El desarrollo tecnológico de las últimas décadas ha traído consigo cambios sin precedentes en el plano laboral y de las organizaciones. Han surgido nuevos empleos, nuevas generaciones de empleados 100% digitales y nuevos espacios de trabajo automatizados y en la nube. Una revolución que lejos de desaparecer, seguirá en constante crecimiento durante los próximos años: según el World Economic Forum para el 2025 la tecnología se ocupará de desarrollar más del 50% de las tareas de los profesionales. Ante esta perspectiva, el desarrollo de soft skills ‘humanas’ que las máquinas no pueden aprender, en combinación con soft skills más técnicas o digitales, se ha convertido en pieza clave para hacer frente a los retos futuros a los que se enfrentan las organizaciones.
¿Cuáles son las competencias y habilidades sociales imprescindibles para el 2020?
B-Talent, la compañía tecnológica de formación en competencias y habilidades para empresas enumera estas 4 áreas de conocimiento para fomentar el desarrollo social o ‘humano’ del talento interno en las organizaciones.
Comunicación
Contar con profesionales que sepan comunicarse de manera efectiva, mejora las relaciones dentro del equipo y facilita la consecución de objetivos. La escucha empática, la asertividad o el saber hablar en público son algunas de las competencias que se pueden desarrollar para mejorar la efectividad su comunicación verbal, y no verbal.
Liderazgo y management
Saber adaptarse a los diferentes perfiles de trabajadores, motivar, comunicar, supervisar, controlar y orientar son algunas de las habilidades y competencias clave para liderar y gestionar equipos de manera eficiente. Los profesionales que desarrollan estas competencias de liderazgo y management aprenden no solo a potenciar su propio talento, sino también el de sus colaboradores.
Inteligencia emocional
Tal y como afirma David Goleman, reputado investigador, psicólogo y periodista estadounidense, el 70-80% del éxito en la edad adulta proviene de la inteligencia emocional. Conocer las emociones propias, la de los colaboradores y aprender a gestionarlas, ayuda a identificar los desencadenantes que pueden afectar al rendimiento del equipo. Al potenciar hábitos de inteligencia emocional se evitan conflictos, malentendidos, inseguridades o miedos ganando sin embargo en confianza y seguridad.
Desarrollo personal
Contar con un equipo con una mentalidad de aprendizaje constante es un valor añadido para cualquier organización. ¿Cómo conseguirlo? A través del fomento de la creatividad y la innovación o la implementación de sistemas de aprendizaje ágiles como el Learning Agility, es posible impulsar pautas que fomenten el autodesarrollo y la automotivación de los profesionales.
¿Qué ocurre con las soft skills de carácter tecnológico?
Tal y como indica B-Talent, además de desarrollar habilidades ‘soft’ es imprescindible fomentar el desarrollo de competencias técnicas o digitales para convertir el talento interno en el motor de transformación de cualquier compañía.
FUENTE: observatorio rh
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