensar por sí solas. La cooperación en entornos de aprendizaje y trabajo del hombre con la máquina es ya una realidad y en breve será algo habitual en nuestro día a día. La máquina “piensa” si es programada para ello. Por tanto, saber pensar con habilidad nos ayudará a, por un lado poder desarrollar los entornos de colaboración hombre y máquina de manera potente, y por otro, a comprender, interpretar y aplicar de manera más ajustada los datos obtenidos por las máquinas para sacar conclusiones para mejorar la vida de los humanos.
Competir con las máquinas en la acumulación de datos, no tiene sentido, pero sí lo tiene el cooperar con ellas para aportar lo que en esencia es propio y exclusivo, al menos por el momento, del ser humano: la capacidad crítica y creativa.

Desde la familia: ¿cómo se puede trabajar para que los niños aprendan a pensar?

Como comenté anteriormente -basado en lo que Swartz y Perkins llaman “algunos patrones desafortunados”- nuestro pensamiento es, habitualmente vago, desorganizado, estrecho de miras y enmarañado. La familia tiene una importante responsabilidad también cuando perpetúa estos patrones. Es preciso comenzar a revertir este esquema y mejorar, para que se inserte en nuestro código genético- experiencias de “buenos patrones de pensamiento humano”.
Dar autonomía a los niños, escuchar sus propuestas, valorar las ideas diferentes, hacerles partícipes de las decisiones, razonar con ellos las normas, los hábitos y al mismo tiempo valorar cuando las ponen en cuestión y estar abiertos al cambio y la negociación es un buen principio, y es una excelente colaboración de las familias con este objetivo.
Permitirles tomar decisiones en sus cosas cotidianas, y exigirles (en clave juego) que, en cada una de ellas, se apoyen en argumentos razonados con arte de buen pensador, pueden ser elementos junto con otros, del comienzo del cambio.
Para finalizar creo que es preciso sumar sinergias y cooperar intencionadamente para que tanto en casa como en el aula, se viva una cultura de pensamiento que trabaje en contra de la asunción de conceptos e ideas por mera imposición de la figura de liderazgo, de idolatría, la guía doctrinal o de autoridad.

fuentes:  Gracias a Paulina Bánfalvi@aacclarebelion3  por sus conversaciones sobre este tema, que me ayudan siempre a aclarar y desarrollar con más destreza las ideas vía Jose Blas García @jblasgarcia