La realidad del acoso laboral presenta un patrón más o menos persistente de progreso. Como, obviamente, no se aplica un procedimiento determinado, menos aún atesora una señal de comienzo obvio, invariablemente equivalente, estimable sin desconfianza. Habitualmente en mobbing se advierte como señales la asiduidad y la frecuencia, no como tal consideración hasta que se formalizan ambos requisitos.
Si bien todo aparece en un instante dado. Esa causa está en una apreciación del hostigado por parte del hostigador. A partir de esa apreciación y evaluación se va levantando un bucle, que es capaz de comenzar con una magnitud depreciativa para ir en aumento.
Las actuaciones, sobre todo en los momentos iniciales, no son obvias ni peligrosas, individualmente examinadas. Puede radicar en diminutas burlas sobre la apariencia o el tono del hostigado.
El vínculo que se presentaba con los superiores o con los compañeros se observaestropeado.Se empieza a polemizar el trabajo que está realizando el damnificado mediante comentarios abusivos al trabajo. Estos comentarios, que se airean de manera notoria , pueden aludir a la no ejecución de un trabajo que en verdad no le concierne al damnificado, de no satisfacer con un cometido impracticable de finalizar por desmesurada o por errar al secundar unas ordenes premeditadamente revueltas.
El atacante, o los atacantes comparecen con sus comentarios, ofensas y chivatazos a lo superiores jerárquicos de manera que el herido empieza a malograr su buena fama ante la dirección y también sus factibles sostenes.
Debe mencionarse que es la perpetuación en la duración de los ataques lo que muestra la oposición del mobbing de los corrientes desencuentros y desigualdades habituales en la sucesión de las ocupaciones frecuentes. El acoso psicológico en el trabajo permanece en el tiempo hasta que se consuma la meta. En la misma coyuntura los comentarios y ofensas, las distintas maneras de embestidas van in crechendo incesantemente, son cada vez más crueles.
Extrañamente los dañados por esta disposición acostumbran a mantenerse ajenos de la misma, es decir, que se asiste a una postura intencional. Descubren consustancialmente un daño en los vínculos personales. Su estropeado vínculo personal empeora en aislamiento con su entorno laboral. La victima del mobbing es constantemente juzgada por el trabajo que ha realizado.
Sin vínculos con los demás integrantes de la organización, apartada, siendo objeto de crueles comentarios e injurias ve totalmente fracturada su solidez emocional.
Este es casi el último paso en el proceso del mobbing. Despedaza la solidez emocional del perjudicado, dañada su dignidad, aislada e incomunicada, es aquí cuando la víctima renuncia a continuar en la organización.
El último paso por tanto sería que el hostigado renunciase a continuar en la organización.
En algunas ocasiones esto se encauza hacia quitarse la vida. El renunciar al trabajo se vive de manera compleja y dependiendo de la organización en la que haya desarrollado su actividad laboral administración pública o servicios de salud por ejemplo se tiene en cuenta que el futuro laboral de la víctima resultará complicado sobre todo por el daño que ha sufrido en su dignidad y la estimación de sí misma que está menguada.
Quiero terminar con trozos de una película sobre está temática titulada Mobbing que refleja la realidad que sufre Marina.