Investigadores de la Universidad de York, en Estados Unidos, han probado un sencillo test que mide la agilidad mental y de movimiento que puede servir para predecir el riesgo de desarrollar Alzheimer, incluso antes de que aparezcan los primeros signos reveladores de algún tipo de demencia.

Investigadores de la Universidad de York, en Estados Unidos, han probado un sencillo test que mide la agilidad mental y de movimiento que puede servir para predecir el riesgo de desarrollar Alzheimer, incluso antes de que aparezcan los primeros signos reveladores de algún tipo de demencia.

Dicha prueba, según explican los autores en el último número de la revista ‘Journal of Alzheimer’s Disease’ coincidiendo con el Día Mundial de la enfermedad que se celebra este domingo 21 de septiembre, se basaría en someter a los posibles afectados a un ejercicio por ordenador con el que se puede medir su capacidad visual-espacial y cognitivo-motora.

Y, en principio, se podría utilizar en todos los pacientes que comienzan a tener algún tipo de problema cognitivo aunque no presenten ningún síntoma externo que pueda alertar del desarrollo del Alzheimer.

«Incluimos una tarea que implicaba mover un ratón de ordenador en la dirección opuesta a la de un objetivo visual en la pantalla, lo que requiere que el cerebro de la persona piense antes y durante los movimientos de su mano», ha explicado Lauren Sergio, autor del estudio.

En el estudio para analizar su eficacia, los participantes fueron divididos en tres grupos: uno con pacientes con un deterioro cognitivo leve, otros con antecedentes de Alzheimer en la familia y un grupo control de personas sanas sin antecedentes familiares.

Y al realizar la prueba, vieron como hasta un 81,8 por ciento de los participantes de los dos primeros grupos tenían más dificultades para desempeñar esta tarea.

Esto puede deberse, según ha explicado Sergio, a que «la capacidad del cerebro para asimilar la información visual y sensorial y transformarla en movimientos físicos requiere la comunicación entre la zona parietal de la parte posterior del cerebro y de las regiones frontales».

Y las deficiencias observadas en estos pacientes pueden reflejar una alteración cerebral inherente o una neuropatología temprana que perturba la comunicación recíproca entre el hipocampo, y las regiones frontales y parietal del cerebro, relacionadas con esta enfermedad.

Los autores aseguran que el test no sirve para predecir con precisión quién desarrollará la enfermedad pero, al menos, muestra que hay algo diferente y común en el cerebro de la mayoría de los afectados con un deterioro cognitivo leve y en las personas con antecedentes familiares. Una coincidencia que puede utilizaese de punto de partida para estar más vigilantes en caso de presentar problemas en la realización de esta prueba.

 

FUENTE: www.que.es